Pocas películas pueden reunir tanta elegancia y sutileza con un tema tan controvertido. Brokeback Mountain (2006), se ha convertido por derecho propio en un clásico moderno, un film que no entenderá de fechas ni épocas ganándose la eternidad gracias a la maestría de su director, Ang Lee. El realizador taiwanés, hizo aún más grande y universal a la novela de Annie Proulx. La historia de amor y amistad entre Ennis del Mar y Jack Twist rasgó vestiduras en la ortodoxia social americana e hizo levantarse de su asiento a todo amante al cine. Como también logró Heath Ledger en una asombrosa interpretación cercana a la perfección que hizo que se le equipara a los más grandes del olimpo del celuloide. Él fue el gran triunfo de la compleja historia narrada por Ang Lee. Sus miradas, sus gestos y sus palabras finales fueron la confirmación de uno de los actores de la década.Además del joven australiano, cuando nombramos Brokeback Mountain también se nos viene a la mente la hermosa melodía que sonaba en aquel maravilloso paisaje. La partitura de Gustavo Santaolalla consiguió el Óscar por esta composición (y un año más tarde con Babel) que casa por completo con la imagen que desfila por nuestra retina. Una serie de piezas donde la guitarra es una protagonista más, partícipe del relato de Ennis y Jack. Una gran película, con excelentes interpretaciones y una mejor banda sonora a cargo del músico argentino. Les dejo con el tema más representativo que marca el final de la proyección, Wings de Gustavo Santaolalla.
