DE LOREAN APARCADO"Austero drama romántico, que intenta recuperar a un género perdido en tópicos con poco éxito gracias a una fría y distante historia."
Los viajes en el tiempo son un sueño para el ser humano y tema recurrente en el cine a lo largo de su historia. Desde el punto de vista de la ciencia-ficción: Terminator (James Cameron, 1984), Doce Monos (Terry Gilliam, 1995); de la aventura: La Maquina del Tiempo (Simmon Wells), 2002), Regreso al Futuro (Robert Zemeckis 1985); desde la comedia: Atrapado en el Tiempo (Harold Ramis, 1993); el thriller: El Efecto Mariposa (Eric Bress, 2004), Frequency (Gregory Hoblit, 2000) o incluso la fábula romántica: Kate and Leopold (James Mangold, 2001) han tratado el viaje a través de la dimensión temporal. La capacidad de llegar a otros mundos, de conocer el futuro y poder cambiar el pasado, han sido la base onírica de la humanidad y el anhelo que siempre nos acompañará de manera consciente o inconsciente.
Perteneciente al género romántico, es la cinta que nos ocupa, Más Allá del Tiempo (The Time Traveler’s Wife, 2009). Dirigida por el realizador alemán Robert Schwentke (Plan de Vuelo: Desaparecida) y basada en la novela homónima de Audrey Niffeneegger, Más Allá del Tiempo es un nuevo intento de recuperar el género romántico de los noventa. El amor a lo largo del tiempo como tema, con trazos de El Diario de Noa (The Notebook, 2003) y la anteriormente nombrada Kate & Leopold como influencias, hacen de Más Allá del Tiempo un filme de buenas intenciones, cuya paupérrima narración alejan al espectador desde su comienzo. Con toda probabilidad el objetivo de Schwentke era plasmar el amor imperecedero y la belleza de éste, como hiciera William Dieterle en la maravillosa Jennie (The Portrait of Jennie, 1948). Schwentke tendría encuentra a
su compatriota, pero el resultado de su film es bastante dispar: un subproducto cercano al telefilm, frío y mal narrado.La principal tara del filme, es su historia. Demasiado poco elaborada, que salta en el tiempo como su protagonista, pero que se va quedando partes en el tintero temporal. El espectador no siente empatía alguna con los personajes, y la incredulidad se encuentra presente en todo momento. Los protagonistas hacen todo lo que pueden, en especial Eric Bana, pero sus diálogos son, por momentos, forzados e intrascendentes. El enfoque dramático y el final del filme te dejan cierto poso de reconciliación con la historia, pero en realidad ésta se olvida veinte minutos después de su visionado. Schwentke trata por todos los medios, de ofrecernos su obra con un envoltorio elegante y mágico, pero todo es vano, ni él, ni sus intérpretes pueden salvar una creación cuyo viaje en el tiempo le destinará un más que digno horario televisivo.
Lo Mejor: La implicación de Eric Bana y el tramo final del filme
Lo Peor: Algunos diálogos sonrojantes y un pobre guión.
Puntuación: 4,5/10
