Con su segundo filme, La tirisia, debutó en la máxima competición de un gran festival. Jorge Pérez Solano representa la savia nueva del siempre efervescente cine azteca. Compromiso, valor y mucha sensibilidad. Atentos a este nombre. Tras su paso por Karlovy Vary, charlamos con el cineasta natural de Huajuapan de León sobre su estancia en la Bohemia checa, sobre la realidad mexicana, y el futuro de una obra que debe ser uno de los hitos de su país en el 2015.
■ Lo primero de todo, darle la enhorabuena por la excelente La tirisia, una de las mejores películas de la competición de Karlovy Vary. Hablando de la ciudad checa, ¿Cómo fue la experiencia de estrenar en un certamen de tanto prestigio? ¿Cómo se viven las horas previas? ¿Revisa las redes sociales en busca de algún titular de la crítica o prefiere no conocer lo que piensa la prensa?
Gracias por sus comentarios.
En las horas previas no tuve mucho tiempo de pensar en la proyección, un poco por el viaje, otro por la belleza del lugar y además por las diversas actividades que tuve antes de llegar a la sala, fue hasta cuando entre al lugar que tomé conciencia que iba a presentar mi película a un público desconocido, formado por gente que sabe de cine. No esperaba una sala tan grande y que además estuviera llena, me puse muy nervioso pero me fui tranquilizando al observar que el público la vio con absoluta concentración y silencio, respetando el tono de la historia.
Ya después de la proyección revisé las redes sociales, afortunadamente la mayor parte de los comentarios fueron favorables.
■ Dejando la parafernalia a un lado, vamos a lo profundo. ¿Cómo fue el proceso de creación de La tirisia? En pantalla se observa a un casting entregado y compenetrado, ¿cómo fue ese trámite de elección de actores y actrices?
El proceso creativo empieza y termina con muchas dudas que se convierten en certezas hasta el montaje, ya cuando las posibilidades de armar la película se reducen notablemente.
Empecé a escribir el argumento en 2010, dos años después de haber terminado “Espiral” mi primera película, entonces pensaba que “La Tirisia” se iba a desarrollar en otro pueblo y que el personaje iba a ser un fabricante de santos, deseche la idea cuando me di cuenta que era demasiado pretencioso, en otra versión Cheba abandonaba a su hija y se iba al norte con Carmelo, tampoco me gustaba porque la relación que se establecía entre Padre e hija terminaba siendo poco creíble y corría el peligro de que se convirtiera en un incesto, le fui dando vueltas hasta que se acercó mucho a lo que quedó en la película.
Una vez que tuve el argumento y recibí el apoyo del Instituto Mexicano de Cinematografía para escribir el guión es que contacté a Adriana Paz, a la que sólo conocía por Facebook, le mandé el argumento, nos citamos en un concierto del grupo Pasatono, del cual forma parte el músico de la película Rubén Luengas, y al que no pudimos entrar, platicamos en un café cercano al lugar del concierto y quedamos de acuerdo en que ella iba a ser mi primera opción para el personaje de Cheba, esto fue dos años antes del rodaje.
A Gustavo Sánchez Parra siempre lo consideré para el papel de Silvestre, pero tenía temor por su larga trayectoria en cine, en general me gusta trabajar con actores poco conocidos para evitar la rápida identificación del público, siempre tengo presente un fragmento de “Cien años de Soledad” (Gabriel García Márquez) en donde narra que la gente de Macondo deja de ir al cine cuando se da cuenta de que el actor que muere en una película vuelve aparecer en otra sin ninguna consecuencia. Después de pensarle tanto y a insistencia de César Gutiérrez, productor y fotógrafo de la película, hicimos una cita con él, cuando llegó al estudio en donde hicimos el casting tenía un look muy parecido al que usamos en la película y que se acercaba mucho a mi principal referencia, un salinero que conocí antes de escribir la historia, fue entonces cuando se disiparon mis dudas.
Otra cosa que no quería hacer, era repetir actores de mi primera película, pero encontrar al actor que iba a interpretar a Canelita me representó un dolor de cabeza.
Recuerdo que Noé me habló para audicionar para el papel de Silvestre, ya entonces había platicado con César y Ángeles Cruz y ellos habían sugerido que probara a Noé en Canelita, cuando se lo propuse a Noé no estaba muy convencido pero aceptó el reto, hizo el casting y poco a poco nos fue pareciendo una buena idea, a él lo alejaba del estereotipo en que lo estaban encasillando y yo podría tener el gay que quería, contenido, que asumiera su género y su preferencia sexual, lejos de un personaje afeminado. Pero como me tardé un año más para conseguir el dinero para la producción, Noé se fue a hacer otras películas y yo tuve que probar a otros actores, estuve muy cerca de llamar a otro pero antes de hacerlo le marqué a Noé, afortunadamente lo encontré, le planteé las nuevas fechas, coincidimos y pudimos trabajar juntos una vez más.
A Mercedes Hernández, que hace el papel de Serafina, la madre de Ángeles, ya la había visto en otros trabajos y en el casting de “Espiral” , no trabajé con ella en esa ocasión porque los personajes que pudo haber interpretado los había escrito para Mayra Sérbulo y Ángeles Cruz, asi que con “La Tirisia” se me presentó otra oportunidad para trabajar con ella, creo que una gran actriz que ha sido poco aprovechada en el cine mexicano pero eso me dio la posibilidad de que se integrara de manera muy creíble al mundo de la película.
Cuando uno empieza a armar la carpeta de producción, generalmente cuenta con poco dinero y sin el, es muy difícil el apoyo de profesionales, así que para buscar a la actriz que iba a interpretar a Ángeles Miguel lancé una convocatoria por Facebook, uno podría pensar que la oferta de mujeres morenas, que representen entre catorce y dieciséis años, de rasgos indígenas, iba a ser abundante en México, llegaron pocas y sólo dos cubrían el perfil solicitado, afortunadamente una cumplía con creces ese perfil y para mi sorpresa, Gabriela se me reveló como una actriz muy preparada (¿¡Por qué sorpresa si debería ser lo normal?!) Esta experiencia me hace pensar el estado de nuestra cinematografía, el acceso a la realización del cine está aún muy lejos de ser democrático, hay poco espacio para los marginados, algo que reafirmo con el siguiente proyecto que estoy armando con los afrodescendientes de la costa Chica de Oaxaca, no hay un solo actor en el país que provenga de esa región.
El armado del casting fue un proceso largo y a pesar de que estaba convencido desde el principio con algunos actores de que iban a ser los elegidos, me di la oportunidad de explorar el medio para confirmar que no estaba equivocado.
De izquierda a derecha: Adriana Paz, Jorge Pérez Solano y Gabriela Cartol en el photocall de la mañana en Karlovy Vary |
■ La labor de Adriana Paz es sensacional. Al igual que su relación con Canelita. ¿Cómo la abordasteis?
De entrada son actores que están en su madurez profesional, han sobrevivido y destacado en el medio a base de talento, los dos han hecho un significativo número de películas que les permite dominar su oficio, son disciplinados y perfeccionistas, eso como principio facilitó mucho mi trabajo. Estos comentarios los hago extensivos a todos los actores con los que trabajé.
Lo primero que hice fue darles una biografía de sus personajes para que conocieran la vida que no vemos en la película pero que está siempre presente, esas biografías son tan elaboradas que estoy pensando hacer guiones algunas de ellas. Después tuvimos dos semanas de ensayos, en donde trabajamos posturas, formas de caminar, miradas, tics, hicimos el trazo escénico y el análisis del guión, por último los llevé un fin de semana a la locación, hablamos mucho para tener perfectamente claro el perfil de cada uno de los personajes y la relación que llevan.
Creo que el actor debe seguir el camino del escritor y es lo que hice con ellos, sólo así puede estar armado para afrontar el reto que significa crear un personaje.
■ Canelita, el personaje que interpreta Noé Hernández, es la conciencia de La tirisia. ¿Lo es también del director?
En los primeros tratamientos Canelita era mujer, pero siempre tenía en la cabeza una película de Arturo Ripstein que se llama “El Lugar sin límites” (De la novela de José Donoso) en donde la relación de la “Manuela” con la “Japonesita “ me gusta mucho, solo que en esa película se centra más en el tema de la homofobia provinciana, causada por el deseo que tiene el macho por el gay, cuando decidí integrar a Canelita en lugar de la tía, me interesaba explorar la identidad del gay en torno al tema de la maternidad y de la sexualidad, leí sobre el tema y hable con homosexuales provincianos (Más pudorosos que los urbanos, por cierto) y lo que me convenció fue el descubrir una de las razones del por que la iglesia los desprecia, son personas que viven la sexualidad por placer, viven en pecado por que sólo fornican y no se reproducen, como lo dicta la Santa Madre Iglesia y a final de cuentas, una de las razones por los que Cheba enferma de Tirisia, es porque no puede hacer lo que quiere.
¿Es mi conciencia? Puede ser. Canelita es un personaje que defiende ser como lo ha decidido y ni el sufrimiento de Cheba lo cambian, entiende que ella tomó decisiones que creyó convenientes sin asumir los riesgos, entonces tiene que vivir con las consecuencias, esto lo hacen un personaje egoísta pero coherente.
■ Una de las escenas más interesantes del filme es la ‘llegada’ del candidato a la villa. Una postal que pudiera valer para definir la política actual en cualquier país del mundo. Huelga decir que es tu particular colleja a las autoridades de tu país. Algo cada vez más habitual en los realizadores mexicanos. ¿Crees en el cine como desahogo más que como medio para cambiar las cosas?
La acción va precedida de la reflexión, plantear estas situaciones en la película es para hacer que el público tome conciencia de la situación en la que vivimos, creo que somos un país que necesita ser sacudido, no solo los políticos nos abandonan, ¿Dónde están nuestros Dioses? ¿Nuestras autoridades? ¿Nuestros gobernantes? La fe y la esperanza se fueron hace mucho tiempo de nuestras vidas, nos toca pensar en el siguiente paso, plantearnos seriamente que va a pasar con nuestro futuro. Es muy difícil que el cine brinde respuestas reales, las únicas que nos dan viene vestidas de superhéroes, debemos tener claro que no es así y que la solución está en nosotros.
■ La tirisia comparte tono con otro hito reciente del cine mexicano, Heli, de Amat Escalante. ¿Qué opinión tienes de él? ¿Cómo ves la salud del cine mexicano, tanto de autor como comercial?
Amat me parece un cineasta en constante crecimiento, con una obra profunda y desgarradora.
El cine mexicano de autor tiene a varios creadores en el más alto nivel, todos los años las películas mexicanas son reconocida en festivales del mundo, con propuestas novedosas acordes a nuestra identidad, en términos creativos y de producción el cine de autor goza de cabal salud, pero en cuestiones económicas no hemos logrado atraer al gran público, ese que está atado al cine industrial estadounidense. El cine comercial está empezando a crecer con la llegada de figuras televisivas y nuevos mecanismos de comercialización, espero que en pocos años se logre tener el número de espectadores que el cine de ficheras de los años ochenta logro tener.
El equipo de La tirisia en la premiere en el Grand Hall del KVIFF |
■ ¿Cuáles son los referentes cinematográficos de Jorge Pérez Solano? ¿Qué filmografía te hubiera gustado haber firmado?
Pregunta difícil porque seguramente voy a dejar fuera muchas películas, va una lista básica de películas mexicanas:
“La Oveja Negra” y “Los hermanos del Hierro” de Ismael Rodríguez
“Macario” y “El Gallo de Oro” de Roberto Gavaldón
“La vida no vale nada” y “ La sangre enemiga”“ de Rogelio A. González
“Enamorada” y “Pueblerina” de Emilio “Indio” Fernández
“Los Olvidados” y “El Ángel exterminador” de Luis Buñuel
“Tiburoneros” de Luis Alcoriza
“Las Poquianchis” y “Canoa” de Felipe Cazals
“Los Indolentes” de José Estrada
“La pasión según Berenice” de Jaime Humberto Hermosillo
“El Imperio de la Fortuna” y “ El lugar sin límites” de Arturo Risptein.
“Cabeza de Vaca” de Nicolás Echeverría
“Retorno a Aztlán” de Juan Mora
■ Volviendo a desgranar La tirisia, la secuencia final con los payasos, resulta muy dura. ¿Crees que en la sociedad mexicana, concretamente la rural, el machismo es una seña de identidad?
La falta de educación es el origen de muchos de nuestros males, entre ellos el machismo, que no es propio de la provincia, está presente en todo el país, formando parte de nuestra identidad. La locación seleccionada para ser la casa de Cheba es para mi la clara representación de la mujer en la sociedad mexicana, una casa en la que vive una mujer con sus hijos rodeada por una selva de órganos.
■ Con Espiral, tu primer largo, describiste una ida; con La tirisia, una vuelta… El próximo proyecto, ¿seguirá la evolución? ¿o buscará nuevos horizontes?
La apuesta es que siga la evolución, aunque “La Negrada” es un proyecto mas arriesgado, ya que al desarrollar una historia con mexicanos de piel negra me implica mas trabajo y retos que enfrentar, no hay actores afromexicanos , las locaciones están más lejos de la ciudad, la infraestructura del lugar es muy pobre, en fin, ¿Pero qué sería realizar una película si no enfrentamos nuevos retos?
Al mismo tiempo que estoy desarrollando una película de autor, estoy tratando de conseguir los fondos para dirigir una película más comercial, que me permita ser más autosuficiente en términos económicos, es otro tipo de apuesta que debo enfrentar si es que deseo llegar a filmar un cuarto proyecto de autor mucho más ambicioso.
■ Para terminar, una pregunta siempre difícil. ¿Cuál es el futuro de La tirisia tras su paso por el KVIFF? ¿Más festivales? ¿Estrenos cerrados?
Ahora tiene la invitación para ir a otros festivales, lo que resta del año ese será su camino. Estamos planeado su estreno en México a mediados del 2015, buscaremos un circuito pequeño en la ciudad y trataremos de proyectar en provincia en cines de cadenas regionales, en donde creo que puede encontrar a su público. Aunque si se repite la experiencia de “Espiral”, la película ha sido vista por una gran cantidad de gente a través de Internet, en la página de Youtube particularmente, antes de que la bajaran el año pasado ya tenía cerca del millón de vistas, pensaremos de que manera podemos capitalizar esa experiencia.
■ Mucha suerte. La merece.
Muchas gracias.
texto y entrevista| Emilio Luna.
créditos: Mariel Macía, representante de prensa.
créditos: Mariel Macía, representante de prensa.
imágenes| KVIFF.