Séptima entrega de personajes históricos, donde nos desplazamos al antiguo Egipto. Allí, junto a las orillas del Nilo, reinó una de las damas más fascinantes de la historia: Cleopatra. Una vida muy interesante unida, también, al apogeo del Imperio Romano de Julio Cesar y Marco Antonio, que el cine no dejó de lado. Una de las mejores películas de la historia fue dedicada a este personaje; un film interpretado por Elizabeth Taylor en una de las actuaciones icono del séptimo arte.
CLEOPATRA
CLEOPATRA
“LA REINA DEL NILO”
Paralelo al auge del Imperio Romano, desde Egipto asomó una mujer con increíble personalidad. Una dama dotada de una gran inteligencia y belleza, que utilizó en su benefició y en el de su reino. Hablamos de Cleopatra Filopator Nea Thea, conocida por todos cómo Cleopatra. Reina de Egipto y perteneciente a la última dinastía Lágida que puso fin al periodo helenístico egipcio.
Nacida en el 69 AC, heredó el trono de su nación junto a su hermano Ptolomeo XIII con el en al año 51 AC, a la temprana edad de dieciocho años. Fue casada con su propio hermano, y las disputas entre ambos no tardaron en llegar llevando al destronamiento de Cleopatra. Un golpe de suerte, que acercó a Julio Cesar a Egipto en persecución de su enemigo Pompeyo, aliado de Ptolomeo XIII, provocó las guerras alejandrinas que concluyeron con las muertes de ambos y con Cleopatra nuevamente en el trono.
Con Julio César como amante, se volvió a casar con su hermano menor Ptolomeo XIV al que dominó a su antojo. Utilizó la influencia sobre César, para restablecer la hegemonía egipcia en el Mediterráneo Oriental. La muerte de Julio César, no le impidió seguir con sus planes, seduciendo con éxito a su sucesor Marco Antonio, con el que creó un nuevo reino helenístico que llegó hasta Armenia en el 34 AC. Sin embargo, un nuevo contratiempo surgió en la vida de la monarca, al estallar la Guerra Ptolemaica. Augusto enemigo de Marco Antonio, llevó a Egipto su lucha que acabó con el suicidio del amante de Cleopatra, tras una rápida derrota naval de Actium. En un nuevo intento por prevalecer, Cleopatra utilizó sus encantos para conquistar a Augusto, pero en esta ocasión, todo fue en vano y Augusto se mantuvo inmune ante la personalidad de la reina.
Ante esta situación, donde sería llevada a Roma a ser exhibida como un trofeo. Cleopatra decidió quitarse la vida, con el método tradicional egipcio, mediante la picadura de un áspid en el 30 AC. Una mujer enigmática, culta, amante de los idiomas, y que la leyenda encumbra como una fémina de belleza y cuerpo inigualable. Estudios posteriores, teorizan que su éxito se basaba en su inteligencia, erudición y capacidad dialéctica por delante de sus atributos físicos. Sea como fuere, Cleopatra se ha convertido en un personaje icono de la historia de la humanidad y el mundo del celuloide ha intentado desde sus comienzos captar la esencia de esta fascinante dama.
La primera intérprete que se enfundó el temple de la soberana egipcia fue Jeanne D´Alcy en Cleopâtre (1899), a cargo, cómo no, de George Méliés. El realizador galo creó un cortometraje que narraba el descubrimiento de una tumba egipcia, que contiene una momia que se convierte en una mujer que resucita, Cleopatra. Con el encanto del cine de Méliés, nos encontramos ante una de sus mejores piezas, en otro pionero retrato sobre personajes relevantes para la humanidad.
Los estudios Pathé le dieron la réplica al mago francés, con otro corto del mismo título en 1910. Co-dirigido por Henri Andreani y Ferdinand Zecca, este cortometraje adapta la obra de teatro de William Shakespeare, Antonio y Cleopatra. Una tragedia que interpretó Madeleine Roch en el papel principal, y que se estrenó en Estados Unidos con el nombre de Antony and Cleopatra, el 11 de Mayo de 1910.
El primer largometraje llego de manos de Charles Gaskill en 1912. Al igual que la anterior creación, basó su guión en la obra de Shakespeare. Cleopatra, the Romance of a Woman and a Queen; es una producción de ochenta y ocho minutos de cine mudo, rodada por la productora de su protagonista, Helen Gardner. Una de las joyas desconocidas en los albores del cine moderno, en una época marcada por filmes de corta duración y escasez de medios. Un año más tarde, Italia presentó su primera versión de la dama egipcia en Marcantonio e Cleopatra (1913) dirigida por Enrico Guazzoni e interpretada por Gianna Terribili. Una modesta cinta que intentó adaptar, de nuevo, al dramaturgo inglés en la historia de amor y conveniencia entre Cleopatra y Marco Antonio. Al igual que la breve composición creada por J. Gordon Edwards en 1917 e interpretada por Theda Bara.
Previas a la primera gran película sobre la reina del Nilo, dos pequeñas piezas, llegaron en los años veinte. Un corto de animación norteamericano, Cleopatra (1920), dirigido por Bud Fisher y otro cortometraje creado en 1928 por Roy William Neill, con imagen coloreada e interpretando el papel principal Dorothy Revier. Ambas mudas y tratando los aspectos románticos de la vida de Cleopatra.
Cecil B. Demille nos mostró la primera Cleopatra de relevancia, con una de sus grandes cintas, estrenada en 1934. Contando con Claude Colbert en el papel principal, DeMille narra los amoríos de la reina de Egipto con Julio Cesar y Marco Antonio, y sus consecuencias. Una de sus creaciones más aclamadas por la crítica, con cinco nominaciones a los Óscars (Ganador a Mejor Fotografía: Vincent Milner), en un film lleno de exotismo y una estupenda recreación de Egipto. Colbert logra una excelente interpretación de una mujer manipuladora y apasionada en una de las películas más importantes de los años treinta.
En el papel de un personaje hecho a su medida, Vivian Leigh también retrató la fuerte personalidad de la soberana de Egipto en César y Cleopatra (Caesar and Cleopatra, 1945). Dirigida por Gabriel Pascal, esta producción británica, narra el episodio, entre el amor y la conveniencia, junto al emperador romano Julio César. César y Cleopatra es una cinta menor, de poca fidelidad al original, que busca resaltar la personalidad calculadora de Cleopatra, interpretada con acierto por Leigh y que obtuvo una tibia acogida por la crítica internacional.
Hubo que esperar hasta los años sesenta, para que llegara el retrato definitivo de la regia dama egipcia. Un controvertido filme dirigido por Joseph L. Mankiewicz y protagonizada por la mejor Cleopatra posible, Elizabeth Taylor. Estrenada en 1963, con críticas desiguales, los diversos recortes a cargo de la productora influyeron en la calidad final de un film que debería haber durado más de cuatro horas. Una obra con un sinfín de contratiempos que afectaron a la visión de los productores. Cleopatra, es un magnífico relato de la apasionante vida de una mujer admirable, que luchó por su nación por encima de cualquier cosa. Desde su enfrentamiento con su hermano hasta la relación con Marco Antonio, pasando por Julio César; en un detallista relato con el alma de las grandes superproducciones americanas de la época. Acompañando a Taylor un impresionante reparto encabezado por Richard Burton y Rex Harrison. Los posteriores montajes, han subido la calidad de un filme, que se ha ganado por derecho propio ser un clásico y que en su versión completa gana en cada visionado. Elizabeth Taylor hizo de este personaje algo suyo, y se conservará en los anales del séptimo arte para siempre.
Con este filme icono del cine moderno y de gran presupuesto, el personaje de Cleopatra se alzo en el altar del celuloide y a partir de aquí, nos llegan adaptaciones televisivas, cintas de animación y la particular visión de otros países. En la década del estreno del film de Mankiewicz, se estrenaron otros dos largometrajes. El primero en 1962, Cleopatra, una creación para la televisión brasileña escrito por Walter George Durst e interpretada por la actriz local Solange, que no obtuvo trascendencia. Y, el producto de animación Asterix y Cleopatra (1968) basada en el personaje de Rene Goscinny y Albert Uderzo. Ambos dirigen esta simpática película de dibujos animados, que obtuvo un gran éxito en Europa durante las décadas venideras.
Dos años más tarde (1970), se estrenaron dos cintas de corto recorrido comercial sobre la leyenda de la reina egipcia. Una comedia realizada por Michel Auder (con el primer pequeño papel para Christopher Walken) y el film de animación japonés, Kureopatora. Una adaptación de la vida de Cleopatra, primera cinta de dibujos animados que recibió la calificación “no apta para menores” por contener escenas con desnudos femeninos. Una de las precursoras de la animación para público adulto dirigida por Osamu Tezuka y Eiichi Yamamoto.
Una fallida producción española arribó a las carteleras en los años setenta, Marco Antonio y Cleopatra (Antony and Cleopatra, 1972). En plena decadencia del género del Peplum, esta película dirigida y protagonizada por Charlon Heston, no obtuvo el beneplácito de pública y crítica y que fue comparada con poco tino con la majestuosa cinta de Mankiewicz. Federico de Urrutia basa su guión en la obra teatral de William Shakespeare. Ofreciendo una libertina versión de la historia, centrándose en la relación de Cleopatra (interpretada Hildegarde Neil) y Marco Antonio, y el enfrentamiento de éste con Augusto. Fue el tercer y último film de Heston, en una errática carrera como realizador.
Dos décadas después, en 1999, la serie Grandes Relatos que emitió Telecinco, nos ofreció la última gran aportación sobre Cleopatra, en una producción dirigida por Franc Roddam. Un telefilme nominado a cuatro Emmys que protagonizó la actriz chilena Leonor Varela, en un reparto conformado por rostros conocidos como Timothy Dalton, Billy Zane o Rupert Graves. Un repaso a la vida de la reina, centrándose en el amor como tema principal. Ya en 2002, las aventuras de Asterix volvieron a Egipto, pero en esta ocasión en imagen real con un film de Alain Chavat, Asterix y Obelix: Misión Cleopatra (Asterix & Obelix: Mission Cleopatre, 2002). Una producción francesa, éxito de taquilla en su país, que contó con Monica Belluci como líder de Egipto.
Otras producciones son el episodio para televisión Julio César (2003), dirigido por Uli Edel; la checa Kleopatra (2003) de Filip Renc; el telefilm danés Julius Caesar (2005) de Thomas Grimm; la brasileña Cleopatra (2007) dirigida por Julio Bressane y basada en el texto original de Plutarco, uno de los grandes de la literatura helena; y el documental “The Many Faces of Cleopatra” (2009) que le da un enfoque histórico a la personalidad de esta intrigante mujer.
Una rica filmografía, con grandes películas, que con toda probabilidad en el futuro vea una nueva y actualizada versión de uno de los personajes históricos más atractivos para todas las generaciones, que trascendió más allá de los libros y las pantallas.
"Y tú me pedías perdón a mí por haber huido. Lloraste y diste tus razones ... ¿Acaso puedo yo llorar y dar mis razones? Les diré simplemente que amaba. Cuando vi que te alejabas dejé de ver, de sentir, de oír, sólo pensaba en que te ibas ... Sólo pensaba que mi amor se iba y sólo quería estar con ella." (...) "Dime, ¿a cuántos amaste deSpués de él? ¿A uno? ¿Diez? ¿Alguno? ¿Nadie? ¿Te besaron con sus labios, te tocaron con sus manos, gritaste su nombre en la oscuridad y ya a solas te hizo reproches y le imploraste perdón a su memoria?".
Richard Burton en Cleopatra (Joseph L. Mankiewicz, 1963)
Por Emilio Martín Luna.
Enlace al ARTÍCULO HISTÓRICOS DE CINE El Cine de Lo Que Yo te Diga: Cleopatra "La Reina del Nilo".