"Entretenida comedia con buenos instantes amparada por unos excelentes Robert Downey y Zach Galifianakis que salvan al filme de Todd Phillips del olvido inmisericorde."
Todd Phillips lleva la totalidad de su carrera dedicada a filmes comerciales de segunda fila. El director neoyorquino, es todo un referente en comedias adolescentes y “Buddy Movies” del nuevo milenio pese a que el éxito no siempre estuvo de su lado. Títulos cómo Road Trip (2000); Aquella Juergas Universitarias (Old School, 2003) o Starsky & Hutch (2004) conformaban una filmografía de dudosa calidad hasta que llegó en 2009 Hangover (Resacón en las Vegas). Con la película interpretada por Zach Galifiniakis y Bradley Cooper conquistó al público y la crítica obteniendo como premio abandonar la segunda división de la cinematografía americana. Una división donde rindió culto a uno de los géneros más prolíficos en los ochenta, la comedia sobre la amistad y los colegas. Con crédito renovado y con un dúo protagonista de primer nivel, Phillips demuestra su evolución con su última producción, Due Date (Salidos de Cuentas, 2010), previo a la esperada segunda parte de Hangover.
Las “Buddy Movies” no son un concepto reciente en la historia del cine. Ya el cine mudo nos dejo una de las parejas más recordadas del celuloide con Lauren & Hardy. Siempre embarcados en el género cómico este tipo de creaciones ha ido progresando en consonancia con su época. Dean Martin & Jerry Lewis; Jack Lemmon & Walter Mathau; Gene Wilder & Richard Prior; Dan Aykroyd & James Belushi o los actuales Ben Stiller y Owen Wilson han representado el espíritu de este subgénero en décadas diferentes pero con éxito evidente. Un estilo de películas que históricamente ha atraído al público a las salas y que en los últimos tiempos, al igual que la comedia, ha caído en desuso hacía las esquinas menos visibles de la cartelera. Phillips, deudor de estos relatos de camaradería que han deleitado al público durante un siglo, intenta rescatar el espíritu de las clásicas “friends movies" uniéndolo a otro género ochentero por excelencia: la “road movie”. El resultado es Due Date, un filme agradable, por momentos, atractivo pero con un poso etéreo y de carácter gaseoso.
El gran reclamo de Due Date es, sin duda, su dueto protagonista. Phillips vuelve a contar por tercera vez con el humorista Zack Galifiniakis, acompañando a Robert Downey. Ellos son la verdadera razón de su moderado éxito. Llenan de carisma unos personajes cubiertos de estereotipos y rescatan Due Date separándola de cualquier subproducto de baja gama. Downey representa un héroe paciente, algo estólido que debe aguantar un particular compañero de viaje (Galifiniakis). Ambos se complementan a la perfección en la típica conexión entre antagonismos. Aunque sólo consigan una serie de sanas sonrisas, su interacción es dinámica y atractiva. Poco importa un guión plano lleno de instantes insustanciales, Downey y Galifiniakis levantan la función con encanto y cierto aire de suficiencia.
Due Date no termina de arrancar en momento alguno. Su humor que comienza cómo irreverente oscila de manera paulatina hacia lo políticamente correcto. La suma de los minutos nos deja una comedia de buenas intenciones, con excelentes momentos aislados y que en su globalidad se queda como un producto fallido pero no decepcionante. Phillips confirma su madurez aportando empaque a una dirección que lo apuesta todo a la credibilidad de los protagonistas. Downey y Galifiniakis se acercan al milagro de los panes y los peces pero el guión se encarga de recordar que esta historia ha pasado en numerosas ocasiones por nuestras retinas. Due Date no pasará a los anales pero ofrece un más digno ejercicio de entretenimiento, algo ya reconfortante en la comedia actual. Citando a Billy Wilder “No aburrir”.
Lo Mejor: El duo protagonista.
Lo Peor: Tramos de humor desdibujados e irrelevantes.
Puntuación: 5,5/10 CINE USA 2010.