Zach Braff (el doctor Dorian) es el carismático y ocurrente protagonista. Un interno que busca sitio en su trabajo con una vida llena de sinsabores. Braff ha desarrollado toda su carrera en la televisión con un breve y exitoso paso a la gran pantalla con Algo en Común (Garden State, 2004) junto a Natalie Portman. Braff ha contribuido en Scrubs no sólo delante de la cámara, también detrás en tres capítulos. Pero quizás el gran reclamo de la serie son dos de sus personajes veteranos: el doctor y jefe del hospital Robert Kelso y el doctor Cox. La presencia de ambos en pantalla es un momento original e inigualable que el espectador está deseando en cada episodio (dentro de un reparto coral lleno de personajes hilarantes). Interpretados de manera brillante por Ken Jenkins y John McGinley, respectivamente, los dos son el principal atractivo de esta serie que bebe de las comedias ochenteras.
Destacar la sensacional recopilación musical con lo mejor de autores americanos. Si hubiera que poner un “pero” a Scrubs, sería que algunos episodios son irregulares en cuanto al tono humorístico, algo habitual también en este tipo de productos. Una pena su final tras casi diez años de humor para una más que digna sucesora en comedia de Friends. Personajes bien perfilados y guiones acertados que alegran cualquier sobremesa. Una serie menor en pretensiones pero de gran calidad que será un habitual de la redifusión y un clásico del género televisivo. Una serie de fama menor en España todo un descubrimiento sin importar el “cuándo”. Si tienen oportunidad denle una oportunidad al cuerpo médico del Sacred Heart. Un consejo háganse caso de las directrices del doctor Cox no tienen desperdicio.
"Somos lo que comemos y es evidente que usted se ha comido a un tío muy muy gordo".
Puntuación: ****