UN BESO A MEDIANOCHE
Monsters, de Gareth Edwards
"Modesto e interesante drama romántico en plena infección alienígena, repleto de tensión y momentos brillantes en una de las propuestas más originales de la temporada."
El eco de una cinta británica sobre una invasión extraterrestre llevaba varios meses errante por la red. Un eco de volumen más alto, a medida, que se va estrenando en diversos países y festivales de género (Sitges). Hablamos de Monsters (2010), una modesta ópera prima a cargo de Gareth Edwards. Una campaña silenciosa y efectiva, similar a la que tuvo District 9 de Neil Blomkamp el año pasado y que contrasta con el marketing de viral de Cloverfield (2008) de Matt Reeves, cintas con las que se ha comparado la película de Edwards. Comparaciones que se difuminan durante la proyección de Monsters, donde tan sólo el trasfondo político-social la emparentan levemente con la cinta de Blomkamp. Monsters juega con las apariencias y sorprende por su temática, su estilo y, sobre todo, su historia.
Edwards, afamado técnico de efectos especiales en producciones británicas, se ha declarado un seguidor acérrimo del género. Con Monsters, quería llevar este tipo de temática a otro nivel. Monsters narra el encuentro de una pareja de jóvenes con vidas llenas de dudas y cuestiones, que deben afrontar la vuelta a casa en plena infección de seres extraterrestres. La acción se desarrolla en una zona entre México y Estados Unidos, plagada de grandes criaturas muy agresivas con el ser humano. Es inevitable el mensaje político y social que desprende la película de Gareth Edwards. Pero lo importante en Monsters es la historia romántica entre Andrew (Scott McNairy) y Samantha (Whitney Able). Monsters no es una cinta de acción es una tragedia amorosa, rodada y mostrada con mucha elegancia.
Las criaturas son el fondo, el sonido y la atmósfera del film. La tensión es latente de principio a fin. Edwards aborda con maestría la narración, donde es tan importante lo que visionamos cómo lo que está oculto. Edwards juega con el espectador inyectando un halo de incertidumbre de la que Monsters jamás se desprende. Tensión y suspense contenido que acompaña el caminar de dos personas tan diferentes cómo similares en mundo devastado. Un hombre de vuelta de todo y una chica de camino incierto conectan entre la desesperanza y el dolor. Un sutil retrato romántico presentado con pausa y sensibilidad. La modestia de esta cinta independiente tiene, quizás, como gran acierto el toque intimista con el que está rodada, empático con el espectador ávido de conocer más información sobre este mágico cuento de hadas y bestias.
Monsters comparada de manera errónea con cintas nombradas anteriormente, tiene un pariente más cercano, salvando la distancias, en La Guerra de los Mundos (The War of the Worlds, 2005). La epopeya familiar dirigida por Steven Spielberg, alternaba la espectacularidad con una historia sobre la paternidad que le daba credibilidad a la trama. Eliminando el gran presupuesto y las poderosas escenas de acción, Monsters se acerca al concepto de la película de Spielberg. Carente de acción, Monsters es el Lost In Translation del género. Una visión que provocará la sorpresa en el espectador predispuesto a aventuras estereotipadas. Un film donde los momentos engullen a los diálogos, donde los desconocidos protagonistas pudieran ser nosotros mismos. Una historia que remarca la significancia de los sentimientos tan poderosos cómo frágil es su mundo.
Monsters, de Gareth Edwards
"Modesto e interesante drama romántico en plena infección alienígena, repleto de tensión y momentos brillantes en una de las propuestas más originales de la temporada."
El eco de una cinta británica sobre una invasión extraterrestre llevaba varios meses errante por la red. Un eco de volumen más alto, a medida, que se va estrenando en diversos países y festivales de género (Sitges). Hablamos de Monsters (2010), una modesta ópera prima a cargo de Gareth Edwards. Una campaña silenciosa y efectiva, similar a la que tuvo District 9 de Neil Blomkamp el año pasado y que contrasta con el marketing de viral de Cloverfield (2008) de Matt Reeves, cintas con las que se ha comparado la película de Edwards. Comparaciones que se difuminan durante la proyección de Monsters, donde tan sólo el trasfondo político-social la emparentan levemente con la cinta de Blomkamp. Monsters juega con las apariencias y sorprende por su temática, su estilo y, sobre todo, su historia.
Edwards, afamado técnico de efectos especiales en producciones británicas, se ha declarado un seguidor acérrimo del género. Con Monsters, quería llevar este tipo de temática a otro nivel. Monsters narra el encuentro de una pareja de jóvenes con vidas llenas de dudas y cuestiones, que deben afrontar la vuelta a casa en plena infección de seres extraterrestres. La acción se desarrolla en una zona entre México y Estados Unidos, plagada de grandes criaturas muy agresivas con el ser humano. Es inevitable el mensaje político y social que desprende la película de Gareth Edwards. Pero lo importante en Monsters es la historia romántica entre Andrew (Scott McNairy) y Samantha (Whitney Able). Monsters no es una cinta de acción es una tragedia amorosa, rodada y mostrada con mucha elegancia.
Las criaturas son el fondo, el sonido y la atmósfera del film. La tensión es latente de principio a fin. Edwards aborda con maestría la narración, donde es tan importante lo que visionamos cómo lo que está oculto. Edwards juega con el espectador inyectando un halo de incertidumbre de la que Monsters jamás se desprende. Tensión y suspense contenido que acompaña el caminar de dos personas tan diferentes cómo similares en mundo devastado. Un hombre de vuelta de todo y una chica de camino incierto conectan entre la desesperanza y el dolor. Un sutil retrato romántico presentado con pausa y sensibilidad. La modestia de esta cinta independiente tiene, quizás, como gran acierto el toque intimista con el que está rodada, empático con el espectador ávido de conocer más información sobre este mágico cuento de hadas y bestias.
Monsters comparada de manera errónea con cintas nombradas anteriormente, tiene un pariente más cercano, salvando la distancias, en La Guerra de los Mundos (The War of the Worlds, 2005). La epopeya familiar dirigida por Steven Spielberg, alternaba la espectacularidad con una historia sobre la paternidad que le daba credibilidad a la trama. Eliminando el gran presupuesto y las poderosas escenas de acción, Monsters se acerca al concepto de la película de Spielberg. Carente de acción, Monsters es el Lost In Translation del género. Una visión que provocará la sorpresa en el espectador predispuesto a aventuras estereotipadas. Un film donde los momentos engullen a los diálogos, donde los desconocidos protagonistas pudieran ser nosotros mismos. Una historia que remarca la significancia de los sentimientos tan poderosos cómo frágil es su mundo.
Técnicamente el largometraje de Edwards roza el sobresaliente. La breve presencia de las criaturas está resuelto de manera excelente. Efectos elaborados por su director también creador del guión y director de fotografía. Un uso de luces espectacular que casa por completo con el aire íntimo del film, al igual que la banda sonora de Jon Hopkins. Todo cobra una básica importancia en su final, un clímax lleno de lírica que sobrecoge y aturde dando pleno significado a la trama. El lienzo final nos deja atónitos y sorprendidos ante una historia donde el amor supera las circunstancias. Un concepto eterno que fluye y permanece dando sentido a (su) nuestra existencia.
Lo Mejor: La pareja protagonista. La dirección de Gareth Edwards. El planteamiento y la originalidad de la propuesta
Lo Peor: Su falta de espectacularidad y las inevitables comparaciones pueden decepcionar a un público ávido de otro tipo de cine.
Puntuación: 8/10
Emilio Luna.
crítico de cine.