
El punto fuerte del show, es su protagonista, interpretado por Nathan Fillion. Actor de modestas producciones y series B, carismático y solvente, en un papel que le viene como anillo al dedo. Los seguidores de la ciencia-ficción lo recordarán por ser el capitán de Serenity en la serie de culto Firefly. Fillion absorbe un poco de Hank Moodie (Californication) para componer un personaje pintoresco, cínico y encantador.
Con un buen piloto, es una serie más que correcta, que engancha. Un producto secundario en las parrillas televisivas, que cumple sobradamente y una perfecta alternativa de ocio sin pretensiones. Por ahora, tiene larga vida, ya que es un producto rentable, por lo que será un habitual en los jueves de Cuatro. Denle una oportunidad a Richard Castle.
Puntuación: ***