TEOREMA DE LA SOLEDAD
"David Fincher se consolida como un nuevo clásico con un adictivo drama sobre la (in) comunicación cuyo guión y producción marcan un hito en su carrera y la cinematografía de la década."
Reinvención es un sustantivo que siempre ha ido unido al director americano David Fincher. Con una filmografía irregular con algunos títulos de escasa repercusión cómo Alien III (1992), The Game (1997) o La Habitación del Pánico (Panic Room, 2002). Fue con su segundo film, Seven (1995), con el que estableció las bases del thriller actual y el primer reclamo del talento del director de Colorado. Con El Club de la Lucha (The Fight Club, 1999) dejo una cinta de culto, himno de una generación que aupó un film denostado inicialmente. Zodiac (2007), redescubrió el género periodístico con una genial cinta de suspense. Su penúltimo film, El Curioso Caso de Benjamin Button (The Curious Case of Benjamin Button, 2008), fue el más publicitado y el que más recompensa obtuvo. Un cuento con una maravillosa primera hora que se va desinflando paulatinamente acercándose de manera peligrosa a un tópico melodrama.
Seven y Zodiac reinventaron sus géneros y suponen dos de las citas cumbres de la última década en el séptimo arte. Con su último trabajo, Fincher lo vuelve a conseguir con una sutil obra que aborda el inicio del fenómeno comunicativo del siglo XXI. La Red Social (The Social Network) narra los comienzos del creador de Facebook, Mark Zuckerberg, pero La Red Social es más que eso, es un retrato sobre la amistad, la incomunicación y, sobre todo, la soledad. La primera escena del film, con la conversación de Zuckerberg con su novia sobre los Finals Clubs es una muesca de la esencia del film. Todo creado con elegancia y detalle, Fincher muestra un despliegue técnico impresionante tal cómo hizo en Zodiac. Una producción al servicio del guión de Aaron Sorkin (El Ala Oeste de la Casa Blanca o La Guerra de Charlie Wilson) que demuestra el por qué es el más afamado guionista del momento.
La historia va creciendo a cada fotograma atrayendo al espectador y no dejándolo escapar. Los personajes están perfectamente dibujados, ayudados por las excelentes interpretaciones del elenco. Sin duda, el personaje de Andrew Garfield (Eduardo Saverin) es el que más empatía despierta, su ingenuidad contrasta con la ambición desmedida de Sean Parker (Justin Timberlake) probable desencadenante de la ruptura Saverin-Zuckerberg. Ambos intérpretes están increíbles, así como el protagonista de la historia Jesse Eisenberg (Zuckerberg). Un trío a gran altura que además está respaldado por uno de los descubrimientos del film, Armie Hammer. El joven actor interpreta a los gemelos Winklevoss en un alarde técnico de Fincher que uno sólo conoce en las lecturas post-visionado. La escena (que no aporta nada en la trama) de los hermanos en la competición de remo representa todas las virtudes de su director con una realización soberbia.
Gestos, que también tiene Sorkin con referencias a parte inspiradora de su guión: Natalie Portman. La joven actriz asesoró al escritor, ya que fue estudiante en Harvard. Sorkin le devolvió la pluma en un guiño durante el film. Pequeños grandes detalles, que se unen a una fotografía (Jeff Cronenweth) y una banda sonora (Atticus Ross y Trent Reznor) casi sobresaliente como la mayoría de apartados del largometraje. El montaje, a cargo de Kirk Baxter y Angus Wall apoya la narración de doble flashback de Fincher, demostrando la madurez en el estilo del realizador americano. Fincher vuelve a innovar, en este caso el thriller empresarial, con una creación destinada a llevarse la mayoría de premios importantes del curso. La crítica se ha desecho en elogios, mostrando una unanimidad histórica. Unanimidad algo exagerada, pero que demuestra la fe en el potencial de uno de los directores del momento.
"David Fincher se consolida como un nuevo clásico con un adictivo drama sobre la (in) comunicación cuyo guión y producción marcan un hito en su carrera y la cinematografía de la década."
Reinvención es un sustantivo que siempre ha ido unido al director americano David Fincher. Con una filmografía irregular con algunos títulos de escasa repercusión cómo Alien III (1992), The Game (1997) o La Habitación del Pánico (Panic Room, 2002). Fue con su segundo film, Seven (1995), con el que estableció las bases del thriller actual y el primer reclamo del talento del director de Colorado. Con El Club de la Lucha (The Fight Club, 1999) dejo una cinta de culto, himno de una generación que aupó un film denostado inicialmente. Zodiac (2007), redescubrió el género periodístico con una genial cinta de suspense. Su penúltimo film, El Curioso Caso de Benjamin Button (The Curious Case of Benjamin Button, 2008), fue el más publicitado y el que más recompensa obtuvo. Un cuento con una maravillosa primera hora que se va desinflando paulatinamente acercándose de manera peligrosa a un tópico melodrama.
Seven y Zodiac reinventaron sus géneros y suponen dos de las citas cumbres de la última década en el séptimo arte. Con su último trabajo, Fincher lo vuelve a conseguir con una sutil obra que aborda el inicio del fenómeno comunicativo del siglo XXI. La Red Social (The Social Network) narra los comienzos del creador de Facebook, Mark Zuckerberg, pero La Red Social es más que eso, es un retrato sobre la amistad, la incomunicación y, sobre todo, la soledad. La primera escena del film, con la conversación de Zuckerberg con su novia sobre los Finals Clubs es una muesca de la esencia del film. Todo creado con elegancia y detalle, Fincher muestra un despliegue técnico impresionante tal cómo hizo en Zodiac. Una producción al servicio del guión de Aaron Sorkin (El Ala Oeste de la Casa Blanca o La Guerra de Charlie Wilson) que demuestra el por qué es el más afamado guionista del momento.
La historia va creciendo a cada fotograma atrayendo al espectador y no dejándolo escapar. Los personajes están perfectamente dibujados, ayudados por las excelentes interpretaciones del elenco. Sin duda, el personaje de Andrew Garfield (Eduardo Saverin) es el que más empatía despierta, su ingenuidad contrasta con la ambición desmedida de Sean Parker (Justin Timberlake) probable desencadenante de la ruptura Saverin-Zuckerberg. Ambos intérpretes están increíbles, así como el protagonista de la historia Jesse Eisenberg (Zuckerberg). Un trío a gran altura que además está respaldado por uno de los descubrimientos del film, Armie Hammer. El joven actor interpreta a los gemelos Winklevoss en un alarde técnico de Fincher que uno sólo conoce en las lecturas post-visionado. La escena (que no aporta nada en la trama) de los hermanos en la competición de remo representa todas las virtudes de su director con una realización soberbia.
Gestos, que también tiene Sorkin con referencias a parte inspiradora de su guión: Natalie Portman. La joven actriz asesoró al escritor, ya que fue estudiante en Harvard. Sorkin le devolvió la pluma en un guiño durante el film. Pequeños grandes detalles, que se unen a una fotografía (Jeff Cronenweth) y una banda sonora (Atticus Ross y Trent Reznor) casi sobresaliente como la mayoría de apartados del largometraje. El montaje, a cargo de Kirk Baxter y Angus Wall apoya la narración de doble flashback de Fincher, demostrando la madurez en el estilo del realizador americano. Fincher vuelve a innovar, en este caso el thriller empresarial, con una creación destinada a llevarse la mayoría de premios importantes del curso. La crítica se ha desecho en elogios, mostrando una unanimidad histórica. Unanimidad algo exagerada, pero que demuestra la fe en el potencial de uno de los directores del momento.
El final es el verdadero alma del film. Un cierre sublime a un drama que retrata con realismo los días que vivimos. La Red Social se ha convertido en un clásico imprescindible, un documento sobre la sociedad actual y todas las enfermedades morales y espirituales que transmite. Fincher reescribe el género, se reinventa a sí mismo creando el Ciudadano Kane del siglo XXI.
“Si fuerais los inventores del Facebook, habríais inventado el Facebook.”
Lo Mejor: El guión de Aaron Sorkin. Los personajes y sus intérpretes. Los sutiles detalles de David Fincher
Lo Peor: La nomenclatura informática inicial puede provocar desconexión.
Puntuación: 8,7/10