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    Cine Alemán Siglo XXI

    LAS EXTRAORDINARIAS AVENTURAS DE MR. WEST EN EL PAÍS DE LOS BOLCHEVIQUES (LEV KULESHOV, 1924)

    Neobychainye priklyncheniya mistera Vesta v strane bolshevikov
    Fotograma de Las extraordinarias aventuras de Mr. West en el país de los bolcheviques (Lev Kuleshov, 1924)
    Si pensamos en el cine soviético de la época muda nos vamos a imaginar de manera inevitable grandes masas humanas movidas por incendiarias proclamas, multitudes de personas con fusiles en ristre y mareas de hombres desplazándose por las calles y plazas de Moscú o cualquier otra ciudad rusa luchando contra los zares y su ejército y tomando el poder. Es la revolución rusa que a partir de 1917 cambió para siempre la faz de un país ahora atomizado. La revolución comunista trajo consigo sus películas de propaganda y engrandecimiento del régimen, convirtiendo en épica la revuelta del pueblo. Directores como Eisenstein o Pudovkin marcaron la tónica de realizar películas que ensalzaban la revolución pero al tiempo eran en sí mismas monumentos al mismo cine, obras maestras espectaculares y dirigidas de manera soberbia que aún hoy día son ejemplo de realización y experimentación. Todo se nos antoja grande, épico, con historias donde el protagonista es el pueblo soviético en su conjunto y el devenir de su libertad la temática.

    Pero también hubo otro tipo de cine, en ocasiones realizado por estos mismos directores que se nos antojan tan serios aunque no lo fueran en absoluto: a veces el genio nos provoca esa sensación. Aunque no exento de elementos de propaganda, el régimen era el régimen, estos grandes nombres también sabían divertirse. ¡Y de qué manera! Hasta en eso debemos aprender de ellos. Porque lo que iniciamos hoy aquí es un mini ciclo dedicado al cine cómico mudo soviético. Durante las siguientes tres semanas revisitaremos, en esta vuestra sección de cine antiguo, tres películas que son tres clásicos del cine de humor, tres locuras maravillosas que demuestran que también hubo risas en el Palacio del Congreso de los Sóviets.

    Las extraordinarias aventuras de Mr. West en el país de los bolcheviques (Neobychainye priklyncheniya mistera Vesta v strane bolshevikov, 1924) fue la primera película del Taller de Películas de Lev Kuleshov, el gran teórico del montaje cinematográfico que desde su taller investigaría y experimentaría con ese nuevo lenguaje artístico que era el cine. Él se encargaría de dirigir esta película de propaganda tan divertida como antinaturalista, una locura rebosante de exageración y exceso, emocionante y muy simpática de ver hoy día. El guion fue escrito por el poeta Nikolai Aseyev, aunque Kuleshov y su entonces alumno Vsevolod Pudovkin le dieron la vuelta y lo transformaron a su antojo.

    Mr. West (Porfiri Podobed) es un norteamericano que decide investigar el modo de vida ruso tras la revolución. Imbuido por la propaganda capitalista, espera encontrar allí solo cosacos armados con gigantescos cuchillos y aterradoras hoces, salvajes de mirada feroz dispuestos a exterminar a todo aquel que se les cruce en el camino. Por supuesto, se recomienda visitar el inhóspito país bien provisto de armas y a ser posible con un guardaespaldas. Y eso es lo que hace Mr. West: se hace acompañar en su viaje por un vaquero salido de la más añeja película del oeste, Jeddy (interpretado por el director de cine Boris Barnet, dedicada a él estará la tercera entrega de este ciclo de cine cómico mudo soviético con su maravillosa película La muchacha de la sombrerera), el cual protagonizará los que son los mejores momentos de la película, a mi gusto, claro, en los que disparará con su colt a todo lo que se mueva por las calles de Moscú y sufrirá una enloquecida persecución por sus heladas avenidas.

    El norteamericano Mr. West es presentado de manera ridícula, agitando de continuo una bandera norteamericana y desconfiando de todos debido a la falsa propaganda capitalista. Una pandilla de maleantes decide aprovechar esta situación y así engañan a Mr. West y le tienden una trampa gracias a la cual no pretenden solo robarle, sino además asustarle gracias a sus prejuicios. Pero lo gracioso es que esta delirante banda de malhechores da una imagen de Rusia en verdad terrorífica: viven en antros miserables y se ganan la vida robando lo que pueden. Sus componentes son todo un recital de rostros impresionantes y actuaciones exacerbadas que basan todo el sentido del humor más en sus gestos imposibles que en las acciones en sí. El líder de la macabra pandilla, Shban, no es otro que Vsevolod Pudovkin, el ya mentado coguionista y director posteriormente de grandes obras imperecederas del cine soviético como son La madre (Mat, 1926), El fin de San Petersburgo (Konets Sankt-Peterburga, 1927) o Tempestad sobre Asia (Potomok Chingis-Khana, 1928). Pero ojo, antes facturó esta locura bajo las órdenes de Kuleshov. Y no contento con esto, justo antes de lanzarse al cine súper serio y concienciado nos legó el que quizá sea uno de los mayores desquicies del cine soviético de aquellos años: el divertidísimo y fantástico cortometraje La fiebre del ajedrez, protagonista de nuestra siguiente entrega de esta serie dedicada al humor mudo bolchevique.

    Así, tras la trepidante persecución del vaquero Jeddy, la trama se centra en el engaño y el rapto de Mr. West a manos de la pandilla de facinerosos liderados por Shban y secundados por la Condesa (Aleksandra Khokhlova, compañera de Kuleshov ya en esa época), la cual nos regalará una interminable serie de poses alucinantes y miradas desquiciadas a tono con lo exagerado e increíble del guion. Y es que no es otra la pretensión. A todo ello Kuleshov añade en su forma de hacer todo lo que ha aprendido en sus experimentos con el montaje (creando los espacios con miradas y el fuera de campo), sobreimpresionando los intertítulos en la imagen, jugando con la aceleración y la cámara grabando al revés para provocar algunos efectos visuales… En fin, jugando con la cámara y transmitiendo al espectador esa sensación de juego y diversión parapetados tras las formas de un film de propaganda.

    Al final, Mr. West será liberado por la eficiente policía bolchevique que no solo lo pondrá en libertad, sino que se ofrecerá a guiarlo por Moscú para que así obtenga de primera mano una vista real de cómo es en verdad el pueblo ruso. Kuleshov no pierde mucho tiempo con esto: unos planos de fábricas, un desfile militar, Lenin en uno de sus discursos y Mr. West prometiendo que colgará un retrato del líder bolchevique en su salón. Una buena idea por si no dais con una para decorar el vuestro.

    José Luis Forte.

    "Escribe encerrado en una cueva, nunca entra el sol.
    Proyecta películas en la pared, ni que fuera Platón.
    Cuando sale se divierte, aunque solo piensa en volver.
    Cuando por las noches llueve, también le gusta leer."

    Ficha técnica:

    Unión Soviética, 1924. Título original: "Neobychainye priklyncheniya mistera Vesta v strane bolshevikov". Productora: Goskino. Fecha de estreno: 27 de abril de 1924. Director: Lev Kuleshov. Guión: Nikolai Aseyev, Vsevolod Pudovkin. Fotografía: Aleksandr Levitsky. Música: Benedict Mason. Montaje: Aleksandr Levitsky. Intérpretes: Porfiri Podobed, Boris Barnet, Aleksandra Khokhlova, Vsevolod Pudovkin, Sergei Komarov, Leonid Obolensky, Vera Lopatina y G. Kharlampiev.
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