Attack the Block | Joe Cornish, 2011
En los últimos años hemos asistido a una especie de corriente nostálgica, en la que Hollywood parece haber echado la mirada atrás (concretamente a los 80), buscando recuperar el sentido de la maravilla y el gusto por un espectáculo desacomplejado, todo lo ingenuo que se quiera, pero siempre más preocupado en la historia que en los efectos digitales que hoy nos han acabado saturando. Títulos como Jacuzzi al pasado (2010), Super 8 (2011) o el díptico de Los mercenarios, con su celebrada reunión de viejas glorias del cine de acción, son pruebas palpables de que la fórmula funciona en taquilla. A este grupo de películas se podría sumar esta Attack the Block que causó auténtica sensación en los numerosos festivales donde fue proyectada antes de su estreno. Pronto comenzaron a sonar las voces que ensalzaban a esta pequeña producción británica como un título de culto instantáneo. La crítica fue entusiasta y los premios, numerosos (mejor ópera prima en Toronto, cuatro galardones en Sitges, dos en los Black Reel Awards…), por lo que este debut del realizador Joe Cornish, vendido como el nuevo éxito de los productores de Zombies Party (2004) y Arma fatal (2007), no pudo ser mejor.
La historia es la de un grupo de pandilleros adolescentes del distrito de Kennington (sur de Londres) que, en la noche en que asaltan a una joven enfermera, se encuentran con una invasión alienígena a la que deberán hacer frente si quieren defender su bloque de viviendas. El tono de la película oscila con especial destreza entre las típicas comedias protagonizadas por Simon Pegg y Nick Frost (aquí en un personaje secundario de camello, bastante desaprovechado), la ciencia ficción (con múltiples referencias a clásicos de los 70 y 80) y una gran carga de denuncia social. No se necesita ser Ken Loach para reflejar la situación económica o política de un país, ya que Cornish demuestra que se pueden lanzar certeros dardos envenenados en clave de humor, tanto o más contundentes que los de cualquier drama de Mike Leigh. El hecho de que los personajes que acaban salvando a la humanidad de esta amenaza extraterrestre sea un grupo de delincuentes juveniles -con buen fondo, eso sí- que tienen atemorizado a todo un barrio con sus atracos y fechorías, nos remite a la obra de ese viejo lobo del cine fantástico, al que Attack the Block parece querer homenajear: John Carpenter. Los protagonistas de sus filmes solían ser antihéroes, de moralidad más bien dudosa -con Serpiente Plissken de 1997: Rescate en Nueva York (1981) como máximo exponente-, convertidos en héroes, muy a su pesar, por circunstancias muy especiales. Sin duda alguna, esta película la habría firmado con los ojos cerrados el mismísimo Carpenter, pero como obra de un alumno aventajado, es mejor que todo el último cine del maestro al que se quiere rendir tributo. Ya desde la primera escena, donde una estela luminosa surca el cielo estrellado, acercándose amenazadora a la Tierra, el espectador más curtido en el género detecta el homenaje al inicio de la obra maestra de 1982, La cosa. Que los chicos malos de la historia y su víctima, la enfermera asaltada, acaben uniendo sus fuerzas para enfrentarse al enemigo común (los aliens), es algo que ya sucedió en otro clásico de Carpenter, Asalto a la comisaría del distrito 13 (1976), donde policías y presos se veían rodeados por un grupo de asesinos en el interior de una comisaría. También aparecen influencias de producciones míticas de Spielberg como E.T., el extraterrestre (1982) o Gremlins (1984), aunque el diseño de los monstruos se asemeja más al de los más modestos Critters (1986).
El reparto está formado por un puñado de jóvenes inexpertos en esto de la interpretación, pero que consiguen unas actuaciones genuinas y frescas (especialmente, John Boyega, que da vida a Moses, el líder de la banda). Las únicas caras conocidas son las de Nick Frost -más como reclamo de cara a la taquilla que como aportación importante- y Jodie Whittaker, actriz que había obtenido cierto reconocimiento gracias a Venus (2006), donde compartía cartel con el gran Peter O´Toole. Pese al reducido presupuesto de 13 millones de dólares, la película puede presumir de un impecable acabado visual, donde los efectos especiales cumplen a la perfección y las escenas de acción están rodadas con un ritmo envidiable. Pese a que la mayor parte de la historia se desarrolla en el interior de un edificio de apartamentos -algo que parece muy de moda en los últimos años, vistas La horda (2009) o The raid (2011)-, el director se las ingenia para ofrecernos una obra dinámica, que no deja espacio para el aburrimiento, ya sea por los momentos de acción frenética o por sus divertidos diálogos. Sin apartarse demasiado de los convencionalismos del género, aporta cierta originalidad desde sus marginales ambientes y personajes, casi sacados de aquella Harry Brown (2009) en la que Michael Caine ejercía de justiciero contra una banda de delincuentes de su barrio. También sorprende que, pese a tratarse de un filme destinado mayoritariamente a un público juvenil, no se escatime en escenas sangrientas cercanas al gore, lo que le valió la tan temida calificación R. Pese a la muy agradable sorpresa que supuso esta bocanada de aire fresco para el encorsetado cine de ciencia ficción, la taquilla no respondió como merecía, con un acumulado mundial de menos de 6 millones de dólares. Una verdadera lástima, porque podría haber sido el inicio de una interesante franquicia. ★★★★★
José Antonio Martín.
crítico de cine.
Reino Unido - Francia. 2011. Título original: Attack the block. Director: Joe Cornish. Guión: Joe Cornish. Productora: Studio Canal/Film4/UK Film Council. Presupuesto: 13.000.000 dólares. Recaudación: 5.824.175 dólares. Localizaciones: Londres. Música: Steven Price. Fotografía: Thomas Townend. Montaje: Jonathan Amos. Intérpretes: John Boyega, Jodie Whittaker, Alex Esmail, Franz Drameh, Leeon Jones, Simon Howard, Luke Treadaway, Jumayn Hunter, Nick Frost.