LA FURIA Y EL MIEDO
Preguntados por un clásico de ciencia-ficción lejos de la mente de Kubrick, la atmósfera del dueto Philip Dick-Ridley Scott o el mundo de aventuras de George Lucas, en muchas listas de aficionados se cuela un clásico de la llamada segunda fila, Pitch Black (2000). Tercer film de David Twohy tras dos incursiones en el género con Huída a Través del Tiempo (Timescape, 1992) y Han Llegado (The Arrival, 1996); películas de poco nivel, más cercanos al telefilme que a la infravalorada serie B. El éxito de Pitch Black derivó a partir de un bajo presupuesto pero con una idea que reunía los grandes atractivos del género. Todo unido a un héroe carismático y una sublime ambientación fue un éxito de taquilla en Estados Unidos, convertido en clásico de culto. Un furiano se ganó un puesto por meritos propios en la ciencia-ficción contemporánea.
Sin embargo, el éxito no se repitió en el resto del mundo a niveles recaudatorios, ya que su protagonista, interpretado por Vin Diesel no tenía el suficiente tirón lejos de Norteamérica. Por suerte, el mercado doméstico y televisivo le dio una segunda oportunidad a una cinta referente del cine de fantasía estelar. Una nave mercante, colisiona en un planeta desconocido. A bordo, un asesino sanguinario de conocida reputación pone en jaque a los tripulantes supervivientes. Pero el peligro se encuentra en la oscuridad de un territorio inhóspito que esconde un mortal anfitrión. Concebida cómo una serie B de calidad, Pitch Black se desmarca rápidamente de producciones poco relevantes, erigiéndose como una alternativa al Alien de Scott y Cameron que marcó tendencia en el género durante principio de los noventa.
El atractivo de la oscuridad, el terror a lo desconocido es el principal reclamo del film. Escenas potentes cuya fotografía de David Eggby y dirección artística, recrean un mundo cruel y despiadado. Twohy marca un ritmo que logra enganchar con el espectador, ofreciéndole una copa de cocktail adrenalítico con persecuciones y tensión, con cabida incluso, para temas morales y religiosos. El paso por el desfiladero y esa mirada al cielo eternamente nocturno, definen a una obra ejemplar en cuanto a cine de entretenimiento se refiere. Los efectos especiales, el arte conceptual y el diseño de las criaturas demuestran que no es necesario un presupuesto enorme para crear ciencia-ficción de calidad. El reparto cumple con creces, destacando a Vin Diesel y Radha Mithchell (Última Llamada y Melida y Melinda). Es curiosa la trayectoria de Mitchell, una más que solvente intérprete, que llena de calidad producciones de género y bajo presupuesto.
Diesel, se convirtió en el alma del film y fue el estandarte que prolongó el proyecto a una versión animada y una secuela: Dark Fury (Peter Chung, 2004), y Las Crónicas de Riddick. La primera es un regalo para los seguidores acérrimos de la película de Twohy, la segunda, en cambio, fue concebida, con enormes pretensiones. Expectativas que no fueron cubiertas, ya que Las Crónicas de Riddick (The Chronicles of Riddick, 2004) fue un fracaso, y echaron por tierra el futuro de una trilogía que seis años después tiene visos de resucitar. Diesel produjo este filme, con un mayor presupuesto pero cayó en todos los clichés de los que su predecesora huyó y triunfó. Parece que habrá tercera parte, volviendo a la fórmula original, con la vuelta de Riddick (Diesel) como rey de los necrófagos (tras el final del segundo episodio) a un planeta desconocido habitado por seres indescriptibles. Poco se sabe de esta cinta, salvo que será escrita y dirigida por David Twohy.
Las secuelas de Pitch Black, son otro claro ejemplo de la mercadotecnia actual, pero que no emborronan a una de las cintas preferidas por el espectador de principio de milenio. Film de sobremesa de lujo, que lo tiene todo para que el tiempo la mantenga en un lugar de privilegio en nuestras retinas. Junto a Horizonte Final una de las joyas del género en los noventa.
PUNTUACIÓN: 74/100 MIRADAS
“Todos me tenéis mucho miedo, normalmente me lo tomaría como un cumplido, pero ahora no es a mí a quien debéis temer.”