
RODRIGO DÍAZ DE VIVAR "EL CID"
“ORGULLO CASTELLANO”
Uno de los iconos de las leyendas de caballería. Rodrigo Díaz de Vivar, más conocido cómo El Cid Campeador, es uno de los símbolos de la España de la Edad Media. Un caballero de gran valor que escribió una de las páginas más importantes de la historia castellana siendo una fuente de inspiración durante siglos que aún perdura en la actualidad. Un gran héroe que superó a la muerte conquistando la gloria en el campo de batalla aterrando a sus enemigos.
El mito y el folklore han contribuido a elevar a esta mágica figura del medievo. Su vida e historia se recogen en una de las obras más importantes de la época, El Cantar del Mio Cid. Nacido entre 1045 y 1050 en Vivar del Cid (Burgos), según las pocas fuentes existentes; Rodrigo Díaz era hijo de Diego Laínez, capitán de frontera en las escaramuzas entre navarros y castellanos en la línea de Ubierna. Desde muy joven mostró aptitudes para la lucha y la equitación, y en 1058 entro en servicio como paje del príncipe Sancho, en la corte del rey Fernando I de León y Castilla. La realidad se confronta con la leyenda, porq

Probablemente fue investido caballero por el propio Sancho II, a mitad de la década de 1060. Rodrigo Díaz, contó con el beneplácito de su rey hasta la muerte de éste en 1072, siendo magnate de su sequito y considerado “armiger regis ”. Acompañó al rey Sancho en la afrenta contra sus hermanos Alfonso VI, rey de León y García, monarca gallego. Tres hermanos que ansiaban la primacía de un reino del que se buscaba su reunificación. Rodrigo tuvo un papel importante cómo caballero en las victorias de Castilla en Llantada (1068) y Golpejera (1072). Tras ésta última, Sancho de convirtió en Sancho II de León con su hermano Alfonso capturado. Posiblemente, Rodrigo Díaz de Vivar, se ganó con su aplomo y fuerza el apodo de El Campeador en estas escaramuzas.
El reinado de Sancho fue breve, ya que la nobleza leonesa se sublevó y se hizo fuerte en Zamora. El monarca asedió la ciudad junto a Rodrigo Díaz, hasta su muerte, asesinado por Bellido Dolfos, cómo relatan las leye

La tensión castellana con los musulmanes iba creciendo de manera paulatina y Rodrigo Díaz comandaba un ejercito independiente al que sólo podía hacer frente el Imperio Almorávide. Tras una serie de batallas con victoria, derrotó a Ben Yahhaf y reconquistó la ciudad de Valencia en 1092. Ciudad muy importante para los almorávides, que intentaron recuperan en varias ocasiones, con consecuentes derrotas ante El Cid. Una vez establecido en Valencia luchó contra el empuje almorávide junto a Ramón Berenguer III, con el que estableció lazos familiares con enlaces entres sus hijos. Su muerte llegó de 10 de Julio de 1099, y fue su esposa Jimena junto a Ramón Berenguer, la que intentó defender la ciudad de Valencia durante un tiempo. Un principado que tuvieron que abandonar con la ayuda de Alfonso VI ante las acometidas almorávides. Los restos de Rodrigo Díaz de Vivar, El Cid, fueron inhumados en el monasterio trapense burgalés de San Pedro de Cardeña. En la Guerra de la Independencia (1808-1814) los soldados francos profanaron su tumba. Se recuperaron los restos y se trasladaron en 1842 a la capilla de la Casa Consisterial de Burgos. Desde 1921 está acompañada por su amada Doña Jimena en la Catedral de Burgos.
Junto a Don Pelayo, El Cid se convirtió en un de los importantes símbolos contra la ocupación musulmana en el sureste de la península. Un mito cuyo eco resonó, principalmente, gracias a la literatura, con el nombrado Cantar del Mío Cid (escrito entre el 1195 y 1207 por un autor anónimo) y numerosos textos españoles, alfaquíes o franceses que ensalzan el espíritu de este bravo caballero andante. Un espíritu que siempre se ha asociado a la garra española y que se ha plasmado en celuloide en varias

En 1910, Mario Casarini adaptó la obra de Pierre Corneille y creó una pequeña pieza, El Cid (Il Cid, 1910). Un cortometraje desconocido del que se conocen muy pocos datos. Caserini fue uno de los grandes y fructíferos realizadores italianos de la década. Para este cortometraje contó con su esposa María y con la participación de Amleto Novelli como el primer Rodrigo Díaz de Vivar en el mundo cinematográfico. Fue estrenada en Febrero de 1910 en Francia en una de las muchas cintas históricas del director italiano.
Hasta 1960 no llegó una nueva obra dedica al Campeador. Fue un documental dirigido por Jesús Franco llamado El Destierro de El Cid. Un cortometraje, basado en los textos del poema del Mío Cid, de quince minutos poco relevantes que dieron paso a la película más conocida sobre caballero burgalés. En 1961 se estrenó

El Cid (1961) basa su historia en el amor de Rodrigo y Jimena, añadiendo intrigas palaciegas, muerte de monarcas que no existieron en la realidad y cómo fondo y final la reconquista española. Un sofrito americano de Samuel Bronston rodado en España que se debe valorar por su entretenimiento y no cómo documento, pese a contar,
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Estudio 1 continuo su particular homenaje al icono medieval español en 1969 con la adaptación de la obra de Eduardo Marquina, Las Hijas de El Cid. Dos creaciones más completaron este cuadríptico sobre Rodrigo Díaz de Vivar: Retablo de las Mocedades de El Cid (1971) y El Amor es un Potro Desbocado (1973) con Emilio Gutiérrez Cava en el papel de caballero y Maribel Martín cómo su esposa doña Jimena. Justamente fue televisión española la que estrenó la coproducción hispano-japonesa, Ruy, El Pequeño Cid (1980). Un serial televisivo que gozó de gran éxito y que amenizó las tardes de muchos niños y niñas. Dirigido por Fumio Kurokawa, Ruy es una serie de animación que narra las aventuras

Una parodia de dudoso gusto llegó a nuestras pantallas en 1983, con El Cid Cabreador. Un filme que gozó de una buena taquilla y posterior difusión televisiva. Típica cinta española de la época, con una producción de serie Z, destinada a un público adulto. Interpretada por Ángel Cristo y Carmen Maura, esta cinta creada por Angelino Fons retrató en clave de comedia a uno de los héroes españoles con escasez de medios e ideas, cuyo destino se haya en colecciones de VHS de un periodo negro para el cine español. Mucho más digna es, sin embargo, El Cid: La Leyenda (2003). Largometraje de animación dirigido por Josep Pozo, que tuvo una buena acogida por parte del público, obteniendo una honrosa taquilla. El Cid: La Leyenda, es una cinta de aventuras que narra la parte más lúdica y entretenida de Rodrigo Díaz de Vivar con éxito. Una buena muestra del ascendente cine de animación español que logró el Goya en 2003. La filmografía del caballero castellano por antonomasia, termina con el documental El Camino de El Cid (2008). Dirigido por Francisco Rodríguez Fernández, este documento recrea la vida de Rodrigo Díaz a través del poema de El Cantar del Mío Cid. Un interesante y completo documento que obtuvo varios premios en diversos festivales españoles.
Una curiosa y variopinta filmografía, que tienen su momento culmen en 1961, cuando el cine americano mostró al mundo a uno de los grandes héroes españoles de la historia. Un Cid que siempre tendrá el rostro del gran Charlon Heston en un personaje que, con toda probabilidad, volverá a la gran pantalla a liderar a su ejército.
"Nunca tendré compasión por los que no supieron morir a tiempo".
Rodrigo Díaz de Vivar, El Cid, según El Cantar del Mío Cid.
Por Emilio Martín Luna.
Enlace al ARTÍCULO HISTÓRICOS DE CINE El Cine de Lo Que Yo te Diga: "Rodrigo Díaz de Vivar, El Cid: Orgullo Castellano".
