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    Cine Alemán Siglo XXI

    Berlinale 2014 | Quinta jornada. Críticas: «The Better Angels», «Blind», «In Order of Disappearance (Kraftidioten)», «The Life of Riley (Aimer, boire et chanter)» & «Blind Massage (Tui na)»

    The Better Angels

    Iris escandinavo

    Crónica de la quinta jornada de la Berlinale 2014 | Críticas: Blind, In Order of Dissapearance, Blind Massage y The Life of Riley

    Día en torno a la ceguera y el cine noruego. Empezamos la jornada con la china Blind Massage, cinta basada en una famosa novela de reputado prestigio en el país asiático que centra su mirada en la disciplina de los masajistas ciegos. Se apreció su intento de indagar en un mundo ajeno a nosotros, pero se condenó su histerismo formal y lo irregular de su desarrollo. El siguiente filme, In Order of Disappearance, calmó los ánimos gracias a una propuesta llena de humor algo gamberro y una trama muy ágil y ligera que consiguió hacer reír al público en el Palast. Fue el plato refrescante del día, inmediatamente enterrado por la exigencia de Life of Riley justo a media tarde. Resnais puso al límite las energías de más de uno, algo que se hizo evidente en el pase para la prensa. Su largometraje otorga cosas interesantes aunque el contexto no fue el más apropiado. Comienza la noche, y nos lanzamos al maravilloso Zoo Palast. Sillones de cuero, acolchados y reclinables, con espacio para estirar piernas y una pantalla de buen tamaño. Contexto ideal para el estreno de The Better Angels, largometraje sobre la infancia de Lincoln, de fuertes aires malickianos que contó con la presencia en persona de Diane Kruger y su pareja Joshua Jackson en la sala. Dejó muy buenas sensaciones aunque todos citaban el nombre del gran autor tejano. Por último, broche de oro con el debut cinematográfico del guionista de Joachim Trier, Blind. Eskil Vogt toma ciertos temas del Ozon literario de En la casa y el Winterbottom urbano de Wonderland para construir una historia conmovedora y dirigida con una sutilidad y elegancia que ya se echaban de menos en el certamen, Una trama que gira alrededor de una mujer ciega que se encuentra escribiendo una novela que inmiscuye su propia vida. A pesar de la hora intempestiva del estreno, la película dejó buenas sensaciones e incluso se llevó un caluroso aplauso, inevitablemente lastrado de cansancio pero muy sincero. Se estrenó en Panorama y tiene papeletas para ser una de las ganadoras de la sección paralela de la Berlinale.

    Tui Na

    Tui Na (Blind Massage)

    República Popular de China / Francia
    Dirigida por Ye Lou (Mistery, Suzhou River)
    Intérpretes: Xiaodong Guo, Hao Qin, Lei Zhang
    Competición | Premiere Mundial

    La primera película del día viene de la mano del cineasta chino Lou Ye, quién ya debutó en Cannes hace 11 años cuando en 2003 estrenó Mariposa púrpura. Ahora se estrena por primera vez en Berlín con Blind Massage, la adaptación de una novela de reconocido prestigio en su país, ganadora del premio literario más importante del país, alrededor de la vida de un grupo de masajistas ciegos. En China esta disciplina es un trabajo respetado y al que se ve con cierta reverencia. Los masajistas ciegos tienen una sensibilidad diferente y la historia se encarga de destacarlo. Hablamos de un grupo de personajes cuya vida se reduce a un centro de masajes donde la interrelación entre el grupo es la tónica habitual de convivencia. Hay parejas, hay amores no correspondidos, hay frustración y ante todo hay humanidad. Es interesante entrar en un mundo del que en Occidente no conocemos apenas nada, pero el problema es que Lou Ye reitera y grita. Su película tiene potencial para contar un gran relato, pero se vuelve histérico, en ocasiones incluso esquizofrénico en sus formas y en la reacción de sus personajes. Eso rompe el tono, la atmósfera que, en ocasiones, consigue captar con acierto. El espectador debe armarse de paciencia y los nervios carcomen la butaca.

    Blind Massage no sólo busca adentrarse en una disciplina ajena a nosotros, también habla sobre la idiosincrasia de los ciegos frente a los que pueden ver. La diferencia de sentimientos y la forma de ver el mundo de cada uno. Más allá de una simple discapacidad, se señala que una persona que no puede ver siempre se verá diferente a los demás, ajeno y extraño. Aquellos que pueden ver son percibidos como “dioses”, como subraya la propia cinta y en esas divagaciones subyacen reflexiones que vale la pena tener en cuenta. Es una lástima que Lou Ye no controle más su afán emocional o su tendencia a alargar ciertos momentos. De hecho, comete un error grave en los últimos minutos, y es buscar un clímax que sobrecarga de sentimiento hasta extremos auditivamente dolorosos, para después, acabar en barrena con 15 minutos más que reiteran y no añaden nada. La sensación final que queda ha sido casi unánime. Blind Massage es un filme exagerado, algo irritante e histérico en actitudes, que ofrece una mirada algo desaprovechada a un mundo desconocido en Europa, y que no da de sí todo lo que hubiera podido. | ★★★★(60|100)

    Kraftidioten (In Order of Disappearance), de Hans Petter Moland

    Kraftidioten (In Order of Disappearance)

    Noruega
    Dirigida por Hans Petter Moland (A Somewhat Gentle Man, The Beautiful Country)
    Intérpretes: Stellan Skarsgård, Bruno Ganz, Pål Sverre Hagen, Birgitte Hjort Sørensen,
    Jakob Oftebro, Anders Baasmo Christiansen
    Competición | Premiere Mundial

    El cineasta noruego Hans Petter Moland regresa por tercera vez a la Berlinale para presentar Kraftidioten (In Order of Disappearance), un filme de acción de fuertes tintes cómicos que retrotrae a algunas de las grandes historias de venganzas que el cine nos ha contado en la última década. Especialmente algunos de trabajos de Tarantino, sólo que pasando por el matiz de una mirada noruega fría en emociones, pero llena de complicidad y un humor muy gamberro. Moland nos cuenta la historia de un conductor de quitanieves cuyo hijo acaba de ser encontrado muerto, en apariencia, víctima de una sobredosis. Su padre, convencido de que en realidad ha sido asesinado, comienza una plan de búsqueda y eliminación de todos y cada uno de los miembros implicados en la muerte. El humor de gángsters que concibe Moland recuerda en ocasiones al de Martin McDonagh en Escondidos en Brujas o Siete psicópatas, pero el director escandinavo cruza líneas políticamente incorrectas que involucran numerosas bromas de razas. Nadie queda libre. Desde chinos, a noruegos, serbios o Europa entera.

    In Order of Disappearance sostiene una trama muy ágil, sustentada por un actor de probado eclecticismo y talento: Stellan Skarsgård. Ese que tan pronto es capaz de hacerte un videoclip con la cantante sueca de moda, o meterse en una producción de Hollywood para acabar volviendo al cine del norte, apoyando cintas tan estimables como esta que reseñamos. El director comienza poco a poco, y conforme avanza el desarrollo las bromas aumentan. La película se siente cada vez más cómoda y la comedia se va desatando. No hay que buscar discursos complejos porque no los hay. Es una cinta para reírse, sin más pretensiones que esa. Y en un programa tan lleno de propuestas recargadas de solemnidad y excentricismo, ha llegado como un soplo de aire fresco. | ★★★(70|100)

    Aimer

    Aimer, boire et chanter (Life of Riley)

    Francia
    Dirigida por Alain Resnais (Smoking/No smoking, On connaît la chanson)
    Intérpretes: Sabine Azéma, Sandrine Kiberlain, Caroline Silhol, André Dussolier, Hippolyte Giradot, Michel Vuillermoz
    Competición | Premiere Mundial

    El incombustible Alan Resnais regresa a la dirección apenas un año después de su último trabajo Vous n'avez encore rien vu y sólo cuatro después de Las malas hierbas. En esta ocasión, el cineasta vuelve a incidir en el mundo del teatro, y lo hace a través de una obra escrita por Alan Ayckborn, guionista de tres de sus filmes, en torno a un personaje llamado George Riley, al cual nunca veremos, pero del que oiremos hablar con insistencia una vez sus amigos descubren que se le ha diagnosticado un cáncer. Resnais opta por un juego de espejos en el que algunos de los personajes deben interpretar una obra, y la propia escenografía de la película esta construída como la de un teatro. Las localizaciones son escenarios, y los fondos, telas de diferentes colores, adornados con algo de atrezzo. Se alterna el diálogo metalingüistico con las interrelaciones entre este grupo de personajes que, de una manera u otra, siempre acaban liados con Riley. La idea es atractiva y recuerda, en un tono diametralmente opuesto, al concepto que Lars von Trier manejó en Dogville.

    Su paso por Sección Oficial no extraña, pero Life of Riley tampoco sorprende. La verdad sea dicha, su hora de estreno no fue la más idónea. El filme sustenta gran parte de su interés en sus diálogos y en un humor especialmente francés que, según sensibilidades, puede gustar más o menos. Visualmente es especialmente colorida, algo naíf incluso y en ocasiones sobrepasa ciertos afanes de autoría con transiciones innecesariamente insistentes de una escena a otra que, para identificar el espacio al que nos movemos, enfocan un dibujo de la casa, hacen zoom en él y mediante un fundido, nos lleva al escenario. Son detalles algo excéntricos que ahogan una propuesta cuyos familiarizados con Resnais seguro sabrán apreciar, aunque aquí en Berlín haya dejado algo indiferente. | ★★★★(55|100)

    The Better Angels

    THE BETTER ANGELS

    Estados Unidos
    Dirigida por A.J. Edwards
    Intérpretes: Jason Clarke, Diane Kruger, Brit Marling, Wes Bentley.
    Panorama

    Auspiciada y producida por Terrence Malick, The Better Angels se siente y se respira como si de una obra suya se tratara. A.J. Edwards aborda un capítulo poco conocido de la historia de Abraham Lincoln, su infancia en una zona boscosa de Indiana, en una cabaña en la que el futuro presidente crecería bajo el amparo de dos mujeres que moldearían su carácter. Su madre biológica, fallecida por enfermedad, y la segunda mujer de su padre. La idea es construir una trilogía en torno a los primeros años de juventud de Lincoln, pero contados desde una óptica particularmente “malickiana”. Edwards es un alumno aventajado del director de El árbol de la vida. Lo demuestra en su composición de planos, los tiros de cámara, la puesta en escena e incluso la manera de deslizar la cámara a través de los espacios. Es un estilo que visualmente resulta atractivo, y Malick ha conseguido hacerlo suyo. El problema principal es evidente. Las similitudes de forma son demasiado alarmantes, hasta un punto en el que uno puede llegar a poner en duda la auténtica autoría de la cinta.

    The Better Angels es un gran debut, si lo valoramos sin tener en cuenta estas sospechas, pero incluso como tal, es de una brillantez extrañamente experimentada. En su simbiosis para con los filmes de Malick, la cinta no consigue particularizarse. No es genuina, ni siquiera en su discurso. Edwards aborda un tema básico de la filmografía de Terrence Malick: la relación paternofilial, y el abrigo caluroso de una madre cariñosa y cercana, aunque distante con su marido, un hombre severo, que busca educar a su hijo con una rectitud que ninguna de sus madres, ni Diane Kruger, ni Brit Marling, (ambas retratadas con esa belleza empapada de cierta admiración que suelen otorgar los papeles femeninos del Malick) comparten en absoluto. En mitad de esta reminiscencia que está presente en cada plano, en cada imagen y en cada mirada, uno busca desesperado diferencias que puedan otorgar a The Better Angels algo identificativo y único. Más allá de su fotografía en blanco y negro, decisión que se intuye puramente estilística, las distancias son muy leves. Edwards tal vez posee un tono levemente más tenebroso que el de Malick, con menos miedo a la oscuridad. Aún con todo, se echa en falta algo de contenido, un poco más de complejidad en el discurso. El director se ha estrenado con una carta de presentación notable, lastrada por una sombra que se cernirá sobre ella en cada pase y entrevista que le hagan. Entrega un ejercicio de estilo que ha conseguido llamar la atención, aunque sea a costa de otros. Si te gusta Malick, es su largometraje. | ★★★(73|100)

    Blind, de Eskil Vogt

    BLIND

    Noruega
    Dirigida por Eskil Vogt
    Intérpretes: Ellen Dorrit Petersen, Vera Vitali, Henrik Rafaelsen, Marius Kolbenstvedt
    Panorama

    Eskil Vogt portaba un merecido crédito por ser guionista habitual de los trabajos de Joachim Trier. Su paso a la dirección era, en cierta forma, inevitable, pues su formación en el cine comenzó centrándose precisamente en ese campo. Su asociación con Trier acabaría abriéndole las puertas a través de la escritura de guiones, y Blind un proyecto que acabaría llegando tarde o temprano. Sundance ya le ha otorgado su primer reconocimiento con el Premio World Cinema al Mejor Guión, y ahora llega a Berlin encuadrada en una de las secciones más interesantes del Festival, Panorama, donde la variedad y el riesgo de propuestas está descubriendo ser muy notable y donde la organización del certamen ha introducido algunas de las obras que pudieron verse recientemente en el certamen celebrado en Park City en enero. Blind llega con cierto aval. Vogt no es un advenedizo, sabe de lo que habla. Y su trabajo es el mejor ejemplo.

    El cineasta nos cuenta la historia de una mujer que acaba de quedarse ciega hace poco y que se ve incapaz de salir de casa. Su día a día se reduce a escuchar música sentada en la butaca, beber una copa de vino, y escribir una novela. En ella confluyen una mujer soltera con un hijo de cierta edad, y un joven solitario que vive justo enfrente y a veces suele observarla desde su ventana. Hablamos de una serie de personajes de marcado carácter urbano, conviviendo la misma zona. El tono está repleto de cierta melancolía, empapado de la actitud con la que estas personas están afrontando su vida. Vogt habla de soledad y habla de ciudades. Pero también de relatos y de la forma en qué se cuentan, de lo que se elige y lo que no y de cómo estas historias que cada uno escribe reflejan de manera inevitable algún aspecto de nosotros al que no queremos enfrentarnos. En su background de referencias cabría de todo. Los temas que aborda son muy globales, pero Blind contiene una reminiscencia muy fuerte al Ozon de En la casa, sobretodo en lo que respecta a la manera de jugar con el metalenguaje a través de un personaje que escribe una historia que nosotros vemos, y de la que somos testigos directos de los cambios que el autor va ejerciendo conforme la crea. En menor medida también se aprecia una concepto emocional del aislamiento urbano parecido al que Wintterbottom trató en Wonderland, con personas enmarcadas en ambientes cotidianos tales como un piso o una peluquería, que, en su extrañeza y vacío, podían a llegar a ser muy desoladores. Aún con todo, Vogt deja optimismo en el aire. Y se agradece. Ha sido la mayor sorpresa del día, y para servidor, la joya del festival hasta ahora. | ★★★(88|100)

    Gonzalo Hernández
    envíado especial a la 64ª edición del Festival de Berlín

    La protagonista del día|

    El mejor ángel. Diane Kruger acaparó todos los flashes en la premiere europea de The Better Angels, obra preciosista amparada por Terrence Malick. A la señorita Kruger no le hacen falta ni filtros ni metáforas.

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