Junto a Psicosis (Psycho, 1960) la mejor película de Alfred Hitchcock. Realizar esa afirmación puede resultar frívolo dentro de una filmografía repleta de obras maestras. Pero Vértigo, no sólo supuso (a posteriori) un triunfo popular sin precedentes sino que, también, hizo arrodillar a la crítica americana a los pies del genio de la intriga durante el lento paso del minutero. Pese a la fama y gran aceptación del público por sus filmes, el director británico nunca encontró en vida el beneplácito de los especialistas. Eternamente olvidado y alejado de los premios, su triunfo se cimentó desde lo simple: el espectador. Hoy en día, nadie duda de la valía de Hitchcock, considerado uno de los grandes del séptimo arte. Decenas de filmes así lo corroboran.
Uno de ellos es Vértigo (Vertigo, 1958), una obra de arte con mayúsculas. Una cinta de intriga psicológica de perfecto ensamblaje y con un protagonista lleno de carisma. En su quinta y última colaboración, James Stewart lo da todo, en una de sus mejores caracterizaciones, interpretando al detective Scottie Ferguson.
Junto a Stewart, completa un sensacional elenco: Kim Novak (El Hombre Que Sabía Demasiado), Henry Jones y Bárbara Bel Geddes. Vértigo es una adictiva historia que nos sitúa en una investigación por encargo que nos acercará a fobias, intrigas y obsesiones. Cómo el resto de obras del realizador inglés, Vértigo sigue siendo toda una inspiración para el género. El paso de los años le ha dotado de una excelente madurez gracias a una factura técnica impecable completada por las habituales aportaciones de Robert Burks (Fotografía), Walter Herrmann (Música) y el guión de Alec Coppel y Samuel Taylor. Todo un prodigio que gana en cada visionado.
Si Vértigo supuso una revolución, también lo fue el trabajo en cartelería de Saoul Bass (1920-1996). Probablemente el diseño gráfico más importante de todos los tiempos para el séptimo arte. Bass, al igual que las creaciones de Hitchcock, dejó impronta y marcó el estilismo de una época con brillantez. Sus aportaciones para West Side Story, Anatomía de un Asesinato o Espartaco son historia viva del celuloide. Los diseños para Vértigo son absolutamente excepcionales.
Vértigo sólo obtuvo dos nominaciones al Óscar (mejor dirección artística y sonido) pero siempre ha formado parte de las habituales listas de mejores filmes de la historia. A continuación, póster ESTILO POLACO.
El protagonista, Scott Ferguson (James Stewart) sufre de Acrofobia, miedo irracional a las alturas. Una situación de stress que es clave en el devenir del filme. Póster ESTILO JAPONÉS.
En España al título se le unió el epígrafe “De Entre Los Muertos”. En la novela homónima de Boileau y Narcejac el protagonista es impotente. En el filme, Hitchcock juega con ironía sobre la sexualidad del detective Ferguson, con alusiones claras a su falta de vigor.
Como profundizó Truffaut, la necrofilia es otro aspecto importante en Vértigo. Algo que estará estrechamente ligado al concepto anterior que lo acercará al término de Pigmalión. Todo un conjunto de detalles sutiles en otra muestra más de una imaginación que se ha ganado la eternidad.
-Scottie ¿Crees que una persona del pasado, un muerto, puede llegar a tomar posesión de un ser viviente?
Uno de ellos es Vértigo (Vertigo, 1958), una obra de arte con mayúsculas. Una cinta de intriga psicológica de perfecto ensamblaje y con un protagonista lleno de carisma. En su quinta y última colaboración, James Stewart lo da todo, en una de sus mejores caracterizaciones, interpretando al detective Scottie Ferguson.
Junto a Stewart, completa un sensacional elenco: Kim Novak (El Hombre Que Sabía Demasiado), Henry Jones y Bárbara Bel Geddes. Vértigo es una adictiva historia que nos sitúa en una investigación por encargo que nos acercará a fobias, intrigas y obsesiones. Cómo el resto de obras del realizador inglés, Vértigo sigue siendo toda una inspiración para el género. El paso de los años le ha dotado de una excelente madurez gracias a una factura técnica impecable completada por las habituales aportaciones de Robert Burks (Fotografía), Walter Herrmann (Música) y el guión de Alec Coppel y Samuel Taylor. Todo un prodigio que gana en cada visionado.
Si Vértigo supuso una revolución, también lo fue el trabajo en cartelería de Saoul Bass (1920-1996). Probablemente el diseño gráfico más importante de todos los tiempos para el séptimo arte. Bass, al igual que las creaciones de Hitchcock, dejó impronta y marcó el estilismo de una época con brillantez. Sus aportaciones para West Side Story, Anatomía de un Asesinato o Espartaco son historia viva del celuloide. Los diseños para Vértigo son absolutamente excepcionales.
Vértigo sólo obtuvo dos nominaciones al Óscar (mejor dirección artística y sonido) pero siempre ha formado parte de las habituales listas de mejores filmes de la historia. A continuación, póster ESTILO POLACO.
El protagonista, Scott Ferguson (James Stewart) sufre de Acrofobia, miedo irracional a las alturas. Una situación de stress que es clave en el devenir del filme. Póster ESTILO JAPONÉS.
En España al título se le unió el epígrafe “De Entre Los Muertos”. En la novela homónima de Boileau y Narcejac el protagonista es impotente. En el filme, Hitchcock juega con ironía sobre la sexualidad del detective Ferguson, con alusiones claras a su falta de vigor.
Como profundizó Truffaut, la necrofilia es otro aspecto importante en Vértigo. Algo que estará estrechamente ligado al concepto anterior que lo acercará al término de Pigmalión. Todo un conjunto de detalles sutiles en otra muestra más de una imaginación que se ha ganado la eternidad.
-Scottie ¿Crees que una persona del pasado, un muerto, puede llegar a tomar posesión de un ser viviente?