«Hay que aprender a no juzgar moralmente a un personaje, hay que dejarlo ser».
«Sin haber fracasado diez veces no creo que hubiera sido capaz de filmar», afirma Matías Lucchesi al referirse a su ópera prima, Ciencias Naturales, una historia sobre la necesidad de una preadolescente por conocer a su padre y su decisión de emprender un viaje que cambiará su vida. La visión clara del director cordobés y las actuaciones magistrales de las actrices Paula Hertzog y Paola Barrientos deslumbraron al jurado en la Berlinale (2014) y en la 29ª edición del Festival Internacional de Cine de Guadalajara, convirtiéndose en una de las presentaciones más exitosas. El espectador tiene una conexión indeleble con una película que se enlaza a una línea narrativa alejada de la rigidez, una historia que transmite una empatía y un vínculo natural entre las protagonistas, que te atrapa sin crear paisajes emocionales comunes. Las decepciones, los intentos fallidos y las adversidades económicas no hicieron mella en la pasión de Lucchesi por hacer cine. El talento, su actitud determinante para enfrentar los obstáculos y su perseverancia fueron esenciales para materializar su ópera prima. Con una disponibilidad y sencillez genuina Matías Lucchesi aceptó nuestra invitación para conversar sobre su proyecto, un encuentro que reafirma su potencia no sólo como director, sino también como ser humano…
texto y entrevista| Felicia Tavárez Suárez
imágenes| Ciencias Naturales, de Matías Lucchesi
■ Con su ópera prima ganó el premio a la mejor Película Iberoamericana, mejor guión y mejor actriz en el Festival Internacional de Cine de Guadalajara, México (2014), y el Gran Premio del Jurado Internacional de la sección Generation Kplus en el 64to. Festival de Cine de Berlín ¿Cómo valora la acogida y las conclusiones del jurado para seleccionar a Ciencias Naturales en ambos festivales de cine?
En principio con muchísimo agradecimiento. El primer premio fue la recepción del público en Berlín. Ese día sentimos junto a mi productor y coguionista que ya algo habíamos ganado: sentimos por primera vez que la película funcionaba para el público y no sólo para nosotros. Fue un sentimiento de una felicidad y una gratitud enorme. Luego, el reconocimiento de los jurados agrandó esa felicidad. Es muy lindo sentirse reconocido y valorado. Después de tantos años y de tantos proyectos que no llegaron a concretarse llegar a esto con mi primera película, que hice con tan pocos recursos, es un sentimiento indescriptible. Es nafta para seguir filmando a pesar de las dificultades y las largas esperas que tiene el cine.Siento un enorme privilegio por haber tenido la oportunidad de insistir aunque los resultados no llegaban con el paso de los años…
Tampoco creo que los buenos resultados sean sólo ganar premios. Creo que los buenos resultados están cuando uno llega a un corte de edición que lo hace sentir satisfecho, que el trabajo no fue sólo una vorágine por filmar y llegar a cumplir un plan de rodaje, sino que se llegue a sentir que hay textura y algo de “verdad” en eso que termina siendo el material. Eso que termina siendo el material nunca creo que llegue a ser lo que uno imaginó desde un principio, pero lo importante es que llegue a ser algo donde, cediendo y sabiendo dejar atrás aquello que no funcionó, logre captar la potencia de esa chispa inicial que tiene una imagen generadora de una historia.
■ Tiene un amplio recorrido con maestros del cine como: Mauricio Kartun, Ricardo Monti y José Martínez Suárez ¿Qué aprendió de ellos durante esos años? ¿Cuál fue el consejo más valioso que recibió en lo profesional y personal?
— En lo profesional aprendí distintas herramientas de cada uno. Creo que lo más importante fue la práctica. Escribir, filmar, actuar, insistir aunque los resultados no fueran buenos. Filmé como diez cortos hasta que hice Distancias el último corto, previo a Ciencias Naturales. Todos los trabajos anteriores fueron de un enorme esfuerzo y de una enorme decepción… Pero que me hicieron llegar a este momento. Sin haber fracasado diez veces no creo que hubiera sido capaz de filmar ni Distancias y mucho menos Ciencias Naturales. En lo humano fueron las anécdotas y la inteligencia emocional de José Martínez Suárez. Escucharlo a él, leer y ver lo que me daba fue fundamental. También fue fundamental sentir su apoyo, aunque yo no era un muy buen alumno que digamos. Solía hacerle mucho la contra y él sin embargo siempre me ayudó. Entendí la importancia de la disciplina de trabajo con él.
■ ¿De cuáles prejuicios tiene que prescindir un director(a) de cine?
— Fundamentalmente de no ser prejuicioso con sus personajes. Creo que hay que aprender a no juzgar moralmente a un personaje, hay que dejarlo ser. También creo que hay que saber escuchar devoluciones para descubrir los propios prejuicios como persona. No creo que haya que escuchar demasiadas, pero sí algunas precisas, en las que uno más confía, sino me parece que se arma mucha subjetividad que detiene.
Cortometraje - Distancia (Matías Lucchesi, 2009) |
■ Realizó varios cortos y en el año 2009 filmó Distancias. Después de varios intentos ¿Qué sintió al terminar ese proyecto?
— Sentí lo mismo que antes de filmar Ciencias Naturales: una necesidad interna muy potente de filmar y de hacer. “Lo bueno”, por decirlo de alguna manera, es que ya contaba con diez fracasos que me previnieron de muchos errores que ya había cometido.
■ ¿Qué balance hace desde sus primeros trabajos hasta su ópera prima?
— Que el hacer nunca está de más. Que el tiempo sirve aunque no se logren cosas concretas si uno está en movimiento y con un objetivo. Ese camino es importante. En mi caso lo sufrí mucho, mejor hubiera sido relajarse más y ser un poco más zen… No lo logré en ese entonces, pero espero poder mejorar en ese aspecto y poder disfrutar más el mientras tanto…
■ Estudió actuación y según sus declaraciones: “para conocer por dónde hay que pasar y cuáles son las dificultades al actuar” ¿A qué se tiene que renunciar para ser un buen actor o actriz?
— No podría contestarte esa pregunta, porque no soy un buen actor. Me hubiera encantado, pero no lo soy, por suerte puedo filmar. [Risas]. Si puedo decirte lo que me parece ver en algunos buenos actores: hay algo en la mirada, en el cómo se para, en el cómo se sienta, en el cómo se transforma. Siempre hay alguna particularidad que lo diferencia del resto de los actores. Mi poca experiencia me dice que a veces la voluntad no es suficiente para ser un buen actor. Se puede estudiar y enriquecer el mundo personal pero hay algo que se trae o no se trae. Lo mismo me parece que sucede con los escritores. Se puede ser muy bueno técnicamente, pero sino hay algo profundo que necesita y demanda expresión con fuerza no creo que se llegue a algo potente.
■ ¿Cuáles son las dificultades más frecuentes al momento de escribir, cómo es su proceso creativo?
— Sentarse sólo a escribir a lo largo del tiempo, esa es la dificultad que siento yo. Tener continuidad y paciencia y no desesperarse por encontrar rápido todo. Para mí escribir tiene muchas idas y vueltas, avances y retrocesos. En mi caso coescribir fue una solución. Es muy difícil encontrar la persona adecuada pero una vez que se encuentra es contundente. Mi experiencia con Gonzalo Salaya fue esa; algo que era tedioso y obligatorio para poder llegar a terminar se transformó en algo lúdico donde los dos nos potenciamos. Obviamente hay trabas y dificultades pero se me hace mucho más llevadero y productivo. Creo que depende mucho de las personalidades y los ciclos de cada uno, pero en mi caso y en este momento de mi vida esta manera es la que más me resulta. Charlamos y escribimos juntos en el mismo lugar, no a distancia.
■ Con las ganas de filmar, pero por diversas circunstancias no lograba materializar la idea de hacer una película ¿Cómo empezó el viaje para armar Ciencias Naturales? ¿Qué vínculo tiene la imagen que dio inicio al guión de la película con su infancia?
— La imagen para mí es todo cuando se empieza con un guión. Siempre hay una imagen disparadora, algo visual que me conecta con sonidos y emociones de esa misma imagen. No es una idea, es una imagen y a partir de esa imagen aparece la idea.Por lo general es la combinación de una imagen con otra y obviamente con las experiencias personales. Ciencias Naturales apareció con la imagen de una mujer y una nena en medio de la montaña esperando algo que yo nunca vi qué era. Eso me despertó la historia. Después convoqué a Gonzalo Salaya y juntos escribimos el guión. El vínculo que tiene con mi infancia es la necesidad de búsqueda y de atención por parte de los padres. No es autobiográfica para nada, pero sí muy personal.
■ De las actrices Paula Hertzog y Paola Barrientos ¿Qué percibió en ellas para que lograran participar en la película?
— Las dos tienen una potencia y una capacidad de expresar con poco mucho. Esto me asombró desde el comienzo. Quizás es sólo una mirada pero es esa mirada y no otra. Paula tiene una especie de don, es especial. Paola es una actriz increíble y con una generosidad y una forma de ser en la vida real que hacen que todo sea más fácil.
Fotograma de Ciencias Naturales, el debut de Matías Lucchesi (2014) |
■ ¿Cómo es la vida en la zona donde filmaron la película?
Es en las altas cumbres de Córdoba y en Traslasierra. En las altas cumbres es algo dura porque es muy inhóspito, sin embargo, uno ve a la gente que tiene sus necesidades básicas cubiertas. A veces las grandes ciudades pueden ser mucho más hostiles que esa montaña. En Traslasierra es un lugar de turismo, donde hay ciudades balnearias por el rio que las atraviesa y lugares muy bellos como San Javier. En verano se llena de turistas.
■ ¿Cómo define el cine que realiza?
— El cine que me interesa hacer es aquel que puedo conocer, no podría hacer cine de una villa en miseria, porque no conozco eso en profundidad. Puedo estudiarlo y tratar de vivirlo, pero siempre sería como un espectador. Creo que uno tiene que hacer cine con lo que le nace de adentro, desde lo que uno conoce por vivencias personales. Quizás estas puedan no ser directas, pero sí creo necesario sentirlas uno en el fondo, para poder transformar eso en algo potente y enriquecedor.
■ Su película no tiene un enfoque político, pero cuando habla de que su ópera prima es un viaje sobre la búsqueda de la identidad pienso en la historia de Argentina con las desapariciones y el robo de bebés durante la dictadura (1976 y 1983). La justicia condenó a los represores. En el cine, incluso generaciones de artistas que no vivieron esa época, han tratado de representar lo que sucedió durante la dictadura. Son contextos distintos, pero quiero saber su reflexión.
— Esos sentimientos son intransferibles por decirlo de alguna manera. Es tan atroz que cuesta pensarlo. En mi caso sería incapaz de contar algo relacionado a esa tragedia que vivió mi país. No me siento ni moralmente habilitado ni con la capacidad de adentrarme en algo tan desgarrador que tuve la suerte de no vivir en carne propia.
■ Cuál es su valoración respecto a las producciones que se han realizado en el cine sobre las desapariciones en la dictadura de Rafael Videla y sobre el rol de la justicia argentina con los responsables.
R. Creo que hay de todo. Se filmó y se filma mucho a partir de esos años horrendos en mí país. Hay películas como La noche de los lápices, entre tantas otras, que vi en mi adolescencia que me marcaron desde todo punto de vista. Sin duda a partir del gobierno de Néstor Kirchner hubo un cambio indudable. Lo que hizo el gobierno de Néstor y sigue haciendo el gobierno de Cristina con este tema es más que contundente, a mí entender. Es para aplaudir por más que haya gente que rechace sus políticas en otros aspectos. En este en particular creo que hicieron y mucho. Abuelas de Plaza de mayo es una organización reconocida mundialmente. Admirar es una palabra que no alcanza cuando pienso en ellas.
■ Hablemos de su próxima película ¿Cuál es la temática? ¿En qué fase está El Pampero?
— El Pampero es una historia de posibilidad. Es la posibilidad de un padre para redimir los pecados con su hijo. Tiene condimentos policiales y transcurre en un velero en las costas del Paraná. Prefiero no adelantar más detalles, porque estoy en pleno proceso de reescritura.
Cortometraje - Savanna (Matías Lucchesi, 2007)
Cortometraje - Savanna (Matías Lucchesi, 2007)