Un mundo de infinitas posibilidades
crítica de The Knick (2014-) | Episodio piloto | 80/100
Cinemax | EE.UU., 2014. Director: Steven Soderbergh. Guión: Jack Amiel & Michael Begler. Reparto: Clive Owen, André Holland, Jeremy Bobb, Eve Hewson, Juliet Rylance, Michael Angarano, Chris Sullivan, Cara Seymour, Eric Johnson, David Fierro, Leon Addison Brown, Matt Frewer. Fotografía: Steven Soderbergh, como Peter Andrews. Música: Cliff Martínez.
Es un título un poco sobado porque la frase está un poco sobada, pero forma parte de un grandioso y algo egocéntrico monólogo que presenta a la perfección al doctor John W. Thackery, cirujano estrella del Hospital Knickerbocker. El monólogo toma la forma de un discurso en honor de su compañero J.M. Christiansen, que se ha suicidado por fallar por 12ª tratando de salvar a un bebé y su madre en la misma cirujía. Con ese primer cuarto de hora queda bastante definido lo que podemos esperar de The Knick, serie que nos remonta al Nueva York de 1900 y los comienzos de la medicina moderna. Junto a Clive Owen, también productor ejecutivo, el gran nombre que viene con la serie es Steven Soderbergh, director, cinematógrafo y montador de cada uno de los diez episodios que comprondrán esta primera temporada, y parece que futuro responsable de la segunda, anunciada hace unas semanas. Entre la estupenda música de Cliff Martínez y el habitual estilo visual del oscarizado director, uno no puede dejar de pensar si The Knick será similar a Contagio (Contagion, 2011), maravillosa muestra de película con virus donde Soderbergh parecía posicionarse de parte de la enfermedad. La respuesta es que sí, ya que la primera operación de la serie es mostrada con todo lujo de detalles, decisión fundamental y acertada para que uno entienda cómo era la medicina en la época. Tenía que ser Cinemax (algo así como la hermana pequeña de HBO) la que lo emitiera, ya que fuera del premium cable no se podría ni tocar una operación donde una barriga de embarazada se abre y un bebé nace muerto.
Estos 55 minutos están puntuados por momentos sorprendentes pero que, ay, forman parte de un esqueleto dramático que de momento está poniendo las piezas sin que nada suene particularmente nuevo. La figura del médico brillante y destructivo, la hija del benefactor cuyo voto pesa mucho o la relación con la enfermera y el doctor joven son historias mil veces vistas. Ahora, la revelación sobre los métodos de las ambulancias, la reacción ante el médico negro y su posterior estancia o las charlas con el fantasma podrían ser el comienzo de tramas interesantes, además de introducir la idea eterna del dinero como inevitable elemento necesario para poder hacer el mejor trabajo posible. Y queda, por supuesto, el gran secreto del doctor Thackery, su desmedida adicción a la cocaína que vemos sin muchos remilgos, aunque se nos ahorre un plano imposible. Es inevitable que un nombre como el de Steven Soderbergh, cuyo retiro parece exclusivo al mundo cinematográfico, atraiga la atención, pero a veces un director de prestigio para encargarse de un piloto, o una temporada entera en este caso, no destaca especialmente.
No es este el caso. El cineasta hace suya la historia y magnifica la sensación de objetividad y realismo de las situaciones. Era una apuesta extraña sobre el papel, pero visto Method and madness parece la más obvia. La mirada clínica del director, contagiada a su labor como director de fotografía en los juegos de luces y la limpieza del digital da un valor de modernismo a una historia que mira al pasado. Es en el uso de estos recursos visuales, además de los estupendos ritmos de Martínez (cuando a veces los compositores de las series no brillan especialmente porque su trabajo se usa injustamente de relleno), lo que da una atractiva y buscada sensación de anacronismo a The Knick, apuesta de evidente prestigio que se sitúa de entrada entre las propuestas más interesantes de este verano de 2014. Si uno tiene el estómago de aguantarla, se dará cuenta de que merece la pena. 80/100
Adrián González Viña
redacción Sevilla