El nuevo Will Graham
crítica de Kaiseki (2x01) | Hannibal (Temporada 2)
este artículo contiene spoilers*
NBC | EEUU, 2014. Director: Tim Hunter. Guión: Bryan Fuller & Steve Lightfoot. Creador: Bryan Fuller. Reparto: Hugh Dancy, Mads Mikkelsen, Laurence Fishburne, Caroline Dhavernas, Hettiene Park, Scott Thompson, Aaron Abrams, Raúl Esparza, Gillian Anderson, Cynthia Nixon. Fotografía: James Hawkison. Música: Brian Reitzell.
Will trata de recordar para entender cómo Hannibal le tendió la trampa. Comienza una investigación interna en el FBI. Hannibal discute su situación con la doctora Du Maurier. Un grupo de cuerpos aparece cubiertos de resina.
Hannibal ha vuelto. Ocho meses después de Savoreaux (1.13), la retorcida serie de Bryan Fuller hizo su regreso a la televisión. Un retorno discreto desde el punto de vista de las audiencias, pero vigoroso y estimulante creativamente hablando. Y eso es lo que importa. Kaiseki funciona en varios niveles: como continuación de la historia, con sus consiguientes escenas de pura recapitulación; como presentación de un gigantesco flashforward (la escena de apertura está situada 12 semanas después que este arranque) y como prueba de que Fuller no tiene tiempo que perder. El guión que firma junto a Steve Lightfoot sirve para 43 minutos de revelaciones. La más importante es que Will ha averiguado que Hannibal es un caníbal. A nivel onírico. El falso acusado está empezando a recordar. Aunque el horror que viene a su mente es demasiado grande como para creérselo. Todavía.
Detengámonos antes en la apertura del capítulo. Las promos de la serie ya habían mostrado fogonazos de una pelea encarnizada entre el doctor Lecter y Jack Crawford. La duda surgió: ¿es una alucinación? ¿Sucede en el final de la temporada? ¿Nos está la cadena reventando una sorpresa? Pues ninguna de estas opciones. La pelea abre el episodio, y no sabemos nada sobre los hechos que la provocan. Solo sabemos que Jack estaba dispuesto a matar a Hannibal. Viendo la brutalidad del combate, tiene que ser personal. Quizá tenga que ver con la esposa del agente del FBI, recordemos enferma de cáncer. Quizá ni siquiera signifique que Jack haya descubierto al buen doctor. Lo único que podemos hacer es conjeturar. Que es lo que Fuller y su gente quiere. Una manera tan clásica como efectiva de tratar de enganchar al espectador. De unas circunstancias al límite, volvemos atrás en el tiempo para reflejar en una situación similar. Jack cena con Hannibal para discutir el caso y las acusaciones de Will. El doctor debe ser descartado como sospechoso y habrá una investigación interna para tratar de entender (y silenciar) cómo pudo “Will matar a todas esas personas” bajo la supervisión del agente Crawford. Entra así en escena un nuevo personaje, interpretado por la solvente Cynthia Nixon. Una mujer encargada de llevar esa investigación interna y que nos proporciona un nuevo dato: Alana presentó una queja formar contra Jack y no va a detenerse hasta que se esclarezcan las circunstancias de los crímenes de Will. Cree que el acusado debió cometer los crímenes sin ser consciente de ello, en parte por la enfermedad que sufrió durante gran parte de la temporada pasada. De visita en la cárcel, Will le pide ayuda para desentrañar sus recuerdos. Y este proceso da lugar a una de las escenas más tristes de la serie. Will recuerda fugazmente como llegó la oreja de Abigail a su estómago: a través de un tubo de plástico. Hannibal aprovechó uno de los episodios más extremos de la enfermedad de Will y le intubó para meterle la oreja garganta abajo. Es triste porque hace pensar en la cantidad de perrerías que el doctor puede haberle hecho al analista en esos estados de trance. Fuller y Lightfood no dejan duda alguna sobre la maldad del caníbal.
Lo gracioso (recordemos que la serie tiene un saludable y negrísimo sentido del humor) es que Lecter es “el nuevo Will” del FBI. El nuevo analista encargado de asesorar sobre la psique de los lunáticos de turno. El doctor da la clave sobre cómo los cuerpos encontrados son los descartes del perturbado artista. Y Will complementa la visión apuntando que quiere crear un cuadro multirracial. La doctora Du Marier vuelve a escena para más sesiones con Hannibal. Verlos juntos sigue siendo asistir a una charla codificada, llena de frases medidas al milímetro y cargadas de significado, incluyendo la ambigüedad. Es evidente lo mucho que Fuller y sus guionistas disfrutan escribiendo estas escenas. La satisfacción es cada vez más palpable para el espectador, ya que este crítico se encontró de repente disfrutando de la charla y riéndose de cada nueva sentencia de ambos. Amenaza, respeto e inteligencia combinados. O cómo decir mucho sin apenas decir nada. A lo largo del capítulo, Will recibirá varias visitas. A la espera del juicio, está en la cárcel psiquiátrica del doctor Chilton, que se recupera de las torturas a las que Gideon le sometió, extracción de riñón incluida. Hannibal, Jack, Alana y Beverly verán a nuestro protagonista en su uniforme de preso. Bajo la mirada monitorizada del doctor Chilton, el nuevo psiquiatra de Will. Cada uno trae algo distinto a la mesa. Beverly, que recordemos tenía su ración de tensión sexual con él, le lleva fotos del caso en el que están trabajando. Ahí es donde Hannibal vuelve a ser la Hannibal que se aparece en nuestras pesadillas: la macabra imaginería del caso de la semana. O de las semanas, parece ser en esta ocasión. El psicópata de turno secuestra gente de todas las razas y las prepara siguiendo una idea que todavía no sabemos. La imagen que cierra el episodio y nos lanza al cliffhanger es la de su última víctima como pieza de una impactante construcción humana de “algo”. En unos días sabremos de qué. | ★★★★★ |
Adrián González Viña
Redacción Sevilla