Nos encontramos en la recta final del festival, el domingo sabremos el palmarés y los triunfadores de esta edición. En la jornada del jueves, la novena del evento francés, se presentaron tres cintas a competición. El debut de Doug Liman (El Caso Bourne, La serie O.C) en Cannes, se saldó con una tibia acogida, con su película Fair Game. Un thriller de espionaje, bastante comercial, que se aleja bastante del canon de Cannes, y eso ha repercutido en la opinión final. Se discute la presencia de una obra así, a la vez que se le augura una buena carrera lucrativa, por sus buenas interpretaciones (Naomi Watts y Sean Penn) y ambientación. Más acorde con la filmografía de Cannes, es La Nostra Vida, de Davide Luchetti. Drama sobre la inmigración, que pese a sus buenas actuaciones, no ha gustado mucho a la crítica especializada. Un habitual de los festivales europeos es Ken Loach, que ha presentado Route Irish. Loach se marcha a Irak, con una cinta de tensión intentando volver a lo mejor de su cine. Lo intenta, pero se queda sin fuelle a medio metraje y no acaba de convencer a los espectadores, que la han tachado de un filme menor del cineasta que triunfó con El Viento que Agita la Cebada en 2006.
En este viernes, la décima jornada, que llega con polémica. Controversia creada por el último largometraje de Rachid Bouchareb (Indigenes), Hors La Loi. Cinta sobre la revuelta argelina a la ocupación francesa en Argelia. El colonialismo francés visto desde otro ángulo, que ha levantado ampollas antes de su proyección. Sin embargo, los bandos son dibujados de manera negativa con lo que la polémica se diluye tras su proyección. El film ha gustado, pero no ha entusiasmado, debido, entre otras cosas, a su larga duración. Se estrenará en Francia en septiembre. Budismo y surrealismo de la mano de Apichatpong Weerasethakul, con su obra Uncle Boonmee Who Can Recall His Past Lives. Cine experimental, barroco y demasiado artístico, que probablemente pueda tener recompensa en forma de premio, por nombre (y fama) más que por cine.
En la sección “Una Cierta Mirada”, turno de nuevo, para otro film asiático, surcoreano para más señas. Hahaha de Sang Soo Hong, una pequeña producción que a pesar de su título, no ha hecho demasiada gracia a los espectadores. No ha gustado a la crítica, quizás demasiado saturada de oriente. Para mañana lo nuevo de Nikita Mikhailov con la segunda parte de su mayor éxito, Quemados por el Sol.
En este viernes, la décima jornada, que llega con polémica. Controversia creada por el último largometraje de Rachid Bouchareb (Indigenes), Hors La Loi. Cinta sobre la revuelta argelina a la ocupación francesa en Argelia. El colonialismo francés visto desde otro ángulo, que ha levantado ampollas antes de su proyección. Sin embargo, los bandos son dibujados de manera negativa con lo que la polémica se diluye tras su proyección. El film ha gustado, pero no ha entusiasmado, debido, entre otras cosas, a su larga duración. Se estrenará en Francia en septiembre. Budismo y surrealismo de la mano de Apichatpong Weerasethakul, con su obra Uncle Boonmee Who Can Recall His Past Lives. Cine experimental, barroco y demasiado artístico, que probablemente pueda tener recompensa en forma de premio, por nombre (y fama) más que por cine.
En la sección “Una Cierta Mirada”, turno de nuevo, para otro film asiático, surcoreano para más señas. Hahaha de Sang Soo Hong, una pequeña producción que a pesar de su título, no ha hecho demasiada gracia a los espectadores. No ha gustado a la crítica, quizás demasiado saturada de oriente. Para mañana lo nuevo de Nikita Mikhailov con la segunda parte de su mayor éxito, Quemados por el Sol.