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    Cine Alemán Siglo XXI

    CRÍTICA | LO IMPOSIBLE

    Segunda crítica de 'Lo imposible' - The Impossible review
    BAYONA LO HACE POSIBLE
    Lo imposible (The Impossible, Juan Antonio Bayona, 2012)

    Juan Antonio Bayona pertenece a ese interesante club de jóvenes realizadores que parecen dispuestos a convencer al gran público de que el cine español puede ser bastante más que comedia casposa tipo Torrente, eternas revisiones de la Guerra Civil o las puntuales citas con Almodóvar, Trueba o José Luis Garci. Emprendedores nombres como Jaume Balagueró, Rodrigo Cortés, Juan Carlos Fresnadillo, Jaume Collet-Serra o la punta del iceberg, el consolidado Alejandro Amenábar, son la gran esperanza blanca para el futuro de nuestro cine, con obras que se atreven a tocar géneros como el fantástico y que en nada tienen que envidiar, ni técnica ni narrativamente a las películas de Hollywood. En 2007, Bayona irrumpió en nuestras pantallas como un elefante en una cacharrería, con el extraordinario éxito comercial de El orfanato. Más de 8,3 millones de euros de recaudación, 14 nominaciones a los Goya (se materializaron en 7 premios, incluidos los de mejor director novel y guión original) y críticas mayoritariamente benévolas, fueron su carta de presentación. Apadrinado por el todopoderoso Guillermo del Toro, muchos fueron los que vieron en Juan Antonio Bayona al nuevo Amenábar, ya que las comparaciones de El orfanato con Los otros fueron constantes. Se trataba de dos obras de terror sobrenatural en donde el mundo de los vivos se fundía con el de los muertos, protagonizadas por dos mujeres de gran personalidad (Belén Rueda, Nicole Kidman) y, por qué no decirlo, bastante similitudes con clásicos como Suspense (1961), Al final de la escalera (1979) o la taquillera El sexto sentido (1999). Sin embargo, mientras Amenábar se muestra más preocupado en facturar impecables ejercicios de misterio, magníficamente acabados técnicamente, en Bayona se detecta una especial buena mano a la hora de mostrar las emociones de los personajes. El orfanato ya nos revelaba a un creador que mimaba a sus criaturas y que no temía recurrir a la emotividad, pulsando todas las teclas dramáticas a su alcance para tocar la fibra sensible de la audiencia. Esto le sirvió a muchos para arremeter contra su película por un final demasiado lacrimógeno, pero lo cierto es que, salvando las distancias, había nacido nuestro Steven Spielberg particular. Al Rey Midas de Hollywood también se le ha criticado muchísimo al abusar del ternurismo en obras como El color púrpura (1985), El imperio del Sol (1987) o Always (1989), pero siempre ha dejado su sello de calidad, incluso en sus trabajos menos inspirados. Con Lo imposible (The Impossible, 2012), Bayona se consolida como un digno heredero de Spielberg y su cine más emocional.

    Recrear en un segundo largometraje un hecho real como el tsunami que azotó el sudeste de Asia en 2004, a través de la historia de un matrimonio español y sus tres pequeños hijos, supervivientes de la catástrofe, ya es un acto de valentía del director. 30 millones de euros es un presupuesto muy holgado para una cinta española, aunque alejado de lo que se suele manejar en las grandes superproducciones catastróficas de Hollywood tipo El día de mañana (2004) o 2012 (2009). Sin embargo, el resultado final en pantalla es asombroso. Los efectos especiales brillan a gran escala y la escena del tsunami nos sumerge (y nunca mejor dicho) en la historia, haciéndonos partícipes del miedo, la indefensión y el dolor de los protagonistas. Ya habíamos presenciado algo muy similar en la reciente Más allá de la vida (2010) de Clint Eastwood, cuyos impactantes primeros minutos del tsunami superaron con creces a lo narrado en el resto del metraje. Aquí, Bayona supera a aquella en realismo, duración y espectacularidad. Se agradece la elección de utilizar poca magia digital y sí toneladas de agua real y un titánico esfuerzo en la creación de decorados. No escatima tampoco en mostrarnos en toda su crudeza las secuelas físicas de semejante desgracia: la imagen del cuerpo desgarrado de María (Naomi Watts) es difícil de digerir para personas fácilmente impresionables. Y es sobre esta gran actriz y el jovencísimo Tom Holland, que interpreta a Lucas, el hijo mayor, sobre quienes descansa la mayor parte del peso dramático del filme. Sin desmerecer a Ewan McGregor (que tiene una escena con un móvil que haría palidecer a la de Brad Pitt al teléfono en Babel) y los dos actores más pequeños, todos perfectos, el trabajo de Watts y Holland es digno de toda clase de elogios.

    Tom Holland, The Impossible
    Tom Holland, la grata revelación de 'Lo imposible', de Juan Antonio Bayona

    No nos engañemos: Lo imposible no es una película catastrofista ni un título con las características de un entretenimiento de masas. Es un drama familiar, una historia de supervivencia de personas de carne y hueso que deben luchar contra las adversidades, sacando fuerzas y valor de donde parecen no existir. Uno de esos hechos reales inspiradores, que sirven para confiar en valores tan añejos como el amor a la familia o la bondad del ser humano. Todo ello en un llamativo marco de cine de catástrofes, sí, pero es algo casi anecdótico, ya que lo que aquí importan en realidad son los personajes y sus emociones. La película está dividida en dos partes claramente diferenciadas. La primera (y más lograda) se centra en los esfuerzos por sobrevivir de los personajes de la madre y el hijo mayor. Un segmento lleno de fuerza, donde se muestra toda la magnitud del desastre y el director evita caer en sentimentalismos innecesarios, ya que la emoción siempre va a florecer gracias a lo dramático de la propia historia, sin recurrir a artimañas de guión. Momentos como el rescate del pequeño Daniel o las mujeres lugareñas cuidando y vistiendo a María, son un prodigio de emotividad. A mitad me metraje es cuando Bayona se muestra más Spielberg que nunca, otorgando el protagonismo al personaje de Lucas. El adolescente asustadizo del comienzo del filme ha madurado tras la tremenda experiencia vivida y se vuelca en ayudar a cualquier persona del hospital que busque a sus familiares perdidos. El tratamiento de esta madurez forzada por las circunstancias recuerda muchísimo al del personaje de Christian Bale en El imperio del Sol de Spielberg. Es mérito de la gran actuación del actor de 13 años que esta parte de la historia acabe resultando creíble, esquivando la sobredosis lacrimógena dentro de lo posible. Lamentablemente, en la segunda mitad es cuando se le comienzan a ver las costuras al filme de Bayona y le sobra algún momento innecesario como el cameo de Geraldine Chaplin. Esa charla con los dos niños pequeños sobre constelaciones y estrellas que siguen brillando después de haberse apagado puede resultar hasta mágica, gracias a la calidez de la Chaplin, pero aquí queda fuera de lugar. Ewan McGregor lleva el peso de la historia en este tramo final donde los hijos menores aparecen como si acabaran de haber salido de una piscina, en lugar de haber sobrevivido a semejante catástrofe, las personas de buen corazón te prestan su móvil para que llames a casa y las casualidades se suceden restando bastante credibilidad al conjunto. El protagonista de Moulin Rouge está excelente, indudablemente, pero tras el tour de force de su compañera de reparto, su presencia queda bastante ensombrecida. Otra pega que le puedo achacar a Lo imposible es su dilatado final. Bayona no sabe cuando terminar su película y se empeña en alargar la historia bastantes minutos más de lo necesario. La preciosa música de Fernando Velázquez ayuda lo suyo a que al espectador se le inunden los ojos de lágrimas, a poco que sea de los que se emocionan en el cine.

    A pesar de todos sus defectos, Lo imposible me ha parecido una muy buena película en la mayor parte de su metraje, especialmente en su brillante primera mitad. Un proyecto ambicioso y valiente que merece ser considerado como una muy válida alternativa a lo que el cine español nos venía ofreciendo hasta hace unos años. Su director ha encontrado el perfecto trampolín a la primera división con este filme que ya ha comenzado a arrasar las taquillas de España, amenazando con convertirse en el mayor éxito del año, por encima de Tadeo Jones y Tengo ganas de ti. Esperaremos impacientes su siguiente trabajo donde, seguro, terminará puliendo sus pequeños vicios para ofrecernos la gran obra que sabemos que es capaz de hacer. De momento, disfrutemos de dos cintas estupendas como El orfanato y Lo imposible.

    José Antonio Martín.

    Ficha técnica:

    España. 2012. Título original: The Impossible. Director: Juan Antonio Bayona. Guión: Sergio G. Sánchez. Productora: Apaches Entertainment/Telecinco Cinema/Mediaset España/Canal + España/IVAC Presupuesto: 30.000.000 euros. Localización principal: Tailandia. Música: Fernando Velázquez. Fotografía: Óscar Faura. Montaje: Bernat Villaplana, Elena Ruíz. Intérpretes: Naomi Watts, Ewan McGregor, Tom Holland, Oaklee Pendergast, Soenke Möhring, Geraldine Chaplin, Dominic Power, Samuel Joslin.

    En el siguiente enlace pueden leer otra crítica publicada en 'El antepenúltimo mohicano' de 'Lo imposible' a cargo de Juan José Ontiveros. CRÍTICA DE 'LO IMPOSIBLE'.

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