El germen escocés del humor
crítica a Nuestro último verano en Escocia (What We Did on Our Holiday, 2014), dirigida por Andy Hamilton, Guy Jenkin. | ★★★★ |
La verdad es que no podía empezar mejor el último día de competición, y no por la alta calidad del filme en cuestión, sino porque después de una semana plagada de dramas y conflictos para echarse literalmente a llorar, tocaba el turno de la primera comedia integral, la británica What we did in our holiday, traducida de forma incomprensible como Nuestro último verano en Escocia. Quiero pensar que la bobada del cambio de título se debe a que el dilema de la independencia está muy de moda y que hay que llevar a gente al cine, porque de lo contrario no encuentro explicación. La trama encuentra en la simpleza la formulación apropiada para el desarrollo de su ingenio: Doug y Abi son ex pareja y no se aguantan, viven en Londres y son los padres de tres hijos tan adorables como extrovertidos. La historia comienza lanzándonos directamente al conflicto, que surge cuando el padre de Doug, escocés de pura cepa, enferma de manera irremediable de cáncer. La pareja decidirá ir a visitarlo con sus hijos por su cumpleaños fingiendo que todo va bien, tratando de bordar el papel de happy family. Es allí, en los verdes campos de Escocia, donde los niños precipitan un giro inesperado que nunca me perdonarían que desvelara, el cuál hará que la familia se vea obligada a aparcar sus diferencias y colaborar.
La cinta tiene un arranque frenético desde su inicio, una abrupta irrupción de diálogos desternillantes que se solapan encajados en un montaje rápido de cámara al hombro. Y ya ,desde esa escena inicial, queda patente quiénes llevan el verdadero peso de la película: los jóvenes infantes, especialmente la pequeña chica rubia y sus pláticas de mujer adulta. Es esta energía cómica inicial la que se despliega de forma casi constante durante todo el largometraje, expandiéndose en una vertiente más profunda o, si prefieren, racional, con la aparición del personaje del abuelo, un fantástico Billy Connolly, y su buena química con el derroche enérgico de sus nietos. Fuente incondicional de conversaciones simpáticas, momentos graciosos y gags fulminantes, siendo estos elementos un pretexto tan único como suficiente para justificar el visionado de la cinta. Que sí, cumple su objetivo haciendo reír mucho y muy bien. Motivo por el que seguramente haya sido tan aplaudida al finalizar la proyección de la mañana en el Calderón, dejando, cómo no, a los cuatro puristas de siempre descontentos, aquellos que son incapaces de concebir que el cine pueda ser algo más que un ensayo personal acerca del mundo circundante y de la complejidad de la realidad; aquellos a los que no les entra en la cabeza que una película pueda ser grande siendo únicamente un producto de entretenimiento destinado a las masas. Porque el cine no solo es arte, también es espectáculo.
Y no defiendo que está sea una de las obras que se vayan a recordar durante años, o que tenga que ser premiada sí o sí. Simplemente que es positivo que propuestas tan simpáticas, y, ante todo, diferentes con lo que se suele programar en certámenes de estos niveles, tengan su hueco junto a universos particulares de autor que a nadie parecen importar, y prefiero no dar títulos. Y, como no todo va a ser bueno, es justo decir que quizás Nuestro último verano en Escocia se resiente en su vocación de anuncio publicitario digno de campaña de turismo escocesa, síndrome que como bien saben sufren también las últimas películas de Woody Allen, solo que, en el caso del genio neoyorquino, el retrato urbano queda reducido al mero contexto físico, siendo en la obra de Jenkin y Hamilton la magnificencia del paisaje escocés la que a menudo se impone con excesivo número de planos en helicóptero al ritmo del blues del pescador. También puede destilar la película un cierto aura a telefilme de tarde británico, lo cual no debiera ser un problema moral para todos aquellos que insisten en que el mejor cine hoy en día se hace en la televisión. Y, además, qué demonios, estamos hablando de la BBC, no de Telemadrid o Canal 9. | ★★★★★ |
Álvaro Martín
Enviado especial a la 59ª edición de la Seminci
Nuestro último verano en Escocia
Título original: What We Did on Our Holiday.
Dirección y guion: Guy Jenkin, Andy Hamilton.
Productoras: BBC Films, Lipsync Productions, Origin Pictures. Intérpretes: Rosamund Pike, David Tennant, Billy Connolly, Celia Imrie, Ben Miller, Emilia Jones, Annette Crosbie, Amelia Bullmore.
Fotografía: Martin Hawkins, en color.
Montaje: Steve Tempia, Mark Williams.
Música: Alex Heffes.
Duración: 95’.
País: Reino Unido.
Sección Oficial.