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    Cine Alemán Siglo XXI

    San Sebastián 2014 | Cuarta jornada. Críticas: 'Loreak', 'La desaparición de Eleanor Rigby. Ellos', 'Phoenix', 'Haemoo' y 'Negociador'

    Jessica Chastain en San Sebastián

    Amor y muerte, únicas variables

    Crónica de la cuarta jornada de la 62ª edición del Festival de San Sebastián

    Uno de los elementos mágicos del cine es su capacidad para revelarnos quiénes somos. Sí, pensarán que me he vuelto loco entre tanta Keler y alfombra roja, pero un filme, aparte de trasladarnos a otras vidas, logra poner en orden nuestros sentimientos a golpe de fotogramas. Es algo inherente. Esa propiocepción que no distingue entre lo brillante y lo mediocre, entre cabal y lo emocional. Nuestras retinas se contraen, nuestro corazón suspende su hibernación, en definitiva, sentimos pasión ante lo visionado, sea por memoria, por anhelo o por simple estética. Estas sensaciones que les describo, aparecieron en la última sesión de la noche. No eran nuevas, ya las había experimentado en la proyección de cierre en Karlovy Vary. Hablo de La desaparición de Eleanor Rigby, un proyecto que en su estructura global resulta fallido, pero que, en cada una de sus partes, logra involucrar al espectador con una serie de imágenes que calan hondo. Es la vida, su vida, sus momentos de felicidad, de indefensión, de ignorancia, de dolor o pérdida. Un díptico sobre esa estrella fugaz que llaman amor, siempre con efectos perennes, siempre con un anverso y reverso. Una cinta imperfecta cuyo alma vaga por todos los recovecos de nuestra mente y que, en el caso de la noche de ayer, paró el mundo de unos cuantos espectadores sobre la medianoche.

    Mucho antes del alumbramiento de estas vanas divagaciones, aparecieron otras cuatro películas, cada cual más excitante y sugerente. La sensible y ponderada Phoenix, de Christian Petzold; el carnaval multigénero de la entretenida Haemoo; sátira política con el siempre eficiente Borja Cobeaga, y una maravilla con raíces, tallo y frutos: Loreak, por obligación, la gran favorita a la Concha de Oro, hasta el momento. Del Victoria Eugenia, al Kursaal, pasando el Principal y el laberíntico sendero al Trueba 1, una de las novedades de esta 62ª entrega. Geografía de un día de gran cine, culminada con esa magia en forma de secreto. La mejor razón para estar en San Sebastián, también para volver a casa y compartirla. A continuación, las impresiones de este cuarto día en Guipúzcoa.

    Phoenix

    Phoenix

    Dirigida por Christian Petzold.
    Reparto: Nina Hoss, Ronald Zehrfeld, Uwe Preuss, Nina Kunzendorf.
    Alemania, 2014
    DONOSTIA ZINEMALDIA | COMPETICIÓN

    La experiencia Novak | Tras una dilatada carrera, desarrollada de forma íntegra en su país, llega el gran momento de Christian Petzold. Cineasta fiel al estilo de la escuela germana que, tras la excelente Bárbara (Barbara, 2012), vuelve a rebasar terrenos centroeuropeos —ya se presentó en el TIFF, con una buena acogida— con Phoenix, otro retrato de la Alemania posnazista rodado con sobriedad pero articulado bajo emociones encubiertas que tienen su estallido en un final de antología. Antes de todo ello, asistimos a la enésima exhibición de Nina Hoss, con una interpretación que no cae en el cliché y que se adueña por completo del largometraje. Petzold nos envuelve en un aura de perpetua amargura, casi claustrofóbico, con una trama que bebe ligeramente de la herencia del Vértigo de Hitchcock, hasta tal punto que se obvia el contexto y se centra en los avances en los intentos de reconstrucción de una mujer despojada de todo, incluso de su imagen. Sin embargo, no todo los aspectos de Phoenix rayan a la misma altura. La marca personal de su autor se convierte en su mayor tara. Una narrativa monocorde, de cocción demasiada lenta y privada de picos que logren enganchar a la platea. En su tramo final, la intensidad crece hasta llegar a un broche memorable, lástima que para ello haya que asistir un espectáculo demasiado lineal desprovisto de cualquier sobresalto. Con ello, Phoenix es una buena muestra del ascenso del cine alemán; un largometraje maduro y bien elaborado pero al que le falta algo de chispa para rozar la grandeza. 70|100. | |

    Negociador

    Negociador

    Dirigida por Borja Cobeaga.
    Reparto: Ramón Barea, Josean Bengoetxea, Carlos Areces, Melina Matthews.
    España, 2014
    ZABALTEGI

    Canon fijo | Era la película del día. Largas colas en la entrada del Principal una hora antes de su presentación; y muchos comentarios sobre las expectativas depositadas en uno de esos directores que, pese a su corta filmografía, tiene un gran número de seguidores. Es el efecto de la comedia, y también el de las redes sociales. Siendo rigurosos, sería fácil cuestionarse las destrezas mostradas por Borja Cobeaga hasta la fecha; siempre relacionadas con el populismo. Ese opio que busca funcionar como paradigma. El pueblo, por supuesto, responde con fervor. Algo que se aprecia en el comienzo de Negociador, su nueva creación. Un prólogo con un plano medio del protagonista que, zoom mediante, se convierte en primer plano, alternando con la estampa de una sartén al fuego y un filete al punto. Cada vez más corto, cada vez más rápido. Resultado, un selecto grupo de la platea comparte sus carcajadas de forma casi estrambótica. ¿Por qué? Se preguntará el resto. ¿Qué nos hemos perdido? Los que aún aguardaban la posibilidad de una butaca. El ser humano es impredecible, o quizá no. En este universo de pases de prensa cualquier pensamiento o elucubración es válido.

    Pasada la apertura, presenciamos una sátira política llena de clichés intencionados que desmontan algo que ya sabíamos: las sinrazones de los nacionalismos. Por momentos, Cobeaga consigue involucrar al espectador gracias a un escenario cómico, tristemente, demasiado cercano a la realidad. El problema de Negociador, es que es una fórmula que ya hemos vistos a modo de sketches televisivos. Sólo falta la txapela y la zamarra del Athletic Club. Esa búsqueda constante de humanizar –por llamarlo de alguna manera— a todas las partes de este diálogo, al final resulta reiterativo y condescendiente. Es lo que los clientes desean. Demasiado fácil para un tipo con talento como Cobeaga. Demasiado previsible, también. Como ocurre con Álex de la Iglesia, a veces es necesario desintoxicar para sorprender. Si hay que jugar al hiperrealismo que las cartas no estén marcadas. 59|100. | ★★ |

    La desaparición de Eleanor Rigby

    La desaparición de Eleanor Rigby. Ellos

    The Disappearance of Eleanor Rigby. Them.
    Dirigida por Ned Benson.
    Reparto: Jessica Chastain, James McAvoy, Viola Davis, William Hurt, Isabelle Huppert.
    Estados Unidos, 2014
    PERLAS

    Héroes y heroínas | Tras la maravillosa sensación que dejaba el visionado de ese segmento titulado ÉL (Him) en Karlovy Vary, quedaban por saber los daños producidos por Weinstein & Co a la versión global de un proyecto único. 120 minutos donde se alternan las dos versiones –con mucho más protagonismo para Jessica Chastain que para su estupendo partener, James McAvoy— de una historia de (des)amor que, obviando marketing y pretensiones académicas, debe convertirse en un clásico. La edición completa de La desaparición de Eleanor Rigby (The Disappereance of Eleanor Rigby, 2014) compila uno de los grandes males del cine contemporáneo, en este caso, por gloria y gracia de una tijera en pro del efectismo más encorsetado. Por suerte, los excelentes diálogos, articulados por unos personajes profundamente vitales, y la sensibilidad de la puesta en escena en Ned Benson, remarcan que hay algo más detrás de una post-producción demasiado condicionada.

    ELLOS (Them), nos muestra pasajes intercalados que van encajando gracias al notable ritmo que le impone su realizador. Sin apenas altibajos y con unos intérpretes en estado de gracia, la elegancia hace el resto. Sin recurrir a vías recorridas, se aproxima, con mucha sutileza, a dos identidades que han perdido el rumbo y que solo adquieren sentido estando cerca uno del otro. Dos polos opuestos a los que las circunstancias le dejan sin respuestas pero no sin magnetismo. Un elemento que extrapolan a la pantalla que cada mirada, en cada caricia. McAvoy y Chastain, se desnudan ante el público, y este les devuelve el gesto. En ese momento, ya no importan sus aspiraciones al Óscar, la codicia de sus mecenas o cualquier factor mercantil, solo cine, ese que deja huella y que en su futura versión de blu-ray dejará tantos regalos como corazones comprensivos. 73|100. | |

    Haemoo

    Haemoo

    Haemu.
    Dirigida por Shim Sung-bo.
    Reparto: Kim Yoon-seok, Park Yoo-chun.
    Corea del Sur, 2014
    DONOSTIA ZINEMALDIA | COMPETICIÓN

    Afternoon madness | Con el apadrinamiento de Bong Joon-ho –también presente como co-creador del libreto— llegaba a Donostia el debut de su habitual escritor: Shim Sung-bo. Una entretenida cinta multigénero que engloba desde el drama social a la aventura, pasando por el suspense más desbocado. Haemoo nos traslada al Mar Amarillo (el mismo que nos descubrió Na Hong-jin en 2010 con The Yellow Sea), concretamente, al bordo de un pesquero cuyo patrón, por problemas económicos, se ve obligado a hacer de vía de paso a inmigrantes chinos que buscan una vida mejor en Corea del Sur. Como es de prever, no resultará sencillo para estos delincuentes primerizos, una tripulación variopinta que, en los momentos álgidos, desvelará su naturaleza más primaria. Una naupatía que degenera en personajes extremos que convierten a la trama de Haemoo en una notable obra de terror en su parte final. Shim Sung-bo demuestra una pericia impropia de un primerizo –algo tendrá que ver su maestro— y logra hipnotizar con un excelente sentido de la narración y numerosos giros que provocan una adicción que no se desvanece tras el fundido a negro. Una curiosa ruptura del tono de la Sección Oficial. Un divertimento más propio del Festival de Sitges que añade un nuevo apellido a seguir dentro de la siempre prolífica factoría surcoreana. 70|100. | |

    Loreak

    Loreak (Flores)

    Loreak.
    Dirigida por José María Goenaga, Jon Garaño.
    Reparto: Josean Bengoetxea, Nagore Aramburu, Ane Gabarain, Gotzon Sanchez.
    España, 2014
    DONOSTIA ZINEMALDIA | COMPETICIÓN

    Amor en muerte | Es difícil, en tan sólo unas pocas líneas, expresar el carrusel de sensaciones que provoca la nueva película de Jose Mari Goenaga y Jon Garaño —firmantes de la cuasi desconocida pero brillante En 80 días—, de largo, la mejor película del festival. Su principal virtud, reside en su capacidad para que lograr atención en cada segundo de su metraje. Dos horas de virtuosismo, tanto visual como emocional que la convierten en una rara avis de nuestro cine. Tres segmentos que exhalan sensibilidad y ternura, comprensión e incertidumbre. Todo para dibujar, con una ternura estupefaciente, al amor y la soledad con todas sus incongruencias. De una forma virginal y solemne, sin abordar tópicos o manuales de uso. Entre planos, aparecen ante nuestra mirada personajes mundanos que complementan con cada gesto todos los conceptos y significados de la prosa propuesta por Goenaga y Garaño. Es por ello, que cada elemento de Loreak se aborde como todo un rutilante descubrimiento. Desde la luz que aplica Javier Agirre, hasta las espectaculares interpretaciones de sus protagonistas –donde destaca una delicada Nagore Aramburu—. Loreak es, sin duda, una de las grandes sorpresas del año. Poco importa si el jurado hará justicia, nos encontramos ante un lienzo destinado a trascender. A marcar un antes y un después en nuestra cinematografía. La estética y afectibilidad como un ente indivisible. Esta 62ª entrega de Donostia tiene sabor vasco-español. Estamos de enhorabuena. 95|100. | |

    Emilio Luna
    Enviado especial a la 62ª edición del Festival de San Sebastián


    Phoenix, de Christian Petzold, en San Sebastián



    Rueda de prensa de Loreak



    Photocall Jessica Chastain



    Haemoo

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