"X-Men: Primera Generación retoma de manera brillante la esencia de los primeros filmes de Bryan Singer, apoyados en un monumental Michael Fassbender."
Suena a paradoja pero resulta curioso cómo en los últimos años se han rescatado a numerosos superhéroes. Protagonistas de sagas cuyo tiempo de creación es inferior a una década y que la reiteración, la falta de ideas o el tiempo los había dejado a merced de las pantanosas aguas del olvido. Superman, Batman, Spiderman y, próximamente, Daredevil han vuelto o volverán en esa mediática forma de marketing conocida por “reboot”. Un concepto que sólo parece afectar a esos mágicos protagonistas de novelas gráficas que han acompañado a numerosas generaciones a lo largo de los años. El caso más reciente es el filme que nos ocupa hoy, X-Men: Primera Generación (X-Men: First Class, 2011).
Las dos primeras entregas (2000 y 2003) dirigidas por Bryan Singer fueron todo un hito en el género que elevó a los mutantes de la Patrulla X como rareza de un tipo de filmes centrado únicamente en amasar dinero adolescente. El gran éxito del díptico de Singer aceleró los intereses y llevaron a una innecesaria contribución de Brett Ratner, X-Men: La Decisión Final (2006), y un “spin-off”, X-Men: Wolverine (2009). Ambos, un fracaso en todos los ámbitos que condujo a Marvel a un reinicio de la saga buscando la gloria (y la inversión) perdida. Siendo un ejercicio de prestigio o de rentabilidad vuelve a comenzar el ciclo. Si consigue el éxito, volverá la franquicia, marcará tendencia hasta que llegue el ocaso y se reconsiderarán los términos de nuevo. Mucho antes de todo esto, están las dudas y las impresiones iniciales. X-Men: Primera Generación, llevaba un aura de película destinada al fiasco: mala prensa, avances insatisfactorios y las consecuencias de las anteriores producciones. Pero, todo cambia con unas líneas. Líneas ganadas con mérito, facturadas por la crítica americana que resalta que esta cinta de Matthew Vaughn merece una mayor y mejor atención. Lo que antes era sombra y duda se convierte en una acelerada corriente de elogios que se convierten en la mejor herramienta de mercado posible. X-Men: Primera Generación ha triunfado incluso antes de que los espectadores lleguen a las salas. La pregunta es ¿Qué tiene de real todo esto? ¿Qué tiene de diferente X-Men: Primera Generación en comparación con los fallidos proyectos nombrados?
Respondiendo a las dos cuestiones, el éxito es merecido. Vaughn logra dotar a su largometraje de coherencia, buen gusto, detalle y notables momentos que no sólo agradecerán los seguidores del cómic, también el amante del buen cine. ¿Opiniones sobrevaloradas? Desde luego, estamos ante un producto de estética pop que se sostiene gracias a su simpleza y un par de actores brillantes. Siendo analíticos, este prólogo de X-Men queda muy lejos de los referentes del género cómo El Caballero Oscuro (The Dark Knight, 2008); V for Vendetta (2006) o El Protegido (Unbreakable, 2000). Pero cumple y se hace notar gracias a su director y un intérprete en estado de gracia. Es una creación honesta que se dirige a todo tipo de público sin complejos, aportando aire fresco y un regusto amable tras su visionado.
Alto porcentaje de esta impresión viene de la mano de uno de sus protagonistas: Michael Fassbender. El actor irlandés se viste de virtuoso James Bond siendo responsable de los mejores instantes del filme. Elegante, distinguido y muy creíble, Fassbender se consolida a cada paso en su filmografía. El magnífico actor de Hunger dota de seriedad un personaje que se revela cómo el más sugerente y atractivo: Erik Lehnsherr (futuro Magneto). Junto a Fassbender un destacado elenco que cumple en mayor o menor medida. James McAvoy (Charles Xavier), Kevin Bacon (Sebastian Shaw) o Jennifer Lawrence (Mística), aportan solidez y presencia a esta versión “college” de la Patrulla X. Buenos mimbres para un Vaughn que sorprende con excelentes escenas rodadas con tino y firmeza. Algo que eleva a su máxima expresión en el tenso plano en el bar argentino digno del agente secreto de su majestad.
Poco importan los momentos pueriles, algunos tramos de guión innecesarios o caracterizaciones poco inspiradas. X-Men: Primera Generación entretiene y por momentos asombra. Hace mejor a las primeras películas de Bryan Singer, a las que rinde tributo con unos hilados cameos, y devuelve el interés a unos personajes que la mercadotecnia dejó enfangados. Tristemente, cómo antes aludimos, el ciclo seguirá hasta que el público deje de aportar. Mientras, disfruten de una estilosa y amena producción y de un actor irlandés que se ha convertido en pilar indispensable en las próximas décadas de celuloide: Michael Fassbender.
Lo Mejor: Un brillante Michael Fassbender. La relación Xavier & Erik. La escena en el bar argentino.
Lo Peor: Algunos efectos especiales mal resueltos. Los secuaces de Sebastian Shaw algo desdibujados.
Puntuación: 7,2/10 CINE USA 2011/HÉROES/MARVEL.