En plena revolución ideológica americana, llego una de las cintas que marcó a una generación, El Graduado (The Graduate, 1967). Una película de Mike Nichols que alzó al estrellato definitivo a un joven Dustin Hoffman. Las aventuras amorosas de Benjamin Braddock con las féminas de la familia Robinson se convirtió en todo un icono social. Tuvo su recompensa en forma de siete nominaciones al Óscar, y el premio final para el director estadounidense. Un realizador que continúa en la brecha treinta años después con cintas cómo Closer (2004) y La Guerra de Charlie Wilson (2007). El Graduado supuso para Nichols su único premio de cinco nominaciones (una de ellas cómo productor), la última por Armas de Mujer (Working Girl 1988).
Una historia sobre la iniciación, el amor, el sexo que elevó a Anne Bancroft como un mito en su papel de deslumbrante mito erótico juvenil. Al igual que la bella Katharine Ross, en uno de sus papeles más recordados. Todo aderezado con la música de Simon y Garfunkel, con su inconfundible “Mrs Robinson” y con el tema que pone el broche final al film, “The Sound of Silence”. Un final que te deja atónito, con los rostros de los dos jóvenes, donde caben las múltiples interpretaciones y una única opinión de estar ante una de las obras representativas del séptimo arte. Una escena que sigue siendo referencia y símbolo de la llamada cultura pop.
Una historia sobre la iniciación, el amor, el sexo que elevó a Anne Bancroft como un mito en su papel de deslumbrante mito erótico juvenil. Al igual que la bella Katharine Ross, en uno de sus papeles más recordados. Todo aderezado con la música de Simon y Garfunkel, con su inconfundible “Mrs Robinson” y con el tema que pone el broche final al film, “The Sound of Silence”. Un final que te deja atónito, con los rostros de los dos jóvenes, donde caben las múltiples interpretaciones y una única opinión de estar ante una de las obras representativas del séptimo arte. Una escena que sigue siendo referencia y símbolo de la llamada cultura pop.