Glamurosa humillación
crítica de Frente al mar (By the Sea, Angelina Jolie Pitt, 2015).
Si hay una pareja en el mundo bendecida por todas esas virtudes que desde siempre han deseado los seres humanos, a saber, belleza, fama, riqueza y en general un tren de vida de lo más envidiable, esa es la formada por Brad Pitt y Angelina Jolie, quien a raíz de su casamiento ha asumido como segundo apellido el de Pitt. Los dos se conocieron e intimaron en el rodaje de El señor y la señora Smith (Mr. & Mrs. Smith, Doug Liman, 2005), por tanto hace más de diez años, y a ello han seguido, junto a las campanadas de rigor, los oportunos nacimientos, adopciones, crisis, rumores, traslados y reconciliaciones, hasta el punto de que, pese a que las malas lenguas auguraban con insistencia lo contrario, hoy en día los dos han consolidado una feliz convivencia. También ha ayudado el que ambos han diversificado su profesión y así conservado su ambición personal. Mientras él ha montado una exitosa productora, Plan B Entertainment, a cargo entre otras de la reciente La gran apuesta (The Big Short, Adam McKay, 2015); ella ha dado sus primeros pasos en el departamento de la dirección. Tras un anodino documental en 2007, llegó su primer largo de ficción En tierra de sangre y miel (In the Land of Blood and Honey, 2011), ambientada en la Guerra de los Balcanes, donde la primeriza realizadora desplegaba ya su conocida vocación comprometida con las culturas ajenas. Su segunda película, Invencible (Unbroken, 2014), sería menos política y más comercial, pero manteniendo un claro carácter de denuncia de la opresión y los abusos que suelen conllevar las guerras en todos sus emplazamientos. En cualquier caso, pese a sus encomiables intenciones y valores de producción, ninguna de estas cintas tuvo el reconocimiento que se esperaba. Y todavía parece más fallida su cuarta incursión tras las cámaras, aunque por razones distintas. Si en las anteriores se podía criticar sobre todo su falta de personalidad y distinción en un cine tan de género, en la que ahora nos ocupa, titulada Frente al mar (By the Sea, 2015), estamos ante un melodrama personal por definición que mostraría en cambio carencias más genéricas.
Por un lado, se trata de una historia más íntima empezando por la implicación ahora directa de Brad Pitt, que participa en la financiación con su productora y coprotagoniza el relato junto a su mujer. La frontera entre la realidad y la ficción se difumina en tanto que ambos aparecen como un matrimonio norteamericano que decide pasar unos días veraniegos en un pueblo costero del sur de Francia, ambientado eso sí en los años 70. Más que de idílicas vacaciones se trata de una estancia obligada que los dos pretenden aprovechar por sus propias razones: él (Roland) para intentar recuperar su inspiración como escritor de éxito remoto, y ella (Vanessa) para salir de una depresión que, dado el susodicho panorama, se nos antoja inicialmente incomprensible. Pero lo cierto es que la mayoría de las melancolías no tienen una causa concreta cuyo tratamiento solucione la enfermedad, sino que recorre un estado de ánimo al que las terapias o los medicamentos sólo proporcionan un alivio pasajero. Partiendo de esta premisa, el gran error narrativo de esta película es traicionar su espíritu al reconducir la citada depresión a un hecho puntual y algo sobredimensionado, del que sólo se nos hace partícipes al final. Esta revelación tardía puede justificarse porque se trata de algo que la pareja no quiere ni puede afrontar, pero le quita trascendencia a lo acontecido hasta entonces. En concreto, la historia enfoca sobre todo la conflictiva relación entre los dos protagonistas, aunque también se detiene en el personaje secundario (encarnado por el siempre fiable Niels Arestrup) del dueño de un restaurante en el que Roland/Pitt trata de ahogar sus penas; así como en una pareja más joven que se hospeda en la habitación contigua (con las también atractivas caras de Mélanie Laurent y Melvil Poupaud), en cuya proximidad Vanessa/Jolie trata de hallar un cierto consuelo que mezcla el celo y la perversidad.
«Frente al mar es una obra no exenta de méritos, a la que sin embargo aqueja esa crítica que acostumbramos oír pero que pocas veces resulta tan clara como aquí: y es que predomina la forma sobre el fondo».
Pues bien, estos pocos elementos decorativos e interpretativos a duras penas bastan para rellenar las dos horas de metraje, el cual por su naturaleza introspectiva da la sensación de ir hacia atrás y hacia delante sin seguir una dirección bien definida. Ello podría ser más interesante si en efecto estuviéramos ante un conflicto interno profundo e inescrutable, del que sólo con significativos detalles y sucesivas capas se nos iría aportando el sentido. Pero como decíamos no hay suficiente material detrás de un envoltorio del que, todo sea dicho, sí logra preservar nuestra atención hasta su desenlace gracias a su cuidada técnica y su inherente sugestión. El director de fotografía Christian Berger es el habitual nada menos que del cine de Haneke, y aquí hace gala de su precisión tras la cámara para dibujar bellas composiciones que, sin abandonar toda su frialdad, logran así encajar con la atmósfera cálida y a la vez enrarecida en la que transcurre la película. Desde un punto de vista estético también se hace notar la experiencia en sus respectivos campos del diseñador de producción Jon Hutman o del compositor Gabriel Yared, contribuyendo ambos con un estilo clásico y elegante a dar color y sonido al conjunto. No está de más detenerse en estas aportaciones concretas porque demuestran que Jolie Pitt sabe rodearse de los nombres adecuados para sacar adelante sus proyectos con profesionalidad y calidad, lo cual no hace desmerecer su propia labor de dirección, que debe armonizar y mejorar en lo posible cada elemento del filme. Pero, de nuevo, es en su esencia en la que el mismo no se muestra del todo satisfactorio, ya que sus protagonistas no logran trascender su superficie, y de hecho estamos ante uno de esos casos raros en que es difícil desligar al actor del personaje, lo cual complica aún más la posibilidad de empatizar con sus traumas y cavilaciones. En definitiva, Frente al mar es una obra no exenta de méritos, a la que sin embargo aqueja esa crítica que acostumbramos oír pero que pocas veces resulta tan clara como aquí: y es que predomina la forma sobre el fondo. | ★★ ½ |
Ignacio Navarro Mejía
© Revista EAM / Madrid
Ficha técnica
Estados Unidos & Francia, 2015. Dirección: Angelina Jolie Pitt. Guion: Angelina Jolie Pitt. Productoras: Jolie Pas / Pellikola / Plan B Entertainment / Universal Pictures. Fotografía: Christian Berger. Montaje: Martin Pensa & Patricia Rommel. Música: Gabriel Yared. Diseño de producción: Jon Hutman. Dirección artística: Tom Brown & Charlo Dalli. Vestuario: Ellen Mirojnick. Reparto: Brad Pitt, Angelina Jolie Pitt, Mélanie Laurent, Melvil Poupaud, Niels Arestrup.