FERDINANDO EL GRANDE
"Bonito cuento de hadas al servicio de una más que correcta Sandra Bullock, cuyo positivismo es la razón del éxito de un film, demostrando que el público demanda menos trascendencia encubierta."
Mucho se ha hablado de The Blind Side (2009), uno de los éxitos del pasado otoño en Estados Unidos. Una película de bajo costo que consiguió una excelente recaudación en Norteamérica y que obtuvo buenas críticas que le valieron una nominación -a posteriori ganadora- del Óscar a su protagonista, Sandra Bullock. Bullock, una actriz infravalorada que ha basado su éxito en comedias de segunda fila y que había demostrado solvencia para el drama en filmes como Tiempo de Matar (Time To Kill, 1996) o Crash (2004). Encasillada pero con cintas de considerable éxito económico, Bullock goza del beneplácito de la industria y de sus compañeros, principal razón de su criticado y polémico máximo galardón a mejor intérprete femenina del año. La cuestión es: ¿Merece tal reconocimiento? ¿Es tan buena su interpretación para superar a compañeras cómo Helen Mirren, Meryl Streep o la joven Carey Mulligan?
Respondiendo la segunda pregunta, en un año cinematográfico poco proclive a la calidad, las interpretaciones femeninas no pasaron, salvo una notable Mulligan, del aprobado alto. Y con esta nota, se puede calificar la actuación de Sandra Bullock, sólida, convincente y bastante entregada, pero cómo la obra que protagoniza cumple sin excesivos alardes. The Blind Side, basada en hecho reales recogidos en la novela de Michael Lewis, es una agradable cinta de autosuperación con un toque mágico al estilo Disney; pero que en pleno siglo XXI, formaría parte de cualquier sobremesa televisiva. Dirigida por el impersonal John Lee Hancock (El Álamo: La Leyenda, 2003)), The Blind Side llega a nuestras carteleras con el pertinente y habitual retraso. En este caso, totalmente justificado.
Hancock en su segunda incursión en el drama deportivo (tras The Rookie, 2002) nos deja un correcto y optimista cinta sobre la calidad humana. Más cercana a la ingenuidad de Friday Night Lights (a la que hace un guiño al inicio) que a la competividad de Remember The Titans, en The Blind Side todo es perfecto: la familia cristiana, el entrenador, la educadora y los profesores. Sólo mascamos la adversidad del protagonista al inicio, cuando presuponemos el ambiente en el que se ha criado y podido sobrevivir, durante el resto del metraje los problemas que surgen son livianos e poco creíbles a ojos del espectador. Por momentos, es la típica producción de Disney, con todos sus tópicos y estereotipos. Sólo Bullock y el observar la evolución del joven Michael Osher en un entorno desconocido son el único (y suficiente) atractivo de esta producción.
Pese a que los flashes apuntan a Bullock, el protagonista de The Blind Side es Quinton Aaron (Michael), en la enésima caracterización de joven desarraigado, de raza negra y de gran tamaño. Aaron dice más con sus silencios que en sus conversaciones, y al igual que la película, va bajando de interés paulatinamente. Tras un comienzo interesante, a mitad de la proyección decae y ya no se repone en ningún momento. No falta el padre estupendo, el entrenador histriónico, el típico niño adulto y Kathy Bates haciendo de Kathy Bates. Una función a servicio de Sandra Bullock que tocará emociones en varios momentos y te dejará una sonrisa efervescente, a la espera de estrenos más sugestivos e inteligentes.
Lo Mejor: Su mensaje optimista.
Lo Peor: No se separa en, casi ningún momento, de la estética de edulcorado telefilm.
Puntuación: 5/10
"Bonito cuento de hadas al servicio de una más que correcta Sandra Bullock, cuyo positivismo es la razón del éxito de un film, demostrando que el público demanda menos trascendencia encubierta."
Mucho se ha hablado de The Blind Side (2009), uno de los éxitos del pasado otoño en Estados Unidos. Una película de bajo costo que consiguió una excelente recaudación en Norteamérica y que obtuvo buenas críticas que le valieron una nominación -a posteriori ganadora- del Óscar a su protagonista, Sandra Bullock. Bullock, una actriz infravalorada que ha basado su éxito en comedias de segunda fila y que había demostrado solvencia para el drama en filmes como Tiempo de Matar (Time To Kill, 1996) o Crash (2004). Encasillada pero con cintas de considerable éxito económico, Bullock goza del beneplácito de la industria y de sus compañeros, principal razón de su criticado y polémico máximo galardón a mejor intérprete femenina del año. La cuestión es: ¿Merece tal reconocimiento? ¿Es tan buena su interpretación para superar a compañeras cómo Helen Mirren, Meryl Streep o la joven Carey Mulligan?
Respondiendo la segunda pregunta, en un año cinematográfico poco proclive a la calidad, las interpretaciones femeninas no pasaron, salvo una notable Mulligan, del aprobado alto. Y con esta nota, se puede calificar la actuación de Sandra Bullock, sólida, convincente y bastante entregada, pero cómo la obra que protagoniza cumple sin excesivos alardes. The Blind Side, basada en hecho reales recogidos en la novela de Michael Lewis, es una agradable cinta de autosuperación con un toque mágico al estilo Disney; pero que en pleno siglo XXI, formaría parte de cualquier sobremesa televisiva. Dirigida por el impersonal John Lee Hancock (El Álamo: La Leyenda, 2003)), The Blind Side llega a nuestras carteleras con el pertinente y habitual retraso. En este caso, totalmente justificado.
Hancock en su segunda incursión en el drama deportivo (tras The Rookie, 2002) nos deja un correcto y optimista cinta sobre la calidad humana. Más cercana a la ingenuidad de Friday Night Lights (a la que hace un guiño al inicio) que a la competividad de Remember The Titans, en The Blind Side todo es perfecto: la familia cristiana, el entrenador, la educadora y los profesores. Sólo mascamos la adversidad del protagonista al inicio, cuando presuponemos el ambiente en el que se ha criado y podido sobrevivir, durante el resto del metraje los problemas que surgen son livianos e poco creíbles a ojos del espectador. Por momentos, es la típica producción de Disney, con todos sus tópicos y estereotipos. Sólo Bullock y el observar la evolución del joven Michael Osher en un entorno desconocido son el único (y suficiente) atractivo de esta producción.
Pese a que los flashes apuntan a Bullock, el protagonista de The Blind Side es Quinton Aaron (Michael), en la enésima caracterización de joven desarraigado, de raza negra y de gran tamaño. Aaron dice más con sus silencios que en sus conversaciones, y al igual que la película, va bajando de interés paulatinamente. Tras un comienzo interesante, a mitad de la proyección decae y ya no se repone en ningún momento. No falta el padre estupendo, el entrenador histriónico, el típico niño adulto y Kathy Bates haciendo de Kathy Bates. Una función a servicio de Sandra Bullock que tocará emociones en varios momentos y te dejará una sonrisa efervescente, a la espera de estrenos más sugestivos e inteligentes.
Lo Mejor: Su mensaje optimista.
Lo Peor: No se separa en, casi ningún momento, de la estética de edulcorado telefilm.
Puntuación: 5/10