Kauwboy (Boudewijn Koole, 2012).
Representante de Países Bajos en los Oscar 2013. Preseleccionada a los EFA 2012 (European Film Awards).
Jean Piaget (1896-1980), psicólogo y epistemólogo suizo – clave en el estudio cognoscitivo de la infancia y padre de la teoría constructivista del aprendizaje –, determinó que la imitación de las labores cotidianas del adulto por parte del niño es un factor relevante para la experiencia y madurez de éste. Es la llamada ‘etapa concreta operacional’, encuadrada de forma general entre los seis y los doce años, que subraya que en una situación de acomodación predominante el sujeto mediante la emulación incorpora a sus estructuras de conocimiento nuevos comportamientos observados en el modelo. Por tanto, la presencia de la figura paterna y materna en el entorno habitual del niño supone también de manera indirecta una fuente de información para su desarrollo. Es la primera sensación de adultez en edades tempranas. Aunque las conjeturas de Piaget suenen a rancia tautología siguen siendo la base de los detallados estudios de la psique infantil que atiborran todos los inútiles planes de educativos de un gran número de países occidentales. Precisamente de la presencia y ausencia de modelos habla el filme ‘Kauwboy’ (2012), un evocador cuento moderno que nos acerca a la vida de un niño, maduro antes de tiempo.
Ópera prima de Boudewijn Koole, afamado cortometrajista y documentalista neerlandés, ‘Kauwboy’ retrata las vivencias de un espabilado pequeño llamado Jojo. Hijo de un exitoso dúo de cantantes ‘country’, Jojo vaga a sus anchas en el perenne paisaje que rodea su casa. Su padre se ha convertido en un volátil vigilante de largos turnos diarios, su madre parece que ha proseguido su carrera musical más allá del Atlántico dejando a los dos desorientados. Ante la falta de ambos, Jojo hace las funciones de esposa en las tareas del hogar con el recuerdo de ella siempre presente y se convertirá también en mamá circunstancial al hallar a una cría de grajo caída del nido. La acogerá, la educará y ésta le acompañará en esta vida de adulto primerizo que le ha tocado vivir. Una situación más cómoda que una infancia desencantada donde tan sólo su joven vecina y algunos éxitos en el waterpolo le generan alguna sonrisa a este sagaz crío. ‘Kauwboy’ es mucho más que la típica historia de iniciación, es un bello poema sobre el crecimiento y las ilusiones que dominan la niñez. Frágiles, etéreas pero también necesarias.
Las referencias del largometraje de Koole son claras. Llevan directamente a la versión lírica del cine de los hermanos Dardenne con la excelente ‘Rosetta’ (1999) o la reciente ‘El niño de la bicicleta’ (Le gamin au vélo, 2011); también la perspectiva social de Andrea Arnold con ‘Fish Tank’ (2009). Un chiquillo como centro de un universo cruel y soterrado en el drama más primario. Todo envuelto en un aura mágico con una puesta en escena que recuerda al Terrence Malick menos barroco y mediático. ‘Kauwboy’ esconde dolor en sus poros pero también inspira ternura e ingenuidad. Es el contraste de una familia desestructurada y la concepción de Jojo de ésta. En realidad el recuerdo es el eje de todos sus movimientos. Un recuerdo que escenifica en cada llamada a su madre comentando su jornada, desahogándose como un adulto haría con su pareja. Le falta algo, lo sabe y no quiere lo mismo para su nuevo y fiel amigo. Una protección cercana y materna, tutor de excepción de su progresión, apoyo incondicional en las neófitas sensaciones por descubrir.
Las escenas de Jojo con el pichón emocionan pese a su simplismo. Desde el primer amanecer juntos hasta sus numerosos reencuentros, pasando por la típica situación familiar de evolución del tamaño en un apartado marco de puerta. La conexión es total, no solo entre los dos protagonistas también de un espectador maravillado con esta modesta propuesta – que no llega a los ochenta minutos de metraje –. Lejos de la compañía del ave su vida se torna amarga pero la sigue viviendo. Ama a su padre (Loek Peters), a esa vecina mayor que él (Susan Radder) y no desespera. Su agreste tenacidad llevará al momento de inflexión de la película. Un giro que separa a ‘Kauwboy’ del sobresaliente con un forzado hecho que, sin embargo, no tira por tierra el excelente trabajo tanto de su realizador como de ese aprendiz de cabeza de familia interpretado con desparpajo por Rick Lens. Por fortuna, tan sólo es un sobresalto, el epílogo nos devuelve a su inherente esencia. A esa vuelta al pasado. El nuestro. Donde las cosas eran tan simples. Donde el amor siempre era correspondido. Donde no existía la palabra imposible.
“Se habla mucho del derecho a la vida, pero no de lo importante que es el deber de vivirla”.
José Luis Sampedro.
Puntuación: 7.5|10
Emilio Luna.
Ficha técnica:
Holanda, 2012. Título original: ‘Kauwboy’. Director: Boudewijn Koole. Guión: Jolein Laarman, Boudewijn Koole. Productora: Waterland Film & TV / NTR. Cámara: Arriflex 416. Fotografía: Daniël Bouquet. Música: Helge Slikker. Montaje: Gys Zevenbergen. Intérpretes: Rick Lens, Loek Peters, Cahit Ölmez, Susan Rader.