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    Cine Alemán Siglo XXI

    Crítica | Come, duerme, muere

    Come, duerme, muere | Eat, Sleep, Die, de Gabriela Pichler

    EL ESPEJO DE SUECIA

    crítica de Come, duerme, muere | Äta sova dö (Eat Sleep Die), de Gabriela Pichler, 2012

    Suecia es un país del que conocemos poco. Un territorio que no llama la atención en Europa más allá de determinados ámbitos culturales. Abba forma de la historia de la música, Camilla Läckberg es una de las escritoras de novela criminal sueca más vendidas de la actualidad, y Tomas Alfredson es posiblemente uno de los estandartes cinéfilos más “ilustres” del país hoy en día, amén de pasados clásicos siempre presentes como Ingmar Bergman o promesas ya en decadencia como Lukas Moodysson hace unos años. A esta cantera de artistas se acaba de sumar la directora Gabriela Pichler. Una recién llegada con una visión muy clara sobre la realidad de su país. Su opera prima, Come, duerme, muere es toda una declaración de intenciones. Una película que llega avalada por la Academia de Cine Sueco (Guldbagge) con los cuatro premios más importantes (película, actriz, guión y director) y con el Giraldillo de Oro del Festival de Sevilla 2012. A través del enfoque de una joven trabajadora en una fábrica de envasado de lechuga, Pichler dibuja la realidad social de su país con un personaje que se intuye representante de gran parte del mismo. Rasa es impulsiva, deslenguada, directa, con poco tiempo para pensar en si misma. Cuida de un padre en paro, con dolores de espalda y dependencia económica. Se encarga de las facturas y lleva trabajando desde los 16 años en el mismo lugar. La vida no es fácil para ella, pero la película tampoco la trata con paternalismo.

    Hablamos de una realidad social que en los tiempos que corren está en boca de todos. No es algo que nos resulte ajeno. La situación de Rasa no es extraordinaria. Ni aquí ni en Suecia. La directora deja claro que su país no es ni mucho el ejemplo de Europa. Moodysson ya lanzó la piedra con la extraordinaria Fucking Åmål, y Pichler lo subraya en su película: Suecia es un país celoso de sí mismo, poco amigo de los extraños. Pero aunque el filme opte por una imagen descarnada, granulada, de eminentes colores tristes y melancólicos, con parques abandonados y planos medios de su protagonista, lo cierto es que no llega al pesimismo absoluto. La directora se permite numerosas licencias poéticas. Momentos suspendidos en el metraje que reflejan simplemente un instante, una emoción. La idea de que estas personas sienten y a pesar de todo tienen sus momentos de felicidad. Un abrazo, un paseo en bicicleta, jugar a la pelea tirado en el suelo, un cumpleaños, o poner en marcha el vagón oxidado de una atracción vieja. El contraste funciona porque resta tremendismo a la situación. Y eso es importante ya que suele ser un mal común en películas como estas, que buscan concienciar al espectador, aleccionándole o, en ocasiones, incluso juzgando en cierta manera su pasividad ante las situaciones reflejadas. Una cuestión delicada en el cine de temática social.

    Come, duerme, muere | Eat, Sleep, Die, de Gabriela Pichler

    La historia se beneficia de poseer un personaje de peso, encarnado con naturalidad y respeto por una actriz con recursos suficientes, capaz de equilibrar la balanza entre la fortaleza con la que Rasa se protege y la vulnerabilidad que hay bajo ella. Es reservada en su trabajo, pero se preocupa por cuidar a su padre. Sabe sacarse las castañas del fuego, pero le da miedo dejar su hogar para trabajar en Noruega, un país con el que, por lo que da a entender el filme, Suecia guarda una de esas rivalidades inherentes a la sensibilidad del pueblo y sus ideas. Noruega es citada en múltiples ocasiones por personajes diferentes, definida casi como la hermana rica y guapa, la que ofrece futuro. Gran parte de los suecos que no consiguen trabajo en su país, emigran al país vecino, atraídos por las oportunidades. Por eso mismo, el recelo es el líder de la relación entre ambas naciones. A Rasa se le ofrece la posibilidad cuando en su empresa, el CEO anuncia un recorte de personal inmediato. De ahí al paro hay un paso, y en el ecuador de la película, la dinámica cambia. El padre de Rasa ha vuelto al trabajo. Ella vuelve a estar sola, y la rehabilitación laboral ocupa sus primeros días. El conjunto acaba siendo el viaje a la independencia de la protagonista. Aprender a vivir por si misma, siendo feliz con lo que se le ofrece y con lo que ella misma puede ofrecer.

    Come, duerme, muere | Eat, Sleep, Die, de Gabriela Pichler

    Come, duerme, muere es un retrato social evidente. Gabriela Pichter ofrece un paisaje que, aunque triste, no está exento de esperanza. Y eso es lo que redime la cinta. Respeta a sus personajes, dejándoles que se expresen por si mismos. Apuntala el devenir de los acontecimientos con instantes reflexivos de gran fuerza poética. Escenas que dan un empaque visual notable a la fotografía y que dejan respirar el desarrollo. Un estilo dogma que recuerda un tanto a los experimentos de Vintenberg o Lars von Trier, con una cámara al hombro que resalta el afán de cercanía y veracidad. De estar contando una historia común y humilde. Pichler es consciente de que Rasa puede defenderse por si misma, aunque dude y vacile. La miseria que retrata podría retrotraernos vagamente a la que en su día plasmó Mike Leigh en su canónica Secretos y mentiras, o a la que suele ser habitual en el cine de Shane Medows. Es, en conclusión, una película escrita con inteligencia y dirigida con gusto. Una muestra de que el cine sueco puede seguir creciendo con dignidad en los próximos años. Desde luego sus artistas tienen mucho que decir. ★★★

    Gonzalo Hernández
    redacción Madrid.

    Pueden leer, además, la opinión de Ignacio Navarro sobre 'Come, duerme, muere', presentada en el Festival de Sarajevo'13| Anexo ★★★

    Suecia, 2012. Título original: Äta sova dö. Directora: Gabriela Pichler. Guionista: Gabriela Pichter. Montaje: Gabriela Pichler. Intérpretes: Nermina Lukac, Milan Dragisic, Jonathan Lampinen, Peter Fält, Ruzica Pichler. Fotografía: Johan Lundborg. Producción: Anagram Produktion, Film i Väst, Solid Entertainment. Estreno oficial: Festival de Venecia (2 de Septiembre de 2012).

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