Una de las obra maestras de Steven Spielberg, un auténtico fenómeno que cambió para siempre el cine de entretenimiento en 1975. Hablamos de Tiburón, ese fascinante film de suspense que alejó a la gente de las playas durante veranos. Basada en la novela de Peter Benchley, Tiburón fue un total éxito de taquilla en una de las primeras obras del actual mecenas del cine de evasión actual. ¿Quién no recuerda al jefe de policía Brody (interpretado por el inolvidable Roy Scheider) o del rudo marinero Quint (un gran Robert Shaw)? Tiburón puede que no envejezca lo suficientemente bien en el plano técnico pero es innegable la tensión, la claustrofobia y el temor que genera. El “humanizar” a un animal que en la realidad dista mucho de su leyenda, el miedo a lo desconocido, atrajo y sigue atrayendo a innumerables espectadores.Tuvo una más que decente secuela (interpretada, también por Roy Scheider) y múltiples continuaciones y copias, cada cual aún más olvidable. Una de las referencias del cine de lo setenta, que tiene hueco en esta sección dedicada a las escenas memorables del cine. Aparte de las escenas tensas, un monólogo del patrón del barco que va a la caza del escualo, Quint. En él narra el naufragio del acorazado USS Indianápolis tras ser alcanzado por un torpedo japonés en la II Guerra Mundial. Una historia que sobrecoge y que narra un momento verídico de la historia reciente mundial.
