“Excelente gala, que quedará para el recuerdo, por el premio a Heath Ledger y una puesta en escena elegante encabezada por su presentador, Hugh Jackman.”
Tras un desastroso año, la siempre referente Gala de los Oscars, ponía fin a la temporada de películas americanas. Con una cosecha escasa de títulos, poca sorpresa cabía esperar de las votaciones. Este tipo de eventos, se valen para mostrar el mucho dinero, glamour que posee el star-system americano, y se evalúa no sólo el espectáculo, sino, todo lo que le rodea fuera de él. Este año de la mano de los creadores de Dreamgirls y como presentador Hugh Jackman (Australia, X-Men) se ha ofrecido un buen evento, lleno de humor, buenas actuaciones musicales, y que fue muy ágil en su desarrollo. Jackman, demostró ser el mejor anfitrión desde hace mucho tiempo, y demostró unas tablas impresionantes en todos los aspectos. Los Óscars, no lo olviden, solo son premios, y nada de un manual de buen cine, ese lo llevamos nosotros en el corazón.
El balance final, dejo a Slumdog Millionaire como gran vencedora, con ocho estatuillas. La película de Danny Boyle, excelente por otro lado, se ha aprovechado de un mal año de cine, y corroborado el éxito de las producciones independientes. Muy lejos y como perdedoras, El Caso de Benjamin Button, Wall-E y El Caballero Oscuro, filmes que merecían más, pero que la academia los dejó atrás, haciendo alarde de sus conservadurismo. Resaltar los premios a Sean Penn y Penélope Cruz, uno por sorprendente y el otro porque tenía tantos seguidores como detractores en su país. El momento más emotivo e impactante, fue el reconocimiento a Heath Ledger por su brillante interpretación en El Caballero Oscuro. No era necesario, porque la eternidad ya era suya. Ojala que la temporada que se nos viene, mejore la anterior y todos disfrutemos del séptimo arte cada semana.
Lo Mejor: Hugh Jackman, que fue entretenida, y alguna llamada por la madrugada.
Lo Peor: La rotundidad del éxito de Slumdog Millionaire.
Puntuación: 6/10
