PARANOIA
crítica de Dollhouse | Kirsten Sheridan, 2012
sección Atlas | Atlántida Film Fest
Mientras Jim Sheridan, uno de los cineastas irlandeses por excelencia, dilapida el poco crédito que le queda con creaciones de medio pelo, una de sus hijas, Kirsten, pasea su ilustre apellido por el circuito independiente con casi idéntica fortuna. No siempre fue así, ya que su cinta debut, la interesante “Disco Pigs” (2001), auguraba un futuro más que prometedor a una cineasta de por entonces 24 años. Esta comedia romántica interpretada por Cillian Murphy y Elaine Cassidy, obtuvo cierta notoriedad a nivel doméstico y le procuró algo de crédito lejos de las consabidas influencias familiares. Un año después, se puso al servicio de su padre y, junto a su hermana Naomi, coescribía el guion de “En América” (In America, 2002), esa fábula de tintes autobiográficos que narraba la llegada de una familia irlandesa a una Nueva York extrarradial. Fue el principio del fin para esa estirpe de dublineses. Su padre cayó en picado tanto en producciones personales como encargos de enjundia. Ella no encontró los apoyos suficientes para seguir una carrera con garantías. Su siguiente oportunidad llegaría cinco años después con la paupérrima “El triunfo de un sueño” (August Rush, 2007), panfleto “larger than life” más propio de la sobremesa televisiva que de un estreno en salas. Su decente paso por la temporada de premios –un par de Critics’ Choice y una nominación al Oscar por el tema “Raise it Up”, interpretada por Jamia Simone Nash— no fue suficiente para lograr el arranque definitivo de una carrera con un denso olor a gasoil.
Tras otros cinco años en blanco retorna con un proyecto aún más modesto que los anteriores: “Dollhouse” (2012), cinta que desfiló por la cara B de todos los festivales del viejo continente sin encontrar el apoyo de la crítica ni el de un público estupefacto. Un auténtico canto de cisne que intenta romper con su exiguo trabajo anterior adoptando vías experimentales. La eterna búsqueda de la originalidad y el fácil encuentro del tedio. Este intento de metáfora sobre la juventud irlandesa es todo un cóctel alucinógeno carente de profundidad y sentido. Un cortometraje alargado al extremo sobrecargado de retórica de Secundaria donde el uso de la perífrasis y la hipérbole —¡guau! ¿Esa escena donde revierten los elementos de una habitación qué diablos significará? — adquieren nuevos y extraños significados. Deambulan jóvenes de presente incierto y nulo futuro retratados de manera desagradable y grotesca. Una alteración de un concepto, la deformación de una realidad que tiene como meta llegar el lado más convencional posible. Pobre de Irlanda si Sheridan refleja con tino al sector más joven de su sociedad. El número de rescates puede ser de órdago.
No hay luz en esta historia. Cinco personajes planos a los que se le une un sexto – la inminente estrella Jack Reynor – que carga a la trama con más fango si cabe. Tampoco tiene demasiadas luces la autora de este engendro. No le vale con la desoladora caricatura de unos personajes tan molestos como desperdiciados. La realización rompe todos los manuales. Tomas yuxtapuestas, planos reiterativos y rellenos videocliperos que no aportan nada salvo escuchar la voz de Ryan Gosling y los acordes del ‘Lose your soul’ de Dead Man’s Bones. Resultan claras las influencias de “Dollhouse”, que intenta dar varias vueltas al concepto realista de Ken Loach para terminar con las fabulaciones propias del cine del pater familias; incluso se vislumbra cierto talento visual en las escenas al aire libre. Lo que es imperdonable en este ejercicio de cinema verité tan cansino, monótono y desesperante es su enorme carga de pretensiones vacuas. Un trabajo de graffiti de brocha gorda en la Muralla China. Un carnaval de violencia, sexo, drogas, alcohol para llegar a un previsible epílogo —con probable aire autobiográfico —. Todo con el mismo calado que un bajorrelieve egipcio. Lo único que deja a la reflexión es el averiguar cuánto tienen ahorrado los Sheridan. De seguir así, lo van a necesitar muy pronto. ★★★★★
Emilio Luna.
editorial.
Irlanda, 2012. Directora: Kirsten Sheridan. Guión: Kirsten Sheridan. Productora: Factory / Irish Film Board / Lightstream Pictures. Presentación: Berlinale 2012 (Mención especial del Label Europa Cinemas). Fotografía: Colin Downey, Ross McDonnell. Música: Howie B. Intérpretes: Seána Kerslake, Johnny Ward, Kate Stanley Brennan, Shane Curry, Ciaran McCabe, Jack Reynor, Deirdre O'Kane, Peter Gowen, Conor Neary.