"Fusión de aventuras medievales con terror gótico que funciona como un meritorio entretenimiento entre tanta trascendencia fílmica actual."
El sonado éxito de Los Pilares de la Tierra ha hecho revivir un género que estaba lejos de sus mejores días. Más allá de las aventuras y la épica, los filmes de ambientación medieval poco se han prodigado en la gran pantalla en los últimos años. El Nombre de la Rosa (Der Name Dar Rose, 1986) marcó un hito tanto por guión como ambientación. El film dirigido por Jean-Jacques Annaud nos regaló uno de los mejores retratos de los sombríos tiempos del medievo europeo que jamás ofreció el séptimo arte. En 2003, Paul McGuigan intentó captar la atmósfera de Annaud con El Misterio de Wells (The Reckoning, 2003) en un fallido producto de misterio interpretado por Paul Bettany y William Dafoe. Ahora en este año, de nuevo una producción europea (en este caso alemana) es la que ha sabido reflejar con acierto una de las etapas más oscuras de la historia de la humanidad con Black Death. Film presentado en el festival de Sitges con buenas valoraciones.
La peste bubónica, pandemia que desoló el viejo continente, se llevo más de veinticinco millones de almas. La insalubridad y el fanatismo religioso condenaron a una sociedad anclada en las tinieblas. Cruel castigo para una población que seguía con rigor al poder imperante de la época: el eclesiástico. Black Death, nos sitúa en el momento álgido de la enfermedad, donde el desconocimiento y la fe divina iban de la mano. Algo que retrata de manera ejemplar esta producción germano-británica. El film de Christopher Smith nos embulle en una Inglaterra tenebrosa, impúdica, que respira superstición e incomodidad. Smith un habitual de género con cintas cómo Creep (2004) o Severance (2006) se aplica de manera notable en el diseño y el arte conceptual del film intentando mostrar una Edad Media lo más realista posible. Con Black Death, logra su mejor creación, hasta la fecha, dentro de una filmografía con demasiados bajos y carente de relevancia.
Black Death narra el viaje de unos mercenarios al servicio de la iglesia guiados por un novicio con destino a una extraña aldea donde la enfermedad no ha arribado. Rumores y leyendas hablan de que en esa villa habita un necromante cuya brujería es la causante de esta maldición para el pueblo británico. El guión de Dario Poloni, bastante simple y efectivo, describe con acierto la personalidad de la sociedad de la época con moraleja incluida. Black Death argumentalmente se acerca a El Bosque (The Village, 2004) de M. Night Shyamalan más que a películas del género. Una comunidad alejada de los estamentos y tradicionalismos que huye del tiempo y de la decrépita sociedad. El camino hasta ella será un lienzo de cómo el ser humano se hunde en el fango del que no saldrá hasta la llegada del Renacimiento.
Sean Bean (Boromir en El Señor de los Anillos) es el principal reclamo actoral del film junto a Eddie Redmayne. Bean interpreta a Ulric, capitán de los mercenarios, en un papel hecho a su medida. Bean aporta presencia y credibilidad siendo una de las bases del funcionamiento del film junto a escenas de gran vigor visual. Redmayne repite carácter tras Los Pilares de la Tierra, siendo el objeto moralizante de Black Death. Como antagonista, una irreconocible Carice Van Houten que cumple sin más cómo el resto del elenco. Black Death sin ser original, sin ofrecer demasiada acción y cuya historia no arranca por momentos, logra entretener desde su comienzo hasta su final. Smith amparándose en la fotografía de Sebastian Edschmid, recrea un mundo lúgubre atrapa al espectador. Black Death pese a sus defectos, ofrece un lienzo bastante fidedigno de un mundo fustigado por el látigo de la ignorancia.
Lo Mejor: Sean Bean. Algunos momentos cómo la entrada del bosque o la descripción de la abadía al inicio.
Lo Peor: Falta algo de metraje y un más fluido desarrollo del guión.
Puntuación: 6,5/10