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    Cine Alemán Siglo XXI

    MAGIC MIKE (STEVEN SODERBERGH, 2012)

    Crítica de Magic Mike, de Steven Soderbergh - Magic Mike review
    CAMINO A LA NADA
    Magic Mike (Steven Soderbergh, 2012)

    Comentaba un amigo y compañero que Steven Soderbergh nunca había dejado de hacer buenas películas. Una afirmación que, con algunos matices, está bastante cercana a la realidad. Sin embargo, la carrera de este cineasta de Atlanta se ha quedado muy lejos de las expectativas depositadas hace ya más de dos décadas. Expectativas alimentadas por el fervor que provocó su ópera prima, ‘Sexo, mentiras y cintas de video’ (Sex, Lies and Videotapes, 1989), ganadora de la Palma de Oro de Cannes 1990 y blasón del cine independiente de la última década del siglo XX. Tildado como ‘chico póster de la generación Sundance’ por la crítica estadounidense, todo lo firmado posteriormente por Soderbergh vino secundado del aplauso unánime de ésta. Un éxito bastante relativo – ninguna cinta obtuvo demasiada complicidad por parte del público – que se ha ido convirtiendo en indiferencia con el paso de los años. No importa que hubiera algún Oscar de por medio – la ya olvidada ‘Traffic’ (2000) – o que en cada producción con su impronta se observen esos estilemas de director de peso; la capacidad de sorpresa había desaparecido. Una situación que cuestiona de dónde viene el contraste ¿Se equivocaba esa crítica que tan pronto lo aupó? o ¿Quizá Soderbergh es un realizador medio de miras no demasiado largas? De manera rotunda, ambas.

    Independientemente del valor de un sector de la prensa, Soderbergh lleva buscándose a sí mismo de forma compulsiva en las últimas muestras de su filmografía. Algo que ha corroborado con sus declaraciones de hastío y el amago de retirada del pasado año. Sus trabajos recientes descubren una obsesión por la reinvención. No importa el género. Desde el catastrofista – ‘Contagio’ (Contagion, 2011) – hasta la acción – ‘Haywire’ (2011) – pasando por el histórico – el díptico sobre el ‘Che’ (2008) – o la comedia inteligente – ‘El soplón’ (The Informant, 2009) –. En todas, busca rebatir sus reglas y ofrecer algo extraordinario partiendo de lo convencional. Un aspecto clave en su cine. Todas sus creaciones portan personajes e historias comunes amplificadas por el poder de su narrativa. Mediante lo tópico aborda temas sociales y personales con un tono reflexivo, casi íntimo. Pocos autores pueden demostrar una autoría tan marcada. La disyuntiva es que el poso que deja su obra es a veces insuficiente. Un vaso medio lleno o medio vacío acompañado de sensación de intrascendencia. Quizás es hasta donde quiere llegar Soderbergh. O sólo hasta donde puede. Su último filme, ‘Magic Mike’ (2012), es un perfecto ejemplo. Tras el primer pestañeo finalizado el metraje solo queda ese último movimiento focal en la retina.

    Cody Horn Magic MikeMike (Channing Tatum) es un stripper de primer nivel que ameniza la velada de grupos de señoras y señoritas en las largas noches en Tampa, Florida. Solvente en el escenario y fuera de él, el verdadero anhelo de Mike es la manufactura y la orfebrería. Su vida se unirá a la de una bala perdida, Adam (Alex Pettyfer), desprovista de ambición y cuyo horizonte se despeja al sentir repentinamente cada dólar en su nalga. ‘Magic Mike’ es una historia de contrastes que huye de todo lo evidente. No se centra ni en el socorrido tema del sexo, ni en las desenfrenadas clientas, ni siquiera en el concepto del ‘hecho a sí mismo’ tan clásico del drama americano. Ahonda en el arraigo del ser humano corriente al dinero y la influencia de éste en nuestro más trivial devenir. Tan simple como eso. No hay crítica capitalista o bancaria. Sólo el retrato de un camino condicionado por billetes. Una necesidad que incita a abandonar la propia esencia, en la exaltación del alter ego. Es una lucha desde lo más hondo mostrado con una aparente normalidad. Ver a Mike es como encontrarse con el vecino de enfrente. Sabes a qué se dedica, no en qué sueña.

    Soderbergh muestra las dos caras de una moneda pero que comparten el mismo canto. Y este no es más que la paradójica larga distancia, en ocasiones, de la comodidad personal con respecto a la material. Una divergencia que ya mostró en ‘Erin Brokovich’ (2000) y bucea en la opresión del capital sobre la personalidad. La escena de la celebración en la mansión de Dallas (Matthew McConaughey), regente de la sala de fiestas, supone la mejor definición posible. Con alcohol, lujo y sexo en su interior y un potente huracán visto a dos vanos en el exterior. Como todo camino llegará el punto de inflexión. Y de forma tardía o no, este se toma fruto de la madurez o factores extrínsecos. Extrapolándolo a la película ahí es donde palidece ‘Magic Mike’. No importa la convincente interpretación de Channing Tatum o el atmosférico escenario de determinadas secuencias, todo queda en un trayecto demasiado corto. Por suerte su epílogo vuelve a recordarnos el enorme talento de su realizador. Suficiente para volver a la senda que apuntó en sus inicios. Si realmente ésta existiera.

    Puntuación: 5.5/10.

    Emilio Luna.

    Estados Unidos, 2012. Título original: ‘Magic Mike’. Director: Steven Soderbergh. Guión: Reid Carolin. Productora: WB / Nick Wechsler Productions. Presupuesto: 7.000.000 dólares. Localización principal: Florida. Cámara: Red Epic, Hawk V-Lite and V-Plus Lenses. Fotografía: Steven Soderbergh. Música: varios. Montaje: Steven Soderbergh. Intérpretes: Channing Tatum, Alex Pettyfer, Matthew McConaughey, Cody Horn, Olivia Munn, Matt Bomer, Joe Mangianello, Riley Keough, Adam Rodriguez.

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