Crítica | Oasis

|| Críticas | ZINEBI 2024 | ★★★☆☆ |

Oasis

Tamara Uribe y Felipe Morgado

Espejismo constituyente

Javier Acevedo Nieto

Bilbao |

ficha técnica:
Chile, 2024. Título original: «Oasis». Dirección: Tamara Uribe y Felipe Morgado. Guion: Colectivo MAFI. Producción: MAFI. Fotografía: Adolfo Mesías. Duración: 79 minutos.

El proceso de redacción de una nueva constitución sumió a Chile en un proceso un tanto peculiar para cualquier democracia: el de renegociar su propio funcionamiento interno. Con Oasis, Tamara Uribe y Felipe Morgado rastrean las muchas ramificaciones de ese proceso constituyente, conscientes a su vez de la dificultad de articular una película que dé voz a todo el pueblo chileno y, al mismo tiempo, no privilegie ningún punto de vista. El colectivo MAFI (Mapa Fílmico de un País) trata de vertebrar muchas voces e imágenes alrededor de este desencadenante político. Si ya hemos apuntado la dificultad de hacer un cine político que no caiga en lo estrictamente discursivo o en una retórica manipuladora, Oasis centra todos sus esfuerzos en evitar este extremo.

La forma de conseguirlo es marcando distancia. Una distancia que se ve desde la primera escena en la que un encuadre amplio y un punto de vista neutro muestra a unos jóvenes que se bañan en el agua bajo la imponente presencia de una fábrica. Este punto de vista predominará a lo largo de la película y es que, al igual que lo que sucede con el cine de Frederick Wiseman, el documental del colectivo busca reflejar el camuflaje humano tras el funcionamiento de toda institución esencial. En unos días donde más que nunca se bombardea con consignas como “solo el pueblo salva al pueblo” a raíz de las consecuencias catastróficas que se viven en la Comunidad Valenciana y otros puntos del país, nunca está de más ver películas que muestran que, en el fondo, toda institución es el decorado poblado por individuos que le dotan de una legitimidad política, económica, social y cultural. Si el cine de Wiseman nos reconcilia con las pantagruélicas instituciones que parecen caer sobre la sociedad como gólems impasibles, Oasis hace lo propio no a través del humanismo o el dramatismo, pues este es un documental que muestra la organicidad de cientos de cuerpos que buscan organizarse en organismos que les den una voz unitaria, de ahí que el diálogo en la película quede reducido al sonido directo de cualquier transeúnte o ciudadano.

Esto no quiere decir que Oasis sea apolítica porque se limite a marcar una distancia. La ironía de sus imágenes deviene de un trabajo sutil con el subtexto y de una dialéctica prístina y transparente. Aquí no hay metáforas o simbolismos que juegan con el valor de las instituciones. De hecho, el filme abre con una cita de Sebastián Piñeira quien afirmaría que “en medio esta América Latina convulsionada veamos a Chile como un verdadero oasis” y a continuación se suceden contundentes escenas que muestran el otro lado del capitalismo salvaje de los 80: aguas contaminadas, infraestructuras defectuosas y tantos otros problemas. Asimismo, el registro de las protestas de octubre de 2019 se mantiene en este tono aparentemente neutro, pero lleno de una rabia interna que nunca se explicita en el montaje aséptico hasta que detona en la cobertura del plebiscito de 2022. La distancia dramática se mantiene en todo momento, pero qué difícil narrar los estados alterados de conciencia social (de la ilusión a la derrota, de la esperanza postcolonial y postfeminista a la derrota electoral) en ochenta minutos y sin condescendencia.

Oasis está construida, como afirmó Karina Solórzano a propósito del cine de Jocelyne Saab, como una forma que piensa. Huye de una mitología o del relato de un pueblo en tiempos de formación del espíritu nacional para vertebrar toda una reflexión sobre la volatilidad de la identidad colectiva y la fragilidad de esta frente a sociedades cada vez más aceleradas. Lo que distingue a Oasis es su capacidad para ofrecer una perspectiva cruda y disonante sobre el concepto mismo de la nación. En un contexto donde se requiere hablar de democracia, pero a la vez se enfrenta uno de los procesos más deslegitimados y polarizados, el filme de Uribe y Morgado opta por marcar distancia, no como un gesto de indiferencia, sino como un compromiso con la complejidad. Al igual que las aguas contaminadas que se muestran en el filme, el proceso democrático chileno aparece como un río turbio, cuya pureza nunca existió, pero que sigue siendo el escenario sobre el que se disputan las voces y los sueños de quienes buscan una identidad común. En un contexto global de crecientes movimientos populistas y autoritarios, Oasis se erige como un recordatorio de la fragilidad de las democracias modernas, y como una reflexión sobre la necesidad urgente de reinventar las formas de organización social y política. ♦

Referencias
Solórzano, K. Toda la memoria del mundo, aproximaciones al cine de Jocelyne Saab. Recuperado de:
https://larabiacine.com/2021/10/19/toda-la-memoria-del-mundo-aproximaciones-al-cine-de-jocelyne-saab/