|| Críticas | ★★★★☆
Ghostlight
Kelly O'Sullivan & Alex Thompson
El arte como tabla de salvación
José Martín León
ficha técnica:
Estados Unidos, 2024. Título original: Ghostlight. Dirección: Alex Thompson, Kelly O'Sullivan. Guion: Kelly O'Sullivan. Producción: Pierce Cravens, Ian Keiser, Edwin Linker, Alex Wilson. Productoras: Little Engine, Runaway Train. Distribuidora: IFC Films. Fotografía: Luke Dyra. Música: Quinn Tsan. Montaje: Mike S. Smith. Reparto: Keith Kupferer, Katherine Mallen Kupferer, Tara Mallen, Dolly De León, Hanna Dworkin, Tommy Rivera-Vega, Alma Washington, Lia Cubilete, Bradley Grant Smith.
Estados Unidos, 2024. Título original: Ghostlight. Dirección: Alex Thompson, Kelly O'Sullivan. Guion: Kelly O'Sullivan. Producción: Pierce Cravens, Ian Keiser, Edwin Linker, Alex Wilson. Productoras: Little Engine, Runaway Train. Distribuidora: IFC Films. Fotografía: Luke Dyra. Música: Quinn Tsan. Montaje: Mike S. Smith. Reparto: Keith Kupferer, Katherine Mallen Kupferer, Tara Mallen, Dolly De León, Hanna Dworkin, Tommy Rivera-Vega, Alma Washington, Lia Cubilete, Bradley Grant Smith.
Como en Las vidas de Sing Sing, una compañía de teatro amateur se convertirá en el refugio del protagonista y en una especie de terapia donde enfrentará a sus demonios interiores. La pérdida de un hijo, el difícil duelo que sobrellevan unos padres que sobreviven a su vástago, es un tema que ha sido tratado en múltiples ocasiones en el celuloide, con ejemplos tan ilustres como la oscarizada Gente corriente (Robert Redford, 1980) o la italiana La habitación del hijo (Nanni Moretti, 2001), y aquí, la pareja de directores han optado por no caer de lleno en el drama, dotando a su historia de un tono algo más amable y unos acertados toques de humor, casi todos provenientes de la (en su mayoría) geriátrica fauna de actores no profesionales que acompañarán a Dan en los ensayos de su próxima representación teatral, Romeo y Julieta, así como del excéntrico carácter de la joven Daisy, una chica que, conforme avanza el metraje, se va revelando como un personaje mucho más sensible de lo que parecía a primera vista, descubriendo, además, un talento innato para la actuación. Katherine Mallen Kupferer está absolutamente deslumbrante en este complejo rol de adolescente problemática que, en el fondo, solo busca llamar la atención, ya que, por dentro, está tan rota o más que sus sufridos padres. La joven hace gala de una facilidad pasmosa para robar cada una de las escenas en las que aparece, siendo especialmente tiernas aquellas en las que funciona como cómplice de la incursión teatral de Dan. Señalar también que Dolly De León vuelve a lucirse, esta vez encarnando a Rita, la antigua actriz retirada que convence al protagonista para que se una a este singular grupo de actores amateurs que ensaya cada día en el interior de un oscuro cine abandonado. Un rol, sin duda, adorable y luminoso, cuya infinita pasión por la actuación la lleva a emprender aventuras tan disparatadas como la de meterse, a pesar de su avanzada edad, en la piel de Julieta, se convierte en el gran apoyo de Dan para sanar su alma. Las similitudes de la historia de los amantes de Verona, que se quitaban la vida por amor en la tragedia de Shakespeare, con la traumática experiencia que tuvo que atravesar el debutante "actor" servirán de catarsis para ponerse en la piel de su hijo, al tiempo que ejerce de partenaire de Rita, encarnado a un Romeo cincuentón.
Hay que aplaudir la solidez de una propuesta como la de Ghostlight, que, teniendo todos los ingredientes para ser un telefilme lacrimógeno (suicidios, matrimonios en crisis, hijos descarriados, juicios), logra mantener, en todo momento, un perfecto equilibrio entre lo dramático de la tragedia familiar y lo cómico de toda la parte que rodea al proyecto teatral. Resulta especialmente divertido el modo en el que se toma, en varios momentos de la historia, al Romeo y Julieta de Baz Luhrmann como referente "clásico" de la obra que los protagonistas quieren adaptar. Los mayores aciertos habría que buscarlos en el precioso guion de Kelly O'Sullivan, que rebosa humanidad y ternura en cada línea de diálogo, que quiere y cuida a unos personajes entrañables, cálidamente interpretados por un reparto en estado de gracia, y en el cariño con el que aborda del proceso creativo que rodea a una obra de teatro. El filme refleja a la perfección cómo un grupo de personas inadaptadas utiliza el denominado "espacio seguro" del viejo cine, para, por un rato, meterse en la piel de otras completamente diferentes, y, concretamente en los casos de Dan y su hija, los ensayos de la obra funcionan como terapia para sobreponerse al drama que les impedía avanzar en sus vidas., ya que ficción representada sobre las tablas se difumina con los sentimientos reales de los personajes, a causa de los recuerdos que esta les hace revivir. En definitiva, Ghostlight es una de esas películas pequeñitas en dimensiones y grandes en logros, que llegan sin hacer excesivo ruido, pero que, una vez que la descubres, consiguen tocarte el corazón y se quedan grabadas en la memoria hasta mucho tiempo después de su visionado. Sin ser sensiblera o moralista, ensalza valores como la solidaridad, la amistad y el valor de la unidad familiar para sobrevivir ante las adversidades, de forma natural y muy cercana, logrando que el público se sienta fácilmente identificado con los personajes y sus conflictos. Una de las sorpresas más agradables de la cartelera de lo que llevamos de 2025, razón más que suficiente para seguir de cerca los próximos pasos de su pareja de directores. ♦
![]() |
![]() |
![]() |
![]() |