Han pasado treinta y cinco años desde que Ridley Scott llevara a la gran pantalla el relato de Philip K. Dick “¿Sueñan los androides con ovejas mecánicas?” en la que sería su segunda obra maestra consecutiva –tras Alien, el 8º pasajero (1979)– dentro del género de la ciencia ficción: Blade Runner (1982). Pese a que fue un sonado fracaso comercial y la crítica no la valoró como debía en su momento, con los años (y los sucesivos montajes del director) vio como conseguía hacerse un lugar entre los títulos más emblemáticos de la Historia del Cine. Su asombrosa facilidad para combinar con maestría la fantasía de un relato futurista –ambientado en Los Ángeles de 2019–, el thriller con aires de cine negro clásico, y un apasionado romance entre el policía Rick Deckard (inolvidable Harrison Ford) y Rachael (Sean Young), la replicante a la que debía "retirar", cautivaron a posteriores generaciones de cinéfilos, convirtiéndose en todo un referente a seguir para multitud de títulos que vendrían después, así como en una de las obras más representativas del cyberpunk. Un guion maravilloso (obra de Hampton Fancher y David Peoples), una puesta en escena y unos efectos especiales impactantes para la época, la magnífica banda sonora de Vangelis –una de las mejores de todos los tiempos– y un personaje antagonista tan carismático como el Roy Batty encarnado por el descomunal Rutger Hauer, ejecutor del monólogo más poético y recordado de todos los tiempos, fueron algunas de las bazas que contribuyeron a forjar la leyenda. Durante mucho tiempo se especuló con la posibilidad de una continuación, algo que aterraba a los millones de seguidores de la cinta original, conscientes de que el listón estaba demasiado alto como para intentar, por lo menos, acercarse a su grandiosidad. Hoy ese proyecto es una realidad.
Ridley Scott, presente como productor de Blade Runner 2049 (2017), deja la silla de director a Denis Villeneuve, uno de los realizadores más interesantes de los ultimos años con maravillas como Enemy (2013) o La llegada (2016) –su primer acercamiento a la ciencia ficción, saldado con sobresalientes resulados– en su haber, mientras que Hampton Fancher vuelve a ser responsable de un guion co-escrito para la ocasión junto a Michael Green, que retoma la historia treinta años después de los acontecimientos de la primera película. K (encarnado por un Ryan Gosling tan hierático como lo fue Ford en 1982, algo que, sin duda, le vendrá como un guante a su personaje) es un nuevo blade runner de la policía de Los Ángeles que ha descubierto un secreto, oculto durante años, que podría dinamitar los cimientos de una sociedad ya de por sí desolada. A raíz de ello, se aventura a seguir la pista de Deckard, su antecesor como cazador de replicantes, desaparecido del mapa desde hace tres décadas.“Los replicantes son como cualquier otra máquina. Pueden ser un beneficio o un peligro. Si son un beneficio, no es asunto mío”. Con estas lapidarias palabras de fondo se abre un atmosférico teaser de 104 segundos que, sin desvelar casi nada importante, sí logra despertar buenas vibraciones. En él se puede ver a Gosling vagando por aquella sombría urbe futurista contaminada por la lluvia ácida que una vez conocimos, para, a continuación, sumergirse en un polvoriento paisaje (la fotografía del maestro Roger Deakins brilla a gran altura) que culmina con el intenso primer (y esperadísimo) encuentro entre el protagonista de Drive (Nicolas Winding Refn, 2011) –que no puede evitar la tentación de tocar con su dedo la tecla de un viejo piano, en claro homenaje a un icónico momento del clásico de Scott– y el veterano Harrison Ford.
“Una vez tuve tu trabajo. Se me daba bien” le dice Deckard a K mientras le apunta con una pistola, a lo que el joven responde con ironía: “Antes era más sencillo”. Tras este breve (pero suficiente) cara a cara entre las dos estrellas del filme –dos caras de una misma moneda que simbolizan el pasado y el futuro–, resuenan con fuerza los acordes de la música de Vangelis (el compositor islandés Jóhann Jóhannsson tiene la difícil papeleta de tomar su relevo en la banda sonora) y la cámara camina a las espaldas de Gosling, de nuevo inmerso en las calles de esa ciudad plagada de anuncios de neón y sonidos familiares. Suficiente para ganarse el corazón de muchos de los amantes de la genuina Blade Runner. Con un reparto que incluye a Robin Wright, Ana de Armas, Jared Leto, Mackenzie Davis, Dave Bautista, Barkhad Abdi y Sylvia Hoeks, Villeneuve se la juega a todo o nada en una secuela que tratará de no dejar el agridulce sabor de boca de Prometheus (Ridley Scott, 2012), la precuela de Alien. Habrá que esperar hasta el 6 de octubre de 2017, fecha en que llegará a los cines de Estados Unidos, para saber si estamos ante una digna prolongación del mito o si, por el contrario, los temores que despertaban su concepción eran fundados.
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