¿Quién no recuerda las novelas de Agatha Christie? y todas esas películas basadas en su obra, repletas de misterio que nos enseñaban los entresijos de la nobleza inglesa, las tramas de intereses ocultos, y todos los tópicos de este sugestivo género como la hora del té, el mayordomo y el candelabro (que hace que se te venga a la cabeza el Cluedo). La obra de esta escritora tuvo su reflejo en el cine con grandes películas como El Asesinato en el Orient Express de Sydney Lumet o Muerte en el Nilo de John Guillermin que nos mostraban la esencia de Agatha Christie, en buenas superproducciones con cantidades ingentes, de misterio y suspense. Un género que no está extinto, y que de vez en cuando nos llega alguna obra de consideración, como ocurrió en 2002 con Gosford Park. Un film que obtuvo el beneplácito de la crítica y fue una de las grandes triunfadoras de la temporada de premios. Gosford Park, es un guiño a las películas de misterio, y las obras literarias de Agatha Christie, modernizado, con un estilo propio y toda la personalidad de su director, el gran Robert Altman.
Ambientada en los años 30, nos narra una reunión de la nobleza y aristocracia inglesa, en una mansión en plena campiña que se celebra anualmente. En ella congrega tanto a los ricos invitados como a sus sirvientes, y es un excelente reflejo de la clase alta, nos muestra su moralidad, sus principios, y temas tabúes como la sexualidad, homosexualidad y la decadencia del sistema de clases y la situación de Gran Bretaña, ridiculizando a los nobles y satirizando los estereotipos. En Gosford Park, tenemos homenajes de todo tipo, a las novelas de misterio con todos sus elementos típicos y tópicos, y a la película La Regla del Juego de Jean Renoir, con la que comparte también estructura narrativa y temática parecida. Robert Altman, saca todo lo que puede para mostrarnos un film moderno pero con el sello clásico.
Con un reparto coral, donde los nobles interactúan con los sirvientes, y entre ellos mismos, con historias paralelas y entrecruzadas, que tienen como eje el personaje que interpreta Kelly Mc Donald (de moda por su participación en No Country for Old Men) que interpreta a la doncella de la Condesa de Trentham (Maggie Smith), por ella pasan todos los personajes y es el visor de todas las tramas. En el reparto tenemos todos los arquetipos de personaje posibles, y todos se hacen sumamente interesantes, todos duales, todos ambiguos como cualquier novela de Mrs Christie, con doble pasado, intereses, secretos y grandes dosis de ambición.
Altman tuvo a su cargo un sólido reparto para dar una gran credibilidad al film, Maggie Smith, Emily Watson, Helen Mirren, Kristen Scott Thomas, y la ya citada Kelly McDonald, todas británicas, por parte femenina, Ryan Philippe, Michael Gambon, Tom Hollander y el gran descubrimiento de Altman, un joven Clive Owen, por parte masculina ofrecen unas grandes interpretaciones en sus breves apariciones en pantallas. Mención especial a la aparición del cómico Stephen Fry, en un sátira a las películas de misterio, Fry compañero de Hugh Lawrie (House) en la televisión inglesa como dúo cómico, toca todos los tópicos de un cine siempre atractivo.
Aunque la dirección de Altman, es sencillamente espectacular, y se aprovecha del enclave y del reparto, quizás el guión que intenta engañarnos y mantenernos en vilo, hace que su visionado sea lento y demasiado pausado, quizás la situación lo requiere para mostrarnos todo con detalle, pero en ocasiones se queda estancado en tramas menos importantes y se pierda algo el interés por sus bajadas de ritmo. Pese a ello, es interesante y el resultado final deja buen sabor de boca.
Gosford Park, es un gran homenaje al misterio en la campiña iglesia, una de las mejores obras de Robert Altman y que reune a un reparto impresionante con las grandes actrices del imperio británico. Sólo su bajada de ritmo la aleja no sólo del público más joven también de ser una obra maestra.
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