Czech sun on my face
Crónica de la primera jornada de la 49ª edición del KVIFF
Críticas|
Violet, de Bas Davos ■
The Tribe, de Miroslav Slaboshpitsky ■
Locke, de Steven Knight ■
De Cáceres a Karlovy Vary. Ocho horas a bordo de autobuses y aviones para llegar al gran evento cinematográfico de julio. La combinación de ambas ciudades parece complicada, aunque gracias a la colaboración del KVIFF ha resultado más que sencillo. Otra cosa son los horarios de los hoteles y los biorritmos del personal. Las 10 de la noche es hora de buscar la cama para el ciudadano checo, todos los que quedan en las terrazas botellín en mano chapurrean muy poco la lengua eslava. El paraje, qué decir. La estampa con la que Dickens o Andersen envolvían sus cuentos. El atardecer tanto aquí como en la carretera es todo un museo dinámico. El tiempo que acompaña es sorprendentemente cálido y húmedo. Toda la manga larga que abultaba la maleta parece una quimera. Dejando a un lado los factores contextuales y meteorológicos, el KVIFF es un certamen modesto. Lo demuestran sus cines, lo demuestra la prensa acreditada e, incluso, el público que acoge con algo de reservas las proyecciones. Karlovy Vary, es una ciudad muy pequeña –no sobrepasa los 34.000 habitantes— pero que, en estas fechas, su centro turístico se convierte en un vórtice con miles de visitantes. Algo a lo que han ayudado las presencias de Mel Gibson –que recoge el Globo de Cristal por su contribución al cine— y Michael Pitt —protagonista de la apertura I Origins—, que han logrado agolpar a una horda de fans en las puertas del Thermal.
Antes de todo eso, comenzaba mi primer día en el festival tras recoger toda la documentación necesaria. Tras ese instante, turno para el cine. Primero, golpe en el estómago con la alabada The Tribe. Segundo, a la retina con la elegante Violet, el debut de Bas Devos. Tercero, al corazón, con la excelente Locke, encabezada por un descomunal Tom Hardy. Tres largometrajes que han dejado sensaciones muy diferentes. Lo esperado, por otra parte. La heterogenia como bandera y más aún en un lugar como en esta ciudad balneario de la Bohemia checa. Comienza el KVIFF 2014.
THE TRIBE
Plemya
Dirigida por Miroslav Slaboshpitsky
Reparto: Grigoriy Fesenko, Yana Novikova, Rosa Babiy, Alexander Dsiadevich.
Ucrania, Holanda | 2013
Special Events
Gran expectación en el modesto Kino B para ver a la ganadora de la Semana de la Crítica de la pasada edición de Cannes. Independientemente de su bagaje, un filme que está narrado únicamente con lenguaje de signos y que sólo tiene el ruido de ambiente como acompañante sonoro para el espectador, cuando menos, genera curiosidad. The Tribe, dirigida por el cortometrajista Miroslav Slaboshpitsky –presente en Karlovy Vary, presentando su última pieza, Diagnosis—, exhibe con prontitud esas credenciales que le acompañan pero, de igual manera, ese interés se difumina. Lo que parece una propuesta que aborda el bullying en un centro escolar para sordos de una zona deprimida de la Ucrania esteparia, pasa a ser un thriller criminal de estructura esquemática y montaje de brocha gorda. Es inevitable que tras los primeros minutos de metraje, dominados por largas y estáticas secuencias, y la presentación de los personajes, la memoria nos retrotraiga a la excelente ópera prima de Emir Baigazin Harmony Lessons. Nada más lejos de la realidad, Slaboshpitsky, salvo un par de escenas nocturnas, demuestra muy poca pericia con la cámara en mano, y mucho menos en el corte. Escenas alargadas al límite, sin ningún tipo de compasión con los ojos y las vísceras del público, sin dominio alguno de la elipsis o recurso narrativo. No listen and repeat. Una y otra vez, cada vez más desagradable, cada vez con menos ideas. Un cortometraje alargado hasta el límite de la paciencia. Y digo paciencia, porque entrar en la credibilidad de la trama –aspirantes a prostitutas senior felices a más no poder, ausencia absoluta de adultos o autoridades…— sería harina de otro costal. El cineasta ucraniano refleja en The Tribe el estado de la juventud de clase baja de su país provocando repugnancia y cansancio. Su final, eso sí, es devastador e incluso lírico. Para que haya hueco en el futuro, hay que aplastar el presente. || ★★★★★ ||
VIOLET
Dirigida por Bas Devos
Reparto: César De Sutter, Raf Walschaerts, Koen De Sutter, Mira Helmer
Bélgica | 2013
Another View
Siguiendo con la adolescencia, nos trasladamos al Kino Drahomira, para ver una de las propuestas más sugerentes del apartado Another View. Desde su paso por Róterdam y la posterior publicación de su primer tráiler, seguíamos la pista de la ópera prima de Bas Devos, Violet. Un drama sobre la culpa que técnicamente roza el sobresaliente. Todo al servicio de la historia de Jesse, un joven ciclista de BMX cuyo mejor amigo muere ante sus ojos en un asalto en pleno centro comercial. Desde ese momento, todo su entorno virará de forma constante hacia un joven que buscará volver a encajar las teselas de su mosaico vital. Davos sorprende por una puesta en escena que alterna plano-secuencias con subjetivos, intercalando imágenes de archivo de toques onírico ilustradas con diferentes efectos. Y pese a que esto último es un alarde de auteur bastante poco convincente, la trama atrapa. Primero, por la excelente labor de su actor principal, César De Sutter. Segundo, por la brillante fotografía de Nicolas Karatkasanis, que envuelve de melancolía y emoción largos tramos de la narrativa. Violet, sigue la corriente del nuevo cineasta centroeuropeo de rozar el experimental bajo una estructura técnica primorosa, y, desde ahí, abordar temáticas psico-sociales. La obra de Devos porta todos los estilemas referenciales –Nicolas Winding Refn, Boudewijn Koole, Michael Haneke— y defectos del firmante primerizo, pero el regusto que deja es de cine de primer nivel. Muestra de ello es su plano-secuencia final. Habrá que seguirle la pista. Apunten este nombre. || ★★★★★ ||
LOCKE
Dirigida por Steven Knight
Reparto: Tom Hardy. Voces: Olivia Colman, Ruth Wilson, Andrew Scott, Ben Daniels
Reino Unido | 2013
Another View
La proposición comercial del día era otra de esas cintas rodeadas de críticas y aplausos sellados en diversos festivales. Pero, al contrario que con The Tribe, Locke cumple con creces y ratifica todos los calificativos otorgados. Y es que la exhibición de Tom Hardy bien vale una entrada en el Espace Dorleans –una inmensa burbuja a las faldas del Thermal Hotel—. El actor británico borda un personaje que respira humanidad por todos sus poros. Hay que tener mucho talento para aguantar durante ochenta minutos ininterrumpidos conduciendo con la cámara a tu lado. Mérito, también, del realizador, Steven Knight, que imprime a la narración un ritmo e interés que remarcan sus cualidades como cineasta. Knight, guionista de, entre otras, Promesas del este, nos acerca el vía crucis de Ivan Locke, un trabajador bastante dotado que, por un error personal, se bloquea en un viaje en círculos por las autopistas londinenses buscando un vano donde asome el oxígeno que le permita elegir la mejor de las decisiones. Cualquier apelativo para definir la labor de Hardy se quedaría corto. Igual ocurre con Locke. Subrayo todas las palabras de mi compañero Alberto Sáez Villarino en su crítica. Sin duda, un filme que debería ser protagonista al final del curso. || ★★★★★ ||
Mañana visionaremos hasta 6 películas. Comenzaremos con el inicio de la competición oficial: Je sui à toi y Low Down. Después, turno para la cinta inaugural del certamen I Origins, de Mike Cahill. Por la tarde, el apartado East of the West nos dejará otros dos trabajos: Rozkos y Varvari. Finalizaremos el día con el Western Das Finstere Tal. Toda la información del KVIFF en El antepenúltimo mohicano.
Emilio Luna
enviado especial a la 49ª edición de Karlovy Vary
