
Pues no, es una serie de calidad, pero que baja de nivel en cada una de sus temporadas, es bastante tramposa ya que el tiempo real no es tal y le quita mucha verosimilitud y es necesario ver cada uno de los capítulos para disfrutar por completo de la serie. Si le añadimos su patriotismo encubierto una visión sesgada de la realidad religiosa y racial actual, hace que sea un producto secundario para los televidentes.
Aun así, la serie se mantiene y tiene seguidores, gracias a un inspirado protagonista, interpretado por Kiefer Sutherland. En España se prefiere el modelo de otro sobrevalorado serial, Prison Break. Se le puede dar una oportunidad. Recomendada para acompañantes de sus novias en Stradivarius en plenas rebajas, eso si es supervivencia.
Puntuación: **