"Cercana al bochorno, Your Highness demuestra en cada plano la (casi) nula dedicación de su autores a este subproducto fantástico carente de historia y alma."
Ancladas en la actualidad en numerosas adaptaciones literarias, las aventuras fantásticas vivieron su momento álgido en los años ochenta. Producciones destinadas al público infantil pero que se convirtieron en clásicos instantáneos y símbolo de una generación.
Títulos cómo Dentro del Laberinto (Labyrinth, 1978); Furia de Titanes (Clash of the Titans, 1981); Cristal Oscuro (The Dark Crystal, 1982); El Señor de las Bestias (The Beasmaster, 1982); La Historia Interminable (Die unendliche Geschichte, 1984); La Princesa Prometida (The Princess Bride, 1987); El Cuentacuentos (The Storyteller, 1988); Willow (1988) y, en menor medida, Legend (1985), calaron en el espectador de manera profunda pese a la modestia en medios. Estos filmes convivieron con creaciones adultas cómo Conan El Bárbaro (Conan The Barbarian, 1982), Lady Halcón (Ladyhawke, 1985), y todos los subproductos europeos posteriores (Ator El Poderoso, Cromwell) que convirtieron la década en un universo de espada y brujería. Un género de paso efímero, que volvió a despertar con la traslación a la gran pantalla de El Señor de los Anillos. La trilogía de Peter Jackson, junto a la llegada de un joven mago llamado Harry Potter, abrieron las puertas, de nuevo, de una fantasía siempre apoyada en obras literarias de mayor o menor relevancia.
Eragon, Los Signos de la Luz o La Brújula Dorada se pasearon por la cartelera del nuevo milenio dejando el mismo poso que las novelas en las que se basan. Tan sólo Las Crónicas de Narnia, del alumno aventajado de Tolkien, C.S. Lewis, tuvo en su primera entrega, El León, la Bruja y el Armario, cierta notoriedad y éxito. Cómo todo movimiento sobreexplotado, el género dejó de ser rentable a la espera de nuevos caminos que recuperen la esencia de un mundo donde el anhelo y la imaginación conviven en armonía. Un camino que bifurca hacia la pequeña pantalla con una maravilla del canal HBO llamada Canción de Hielo y Fuego.

Un fiasco comprensible de probable redención en el mercado doméstico. Your Highness es una “buddy movie” de premisa atractiva para el espectador pero que naufraga en su puesta en escena. La carencia de medios, unido a un paupérrimo guión convierten una aventura legendaria en una parodia de serie B donde la sensación de desaprovecho es constante. Algo que evidencian intérpretes de primera fila cómo James Franco, Natalie Portman y Zooey Deschanel tan perdidos cómo el guionista y el director. Un tándem mediocre y poco inspirado que basan la narración en la capacidad de Danny McBride para conectar con el público. Relación inconexa e insultante, carente de simples sonrisas cómplices y donde el hastío se sitúa casi en su primera media hora de metraje. Un filme que provoca un torbellino de sensaciones negativas y una sólo positiva que es recordar con cariño a Willow, cinta infravalorada en su momento pero que guarda el equilibrio del que Your Highness carece.

Lo Mejor: Instantes románticos de Danny McBride (Tadeo).
Lo Peor: Guión vacío, intérpretes perdidos y dirección inexistente.
Puntuación: 3/10 CINE USA 2011/AVENTURAS.