|| Críticas | FICX 2024 | ★★★★☆ |
By the stream
Hong Sang-soo
Rellenar los huecos
Yago Paris
ficha técnica:
Corea del Sur. 2024. Título original: 수유천/Suyoocheon. Director: Hong Sang-soo. Guion: Hong Sang-soo. Productores: Kim Min-hee. Productoras: Jeonwonsa Film. Fotografía: Hong Sang-soo. Música: Hong Sang-soo. Montaje: Hong Sang-soo. Reparto: Kwon Hae-hyo, Kim Min-hee, Cho Young.
Corea del Sur. 2024. Título original: 수유천/Suyoocheon. Director: Hong Sang-soo. Guion: Hong Sang-soo. Productores: Kim Min-hee. Productoras: Jeonwonsa Film. Fotografía: Hong Sang-soo. Música: Hong Sang-soo. Montaje: Hong Sang-soo. Reparto: Kwon Hae-hyo, Kim Min-hee, Cho Young.
By the Stream (Suyoocheon, 2024), la segunda película de este año de Hong Sang-soo, también articula su narración a partir de las elipsis. El filme, que también ha estado en esta edición del Festival de Gijón, donde se ha alzado con el premio a la mejor película y a la mejor actuación femenina de la Sección Oficial Albar, narra la historia de una mujer y su tío. Ella es Jeonim (Kim Min-hee), una profesora universitaria que invita a su tío, Chu Sieon (Kwon Hae-hyo), a dirigir una pequeña obra teatral del festival de de la universidad, donde cada departamento participa elaborando un sketch. Chu Sieon es un actor y director semiretirado, y su sobrina le pide el favor a última hora, pues cuenta con apenas diez días para desarrollarla desde cero. El motivo de tanta urgencia es la expulsión repentina de quien había sido el director de la obra de este departamento, debido a su conducta: el joven ha estado manteniendo, a la vez, relaciones íntimas con tres de las siete integrantes del grupo teatral, por lo que ha sido relevado de su cargo y se le ha prohibido el acceso a la universidad. El encuentro entre sobrina y tío es muy repentino, y se produce tras diez años sin haber estado en contacto, y se deja entrever que una rencilla pasada entre Chu Sieon y su hermana –la madre de Jeonim– ha tenido mucho que ver.
Al mismo tiempo, un tercer personaje entra en juego y marca el devenir de la narración. Se trata de Jeong (Cho Young), una profesora veterana del mismo departamento de Jeonim. Ellas dos se tienen en una enorme estima, hasta el punto de que Jeong ejerce como una especie de segunda madre para la protagonista. Sin embargo, el interés del relato se centra en la conexión instantánea que se produce entre Chu Sieon y Jeong, con claros tintes de atracción afectiva desde el primer momento. Así, el reencuentro entre Jeonim y Chu Sieon se acaba convirtiendo en realidad en el encuentro entre Chu Sieon y Jeong, en un microcosmos donde la protagonista ocupa la posición de carabina, rol habitualmente incómodo que la irá tensando progresivamente a lo largo del metraje. Sin embargo, aunque sin duda no fomenta la comodidad de Jeonim, este no parece ser el motivo principal del conflicto que determinará el filme, sino otro: ¿qué intenciones tiene su tío con Jeong? Al igual que sucede con Cuando cae el otoño con su protagonista, Michelle (Hélène Vincent), el público cuenta principalmente con la perspectiva de Jeonim, brújula moral a través de la que el espectador observa el mundo que se le está mostrando. Al igual que a Michelle, a Jeonim se le deniega el acceso a ciertos sucesos de la trama, por lo que tendrá que decidir si confía o no en la persona que tiene enfrente –su tío– o no. De nuevo, se trata de un relato basado en el salto de fe, que no obstante difiere en la actitud de su protagonista, pues aquí no se trata de un ser de luz regido por la compasión, sino de un personaje marcado por la sospecha y los pensamientos negativos. La mujer está explícitamente marcada por el reciente suceso en la universidad, como se muestra en la bronca discusión que mantiene con el joven director cuando entra en el recinto a pesar de tenerlo prohibido. Qué duda cabe que el elemento de género juega un papel fundamental, pues no solo se trata de una discusión en torno a malas conductas, sino que es además el intento de una profesora de proteger a sus alumnas de conductas depredatorias. Además, se intuye que Jeonim ha sufrido en el pasado por temas relacionados con relaciones íntimas con varones –¿o acaso esto solo es una sospecha de quien esto escribe, que trata de rellenar huecos de información con sus propias sospechas y prejuicios?–. Todo este contexto es el que provoca que sospeche de su tío, como hombre que es, cuando instantáneamente muestra interés por Jeong.
No es novedosa la manera negativa con que Hong Sang-soo retrata a sus personajes masculinos, hasta el punto de que en By the Stream se podría argumentar que existe un elemento metatextual a este respecto: el público de su cine, acostumbrado a ver en la pantalla a hombres inmaduros y moralmente cuestionables, atará fácilmente los cabos y sospechará de Chu Sieon a pesar de no tener pruebas de sus malas intenciones. De esta manera, la construcción narrativa parece proponer una reflexión en torno a la manera con que el ser humano rellena esos vacíos de información con su pasado, con sus experiencias y heridas no resueltas. Cuando Chu Sieon y Jeong se quedan solos en una habitación de la casa de esta, Jeonim da por sentado que van a mantener relaciones sexuales, por lo que decide marcharse sin avisar –¿sin interrumpir?– para así dejarlos solos. Hong Sang-soo filma esta escena de manera inteligente, utilizando las escaleras que dan acceso al piso superior del dúplex de Jeong como un pasaje a esa información que se le va a escamotear tanto a la audiencia como a la protagonista. Una segunda elipsis se produce cuando el joven director teatral vuelve por segunda vez a la universidad, provocando de nuevo un acceso de ira en Jeonim. En esta ocasión, Chu Sieon está presente, y se lleva al joven director aparte, dejando a la protagonista con el grupo de alumnas. Esta ausencia, la de la conversación entre directores, es sutil, pues la escena se construye de tal manera que el foco parezca ser la conversación de la protagonista con las alumnas. Una vez finalizado el relato, al pensar en el filme el público se dará cuenta de que la clave estaba, en realidad, en lo que no se ha mostrado. Nunca se sabrá el contenido ni el tono de esa conversación elidida, pero el joven director nunca volverá a aparecer en escena.
La tercera ausencia se produce en la última escena, una vez que se ha producido el clímax emocional entre sobrina y tía. En esta ocasión, Chu Sieon y Jeong están fumando a la orilla de un arroyo, y en ese momento Jeonim decide ir a dar un paseo, en parte por interés propio y en parte para dejar a los otros dos personajes a solas. De repente, Jeonim desaparece, y Chu Sieon y Jeong se preocupan, así que comienzan a llamarla a gritos. A los pocos segundos, la protagonista vuelve sin mayor problema, con una sonrisa avergonzada ante la preocupación que involuntariamente ha causado. Cuando Chu Sieon le pregunta qué había allí, en ese lugar al que ha ido y que ni personajes ni público han podido ver, contesta que no hay nada. De esta manera se podría argumentar que Hong Sang-soo está exponiendo que, en ocasiones, en esas ausencias de información no se ocultan truculentos sucesos, sino la nada, y que es la persona la que rellena los huecos con sus miedos y sus visiones segadas y prejuiciosas de la realidad. En esta ocasión, el personaje masculino de Chu Sieon no es un patético y despreciable ser, sino una persona bondadosa, de buenas intenciones que solo hace el bien. ♦