
En pleno apogeo de su carrera, Horner se convirtió en un habitual en producciones trascendentes con sus melódicas composiciones (Leyendas de Pasión, 1994). Unas partituras que repitió hasta la saciedad, auto-fusilándose, lo que hizo que su prestigio decayera. Por suerte para el celuloide, volvió a las mieles del éxito el curso pasado con sus piezas para Avatar. En Braveheart crea un hermosa, y también repetitiva, melodía que junto las poderosas imágenes que nos llegan, tocan los sentimientos y se queda grabada en la memoria. Una obra recordada por lo que evoca más que por su musicalidad. Aparte de la banda sonora básica, años más tarde se comercializó More Music From Braveheart (al igual que hizo en Titanic). Una excelente compilación de todos los momentos sonoros del film, una joya para cualquier aficionado. A continuación, uno de los temas más conocidos, Freedom.